Nuestro Lado Oscuro

Capítulo 18 El mensaje revelador

Salgo del baño y empiezo a ver para todos lados, todavía hay alumnos en los pasillos y cada quien está en su mundo.

¿Será que el mensaje es de Jack o Alessandro? ¿O tal vez es del maestro Sandro? Él sí sabe dónde queda la cabaña y, por ende, lo que sucede en esta.

Llegó al salón y los chicos están hablando entre ellos, pero cuando me acerco se quedan callados.

—Miren lo que me enviaron —les muestro la imagen—. Les dije que lo que dijo la maestra Irina era mentira. A Alice la secuestraron.

Dante me arrebata el celular.

—¿De dónde conseguiste esto? —me dice Dante con voz preocupada.

—Me la enviaron con un mensaje anexado —Dante quita la imagen y lee el mensaje.

—¿Quién puede ser? —pregunta Mateo a Dante.

—Estoy segura de que es alguien de este instituto, por lo que dice. Yo les había comentado eso antes de ir al baño —en sus ojos hay enojo.

Entra el maestro y me acomodo en mi silla.

—Hablamos de esto más al rato —me dice Mateo.

El maestro da su clase y se habla sobre lo que no alcanzamos a percibir a simple vista. Y me acuerdo de las fotos que vi ayer. Tengo que ver si hay más lugares con la figura, y si quiero saber qué tanto está involucrada la familia Fox, tengo que ir a su casa.Pero ¿Cómo le voy a hacer para encontrar la figura, aparte de los cuadros de sus antepasados?

Tal vez puedo ocupar la excusa de las galletas.

______

En la salida, Mateo me invitó a comer galletas y acepté.

Ahora estoy en la sala de la casa de la familia Fox. No habían vuelto a comentar nada sobre el texto.

—Ahora no están Alessandro ni Jack —les digo tratando de que no piensen que estoy interesada en ninguno de los dos.

—Espero que no —me responde Mateo.

Dante sonríe.

—¿Puedo pasar a tu baño? —le pregunto a Mateo.

—Claro —me explica por dónde es.

Llego a donde están los cuadros y veo la esquina. Saco mi celular y abro mi cámara. Le tomé una foto al primer cuadro. Camino por el pasillo lleno de cuadros.

—Lisa, ¿estás bien? —escucho el grito de Dante y sus pasos.

Camino lo más rápido que me permite mi tobillo. Antes de llegar a la sala, veo a Dante acercándose.Me ayuda a llegar.

—Oye, Lisa, ¿y qué más te dijo el teniente? —me pregunta Dante en voz baja mientras llegamos a la sala.

—Pues eso, que el papá de Sara culpa a Isabella de lo sucedido y también que primero dieron la orden de parar la investigación y luego llegó el papá a decir eso —le dije.

—¿Qué dicen? —nos dice Mateo.

Dante le dice a Mateo lo que le dije y Mateo solo se quedó viendo.

—Y, por cierto, la mamá de Sara todavía trabaja aquí —Mateo al instante niega—ustedes, ¿Creen que realmente sea el papá de Sara?.

—Hasta donde yo sé, su papá las abandonó cuando se enteró de que la mamá estaba embarazada —habla Dante, pero cuando se da cuenta de lo que dijo, se tensa y mira a Mateo.

Yo también miro a Mateo y veo cómo Mateo niega con la mirada.

—Creo que el señor que dice que es su papá, en realidad es el maestro Sandro —les digo.

—Realmente no creo que sea él. Tal vez fue otra persona —añade Mateo.—En el baño escuché a Isabella decir que ella también tenía pruebas y que las iba a liberar en el momento que el maestro Sandro la amenazara. Aparte, también dijo que Sara, estando muerta, siempre le quita la atención a ella —Dante tomó su taza, pero cuando se la lleva a los labios, puedo ver una sonrisa.

—Estoy pensando que la persona que se llevó a Sara puede estar aliada con la persona que se llevó a Alice. Pero como la persona que se llevó a Sara es el maestro Sandro, entonces la que se llevó a Alice—los miro, y ambos se ve que están esperando la respuesta incorrecta— ¿El director Caruso? ¿O también puede ser su hijo, Jack?

Dante se ahoga con su bebida y Mateo mira alrededor de la sala.

—¿Y por qué llegamos a esa conclusión? —me dice Mateo.

—Pues ya le había comentado a Dante que había visto a Jack en la madrugada saliendo del bosque, sospechoso.

—Jack lleva tiempo siendo amigo de Alessandro y no hemos visto nada sospechoso en él —me dice Mateo.

Llega a mí el recuerdo de Jack con Alessandro llevándose a Alice. Al parecer Alessandro está más que involucrado.

—Bueno, descartemos a Jack —les digo—, pero no al maestro Sandro. Podemos ir a su oficina a ver qué encontramos —les propongo.

—No creo que sea buena idea —dice Mateo.

—Si hay que entregar, yo lo puedo distraer y ustedes entran a su oficina —dice Dante, sonriendo.

—Pues ya qué —dice Mateo en voz muy baja, que apenas y le entendí.

—Bueno, entonces nos vemos mañana. Vamos a entrar a su oficina en el receso. Ya me voy para mi casa —me pongo de pie y me cuelgo mi mochila.

Dante y Mateo me siguen hasta la salida.

—¿Ya te vas, Dalisa? —escucho la voz de la señora Elisabeth.

Volteo y le sonrío.

—Ya, se está haciendo tarde y tengo que llegar temprano a casa —le digo.

La señora Elisabeth llega hasta donde nos encontramos y nos saluda con un beso a cada quien.

—Me llegó el rumor de que el teniente Bianchi todavía está buscando información sobre el caso de la hija Moretti —mira a Mateo y luego a Dante. Les agarra una mejilla.

—Sí, abuela. Todo por su papá. Al parecer apareció después de casi 18 años el papá de Sara, y el teniente se enteró de su gran ausencia en la vida de ella —le dice Dante, pero en su voz se escucha ¿Sarcástica?

—Y al teniente se le hizo raro que un hombre que se hace pasar por el papá de Sara dijera que tenía una sospechosa sobre el caso, que la mamá de Sara y él fueron a cerrar juntos —añade Mateo.

En la cara de la señora se puede ver la confusión y el enojo, pues empieza a apretar sus manos hasta que sus nudillos se vuelven más blancos.

—Bueno, creo que yo también tengo que investigar esto. Díganle al chófer que lleve a Dalisa a su casa —después de decir eso, se va por donde llegó.




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