Nuestro Lado Oscuro

Capítulo 17 El Mapeo del Zorro

Ellos se quedan callados y yo, sonrió.

—Bueno, mejor me voy —intenté levantarme.

—Fue él quien le hizo algo a Sara. Por eso ella se fue del pueblo —dijo Mateo, ¿Como? ¿Piensa que voy a creer eso?

—Cierto —le sigue Dante—. Vimos al maestro Sandro. Te había dejado una carta.

Agarro mi mochila y empiezo a buscar la carta, pero no encuentro nada. Los miro, confundida.

—Ten —me extiende la carta Dante.

La leo, y los miro confundida. Me invaden los nervios y empiezo a pensar en lo que vi cómo se llevaron a Sara, Alice desaparecida. A mí también me van a desaparecer, y dirán que me fui a otro lugar.

Dirán que me fui a la capital con mi mamá, o que mágicamente apareció mi papá y me fui con él para recuperar el tiempo perdido.

—No te preocupes, puedes confiar en nosotros —Mateo agarra mis manos y me mira.

Pero no logro encontrar la confianza en él.

¿Puedo realmente confiar en ellos?

—No sé si realmente puedo confiar en ustedes.

______

Estoy acostada en mi cama, viendo el techo y pensando en Alice. Tengo que actuar rápido si quiero salvarla antes de que le pase algo.

Luego recuerdo lo que dijo Mateo, pero el oficial me mostró la imagen de la figura en su cuello y dudo que sea falso. ¿Por qué inventan tantas cosas?

Me levanto de la cama, cierro la cortina de mi ventana y también le pongo seguro a mi puerta. Aunque dudo que mi abuelita venga a mi habitación, no puedo confiarme.

Voy a mi armario, levanto la tabla y saco el celular de Alice.

Lo miro, dudosa. Si quiero ayudar a Alice, tengo que entrar a su mundo para entender el porqué de su desaparición.

Enciendo el teléfono. Tarda un poco y me notifica que ya casi se le acaba la batería. Lo conecto en el enchufe que está cerca de mi mesa de trabajo y me siento en la silla.

Dudo al ingresar a la conversación. Tardé unos minutos hasta que me acuerdo. Una bola de nervios me invade, y me pregunto, ¿Estoy realmente lista para ver este lado de Alice?

El celular se desbloquea y aparece una foto de Alice que se tomó frente a su espejo. Dudo sobre qué aplicación abrir. Veo que me tiembla la mano y empiezo a sudar. Dejo el celular en la mesa y me limpio las manos con el pantalón de mi pijama.

Decido abrir la aplicación de galería, y enseguida aparecen fotos de ella, de nosotras, apuntes, nada fuera de lo normal. Me meto en el apartado de álbumes, y todos tienen nombres.

Tampoco hay nada fuera de lo normal. Empiezo abriendo el álbum que se llama “Apuntes” y veo todas las fotos de apuntes que tomaba en la escuela. Entro a otro álbum que se llama “Alisa”. Una sonrisa aparece en mis labios cuando veo una foto de nosotras dos. Hay muchas fotos, y las veo todas.

Después ingresó a una que solo tiene un emoji de triángulo y un zorro. Todas son lugares de Valle Vigezzo. A simple vista se ven normales, pero cuando les hago zoom, veo que traen un triángulo invertido y la letra F.

Los lugares son la escuela en una esquina cerca de la puerta, la figura está tan pequeña que no se notaba), la plaza en una de las bancas, casas habitadas y otras abandonadas, el hospital, el bosque desde tres entradas diferentes, la oficina del director allí, la figura parece un adorno hecho de madera.

En algunas oficinas de maestros también aparecen, como si fueran adornos.

La figura está en todos lados. Noto que en algunos lugares fue pintada de rojo. Regreso a esas fotos y me doy cuenta de que son casas abandonadas o casas en las que desapareció algún habitante.

La última foto es de la presidencia. Supongo que es la oficina del presidente Mathias, el papá de Mateo. Le hago zoom a la imagen y noto que, a diferencia de las demás, en esta el triángulo está dentro de un cuadro con el mapa de Valle Vigezzo como fondo, y otra figura como si fuera un trofeo.

—¿Cómo hiciste para conseguir esta foto, Alice? —hablo mirando hacia mi cama.

—Y a todo esto ¿Qué tiene que ver la familia Fox? Cada vez estoy más confundida. ¿Esta red es de los Fox, o tiene razón Dante y todo es una fachada que apunta a esa familia?

Me paro, camino hasta apagar la luz de mi habitación y vuelvo al celular de Alice.

Salgo de ese álbum y veo otro que se llama “Cartas”. Entro, pero me pide una contraseña.

Abro otro álbum con el nombre del maestro de literatura. Un montón de fotos de ellos me dan la bienvenida. La mayoría son tomadas en su oficina. Aquí no hay nada fuera de lo normal.

—¿Y qué hay en este álbum para que hasta le pusieras contraseña, Alice?

Salgo de la galería y entró en sus notas. Solo tiene una nota que se llama “Contraseñas”. Aparece la contraseña de la carpeta “A y P” y otra que se llama “Cartas”.

—¿Dónde está esa carpeta? —Vuelvo a la galería y buscó en los álbumes ocultos, y allí aparece “AyP”.

Quito el álbum oculto y apago el celular otra vez.

Me voy a la cama y pienso en esos álbumes con contraseña. ¿Qué habrá exactamente? Mañana, al llegar de la escuela, revisaré esas fotos, porque mientras más tarde en ayudar a Alice, más difícil será encontrarla.

Y, al final, entre todos esos pensamientos, me quedo dormida.

______

Llegó a la escuela más temprano de lo normal, porque vine despacio; todavía me incomoda el tobillo al caminar. Entro y hay pocos alumnos.

Paso por la oficina del director Caruso y sale el oficial de la otra vez.

Cierra la puerta y se me queda viendo.

—Tú eres la chica que me había hablado sobre la relación clandestina de la señorita Moretti. Soy el teniente Bianchi —me extiende la mano y se la aceptó.

—Sí, soy yo, Dalisa —le respondo.

—Me gustaría hablar con usted y con la otra chica que estaba con usted —se refiere a Alice.

Él podría ayudarme a encontrar el paradero de Alice o no.

—No se va a poder. Alice, la otra chica, lleva dos días desaparecida —él saca una libreta y un lápiz.

—Hasta el momento no hay un reporte de su desaparición —claro, porque según la maestra Irina, está con su abuela.




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