Prólogo

Obedecerás al señor tu Dios con todo tu corazón

Templario: regla 1

La noche era oscura, el ambiente se sentía débil y el sonido de las alas de los cuervos se escuchaban, como si estuvieran acechando por cada rincón de las casas.. En el mundo de Dior los habitantes estaban ansiosos por saber quien nuevamente los iba a guiar hacia los planes de su Dios, el responsable de guiarlos y salvarlos de la miseria.. La hambruna le estaba ganando al pueblo, cada día miles de niños morían de desnutrición, las horas de trabajo se multiplican cada año y no se consiguen medicamentos para los enfermos.

Mientras los habitantes esperan a que sea nombrada la nueva roca de su pequeño mundo, una injusticia es cometida en el gran templo; detrás de esos muros el enviado de Dios, Tobias el número doscientos de enviados ha tomado la decisión. Además de que ha orado un sin fin de oraciones al Altísimo durante un año entero, por fin ha decidido que su puesto será otorgado a su hijo menor, Abraham.

Tobias siente y está seguro que ese es el mandato de Dios, es hora de entregar su legado según la ley del templario. Ya en el presente era un hombre desgarrado con poco cabello y algunas canas con mucha experiencia para dar y el tiempo de su reinado había expirado. No había duda que el pobre hombre no podía seguir con el liderazgo y debía entregarlo de inmediato.

Al cumplir ochenta años el enviado de Dios que esté a cargo deberá orar al Altísimo y pedirle que le muestre a quien le otorgará el cargo y este debe ser del mismo linaje de nuestros antepasados

Templario: regla 57

Tobias alegre y energético manda a llamar a sus dos hijos y a las esposas de estos por medio de una sierva. Al llegar su familia, quienes intuian el motivo de la reunión se quedaron callados esperando a que el hombre cansado y canoso pero con un toque de alegría hablara.

- La paz y victoria del señor esté con ustedes- pronunció el hombre viejo y sabio. Mientras veía a cada uno de sus familiares orgulloso. Si tan solo ese segundo se hubiera detenido en aquel salón, si tan solo la decisión fuera otra...

-Amen padre - dijeron todos en la sala luego un silencio intrigante se esparció por todo el lugar hasta que el hermano mayor Samir lo rompió.

- ¿Qué es tan importante padre? - preguntó un tanto nervioso el hijo mayor.

Samir sabía en el fondo que había llegado la hora de que su padre entregara su legado y como él había estudiado todo el templario sabía muy bien que por derecho le correspondía a él el puesto de guía. Al fin y al cabo él era el primer hijo.

- El altísimo, el supremo y creador nuestro me ha hablado; me ha dicho que es hora de entregar mi legado al próximo guía del universo Dior. El supremo ha hecho una decisión inesperada pero certera, él no se equivoca nunca así que sin más preámbulo Abraham hijo menor mío, Dios te ha elegido para ser nuestro proximo guía que la sabiduría este contigo y tus pasos sean justos.

Todos se sorprendieron de la gran noticia, hubo muchas alabaciones a Dios, oraron y felicitaron a su nuevo guía. Dentro del corazón de Abraham hubo un rechazo al puesto, no se sentía digno de él y mucho menos sabiendo que el puesto debía ir a su hermano mayor.

Este posó sus ojos en Samir a quien siempre admiró, frunciendo el ceño preocupado por él y es que Abraham aunque quisiera no se pudo imaginar los oscuros pensamientos que rodearon a su hermano. Pensó que al día siguiente hablaría con más calma con él, siendo sincero y humildemente no deseaba llevar ese cargo pero si Dios lo eligió ¿quién era él ante su creador para decirle que no?

Samir se llenó de una rabia muy grande, se preguntaba porque su padre elegiría a Abraham por encima de él pero Samir tenía algo muy claro,esto no se iba a quedar así. Iba a reclamar su lugar que por derecho le pertenecía y no le importaría que tendría que hacer para conseguirlo.

Esperó a que todos se durmieran, sabía que la proclamación sería al otro día y no podía permitir que el pueblo se enterará que no había sido elegido.

Fue a la habitacion de Tobias, lo vio un rato, contemplando a aquel hombre que lo crió, que le enseñó todo lo que sabía; le dolía su ser y sentía como cada partícula de su cuerpo se hacía roca.

Sacó el cuchillo, se acercó a paso lento y cuando lo tuvo cerca le enterró el cuchillo en el corazon, Tobias abrió los ojos y vio a su hijo, a su primogénito a los ojos con un dolor horrible y en medio de convulsiones agonizantes dijo sus últimas palabras.

- Hijo.

Murió ahí en su cama traicionado por su amado primogénito.

Samir salió de aquella escena escalofriante y se dirigió al verdadero objetivo: Abraham.

Lo encontró en su recamara durmiendo con su esposa que además estaba embarazada de pocos meses. Sus respiraciones calmadas evidenciaban la profundidad de sus sueños.

Samir lloró por su hermano, aquel que sostuvo en sus brazos cuando nació y vio crecer pero sabía que su alma, el alma de Samir ya estaba condenada.

Lloró tan fuerte que despertó a Abraham y a su esposa Sara, asustado Abraham al ver a su hermano se llenó de dolor y tratando de calmarlo le dijó:

- ¿Qué haces aquí Samir? - preguntó calculadamente al verlo pero sobre todo mantenía su mirada en aquella daga que lo apuntaba.

Sara asustada por la situación se llenó de un terror indescriptible, colocó su mano en su vientre de cinco meses de manera protectora y trataba de respirar.

Samir observaba a Abraham directamente a sus ojos y dijo con una voz llena de rencor.

- hermano lo siento, pero no puedo dejarte el puesto de guía. Ni siquiera entiendo porque nuestro padre te eligió sabes al igual que yo que por el templario me corresponde a mi y no a ti el legado.Quisiera odiarte de verdad pero no lo hago, solo quiero guíar a Dior, ser un verdadero guía y por desgracia, tu Abraham no puedes vivir. Los siento.

Con esas últimas palabras rápidamente lo apuñaló dos veces, una en su corazón y otra en su costado. No le dio oportunidad de decir nada, ni sus últimas palabras ni un adiós.