Estábamos en la casa de mi padre. No pisaba aquel lugar desde su funeral; había ordenado que nadie entrara, el abogado me había dicho que le vendiera así podía comprar algo más grande para protegernos... pero no pude hacerlo. Aquí estaban sus recuerdos, demasiado vivos. No podía deshacerme del sitio donde había tanto de él.
La madre de alex nos dará la localización exata donde están anny y Colyn — El detective habló con voz grave mientras yo miraba la maleta con el dinero y los papeles; tenía que recuperarlo todo. Entonces el abogado intervino, cortando el ritmo.
—Señor Montelava —dijo con cuidado— los documentos que le piden firmar no los firme a la ligera. Con eso usted entrega todos sus bienes: la empresa, el patrimonio que su padre levantó. Al firmar, renuncia a lo que le heredaron.
No quería escucharlo. Estiré la mano para que me dieran los malditos papeles y acabar de una vez con aquel infierno.
—No me importa —gruñí—. Si tengo que quedarme sin nada para recuperar a mi familia, lo haré —tire la mano pidiendo los documentos.
—Ese es el problema, Cody —replicó el abogado, sin rodeos—. Todo esto solo le devolverá a su hijo; no le devolverá a su esposa.
—¿Qué? —dije incrédulo.
En ese instante el detective intentó intervenir, pero lo agarré por la camisa y lo estampé contra la pared. Mis guardias se pusieron en alerta; el ambiente olía a pelea.
—¿Qué mierda está pasando? —exigí, caliente.
El abogado respiró hondo y sacó un papel donde venía la verdad cruda: La Cláusula. —Aquí no solo renuncia a la empresa —dijo—, renuncia también a su matrimonio. Estos son los papeles de divorcio que quieren que firme. En ellos se establece que le entregarán a Colyn sano y salvo... pero Anny quedará fuera, como parte del "sacrificio".
Sentí que el aire me faltaba. Solté al detective, al que le temblaban las manos.
—¡No! —rugí—. No renunciaré nunca a mi esposa.— Y tu piensas quedarte alli parado as algo no se supone que eres un gran abogado que mi papa confiaba en ti ahora solo aceptan todo.
—Cody —insistió el abogado— yo no puedo ir contra de esto, son exigencias de una secuestro. Hay cláusulas... hay decisiones que se tomaron antes de que usted estuviera en condiciones de discutirlas. Alex es intocable, como usted y como su hijo.
Aquellas palabras me golpearon más que cualquier puñetazo.
—¿Intocable? —repuse, aturdido—. ¿Qué quieres decir con "intocable"?
La mujer que había estado en silencio —la madre de Alex— se levantó. Ella llevaba tiempo allí, callada, con los ojos húmedos. Se acercó y yo di un paso atrás, sin entender.
—Cody por favor perdóname —dijo, con la voz rota—. Perdóname, Cody, por ser yo quien tenga que contarte esta verdad: Yo conocí a tu padre en la universidad. Fuimos novios. Me enamoré perdidamente de el, pero después la vida nos separó, mis padres se mudaron... y un día después de 4 años nos reencontramos, de ese día quedé embarazada.
Quise callarla, pero ella continuó, como si llevara años esperando el momento de soltar todo.
—Al principio no le dije nada. Tu padre estaba casado con tu madre y estaban formando una familia, yo no quería destrozar nada, sabía que ese niño que estaba por nacer merecía tener a su padre, así que decidí callar, e irme. Tu padre ni siquiera supo que yo estuve allí cuando celebraba la noticia de que iba a tener un heredero.
Mi cabeza daba vueltas. Aquello era demasiado. Di la espalda, intentando no caer.
—¿Qué tiene que ver esto ahora? —gruñí.
Ella respiró, y siguió:
— Volvimos años después. Alex creció muy unido a una niña de la cuadra: Anny, ellos eran inseparable, toda cambio cuando tu padre supo de la existencia de Alex; hizo lo que creyó necesario. Me pidió que me fuera por el bien de su familia. Hizo promesas que a nuestro hijo no le faltaría nadie, que viviría como un Montealva pero sin su apellido sin que nadie supiera de el. Yo acepté no iba a estar encentra de ese imperio todo se arreglo con dinero, cláusulas, abogados y mas dinero... Pero Alex... Alex no lo soportó.
La mujer apretó los dientes, como si doliera decirlo.
—El primer año que nos fuimos el siguió en contacto con ella, pense que se estaba adaptando a su nueva vida pero cuando supo que Anny estaba embarazada, se volvió otra persona. Se rompió. Lo vi golpearse, desesperado, transformado por el rencor. Yo intenté protegerlo, intenté separarlo, pero la rabia lo consumió.
—¿Y por eso secuestra a mi familia? —escupí—. ¿Por ser yo a quien Anny eligió?
Ella no se excusó.
—No vine a justificarlo —murmuró—. Vine a que sepas la verdad: Alex es tu medio hermano. Tu padre tomó decisiones para proteger lo que él amaba y, de paso, me puso a mí y a mi hijo en una sombra que ahora nos estalla en la cara.
La pieza final encajó en mi cerebro con un ruido seco. Todo lo que habíamos descubierto.
—¿Me estás diciendo que...? —mi voz sonó hueca—. ¿Qué el hombre que yo creí conocer...?
Ella asintió.
—Firmó papeles para blindar a ciertas personas. Le prometió a mi familia seguridad a costa de... decisiones que ahora te afectan a ti. No lo hizo por maldad: lo hizo por miedo, por vergüenza, por querer mantener una imagen. Eso no lo hace menos grave.
La rabia me subió por la garganta como fuego. Ya no me importaba nada, ni quien fue mi padre, ni quien es Alex, ni esa puta empresa que el trabajo todo se puede ir a la mierda, la mire con los ojos llenos de rabia:
—Voy a buscar a mi familia —dije, apretando los puños—. y le aseguro Señora que no me importa si el es intocable si es mi MALDITO medio hermano si se atraviesa en mi camino lo mato con mis propias manos.
La mujer esbozó una mueca de dolor y luego, con la voz temblorosa, dijo:
—Solo recuerda Cody: no eres el único engañado. Yo también viví con esa mentira. Y mi hijo... mi hijo no es un monstruo, es un hombre que sufrió y se dejo segar por la ira.
Editado: 10.10.2025