Semanas después
Tyler me miro y pronuncio unas palabras que yo nunca creí que diría: Te amo. ¿Yo lo amo? Sí, estoy enamorada de él
–Iremos a cenar muñeca–Dijo el
– ¿Si?
–Sí, Louis me prestara su auto
– ¿Por qué no vamos en mi Jeep?
–No quiero que manejes, quiero manejar yo muñeca
–Está bien, ¿me cambio de ropa?
–Así estás perfecta
– ¿A dónde iremos?
–Es una sorpresa– Murmuro en tono burlón, beso mi frente y bajo y me dio un rápido beso en los labios y yo sonreí. Tomo mi mano y caminamos hasta el estacionamiento, abrió mi puerta para que yo entrara, no entiendo porque tanta formalidad, pero bueno, entre al auto y él lo rodeo y se monto en el asiento de piloto, encendió el auto y lo puso a andar, en todo el camino hablamos, hizo algunas estupideces y me reí, de pronto se detuvo en una pizzería, mi favorita hasta ahora, estaba sola, yo sonreí de oreja a oreja
–Llegamos muñeca–Me miro y sonrió
– ¡Comeremos aquí! Amo está pizzería Ty
–Lo sé muñeca–El sonrió al ver mi emoción
Se bajo del auto y yo también, le dio al control para cerrar las puertas, tomo mi mano y me condujo al interior de la pizzería. Todo estaba solo y oscuro y se encendieron las luces, había un camino con rosas hasta una mesa, que estaba realmente bonita y tenia velas, todo era hermoso, nunca nadie había hecho eso por mí, nadie, nunca. No sabía que sentía, todo era perfecto
–Tyler...–Dije
–No digas nada muñeca–Hizo un pausa, envolvió mi cara con sus manos y me dio un breve beso–. Ven–Tomo mi mano y me condujo hasta la mesa. Pidió mi pizza favorita, y hablamos, hablamos y hablamos, nos reímos, fue un momento realmente lindo.
***
Estaba realmente llena cuando terminamos de comer, Tyler estaba frente a mí, las velas resaltaban sus pómulos y sus ojos cafés se veían profundos, hermoso, realmente hermoso. Aun no me lo creía, era novia de ese chico tan hermoso, tan lindo, de Tyler pensaban cosas tan feas en la universidad, pero él no era malo, nunca se había enamorado, oh dios, ¿Tyler estaba enamorado de mí? La verdad es que nunca me lo había dicho en sí, me había dicho que me amaba pero no que estaba enamorado de mi, la verdad esto de confiar mucho me aterra, pero por alguna razón me siento segura con Tyler, en sus brazos me siento segura, yo solo espero que esto no termine mal, estaba tan absorta en mis pensamientos que no había escuchado a Tyler llamarme
– ¿Muñeca? ¿Estás bien?
–Oh... Oh, sí Ty, estoy bien, disculpa –Sonrió mostrando sus hoyuelos, algo dentro de mí se ablando, esto era lo que le causaba, era tan vulnerable a su sonrisa
– ¿Qué estabas pensando?–me sonroje, obvio no le iba a decir lo que estaba pensando, Tyler ladeo la cabeza
–Nada importante Ty–Sonreí para tranquilizarlo, el se inclino hacia delante de manera que quedamos aun más cerca, su expresión cambio y sonrió pícaro
–Amo cuando dices Ty
– ¿Ah sí?
–Oh claro que si... Es sexy–Me sonroje y mi corazón dio un vuelco, ¿Cómo podía decirme algo así? Sonreí pícaramente siguiéndole el juego
–Creo que me gusta que te parezca sexy
– ¿Crees que te gusta?–Bajo sus pestañas
–Bueno no, no creo–Su mirada se encontró con la mía–. Me gusta–Sonrió, alargo su brazo y acuno mi mejilla en su mano y suspiro
–Creo que ya deberíamos irnos–Dijo. Asentí
***
Cuando llegamos a casa las rosas aun estaban en el suelo todo seguía igual a como habíamos salido, Tyler cerró la puerta detrás de él, yo estaba mirando al suelo, él se puso frente a mí y me levanto la barbilla, haciendo que lo mirara a los ojos, sus profundos ojos cafés, tenía una expresión llena de ternura, me acaricio la mejilla, cerré los ojos, y cuando los abrí el estaba mirándome fijamente, me miraba como si... como si fuera lo más importante en su vida, empezó a acercarse, roso sus labios con los míos y luego me beso, fue un beso cálido, suave y tierno, el beso se empezó a profundizar y mi corazón se aceleraba, el corazón me retumbaba en los oídos, él dio un paso a adelante y yo uno atrás, choque con la encimera y él se acerco lo más que pudo poso sus manos en mi cadera y me apretó contra él, luego bajo un poco más y me subió a la encimera y yo enrolle mis piernas a su alrededor, fuego recorrió todo mi interior, le tome la franela y lo jale hacia mí, cerrando el poco espacio que había entre los dos, un sonido ronco salió de su garganta, como un gemido, todo mi alrededor no existía solo éramos él y yo, el se aparto jadeando y yo abrí los ojos, cuando me encontré con esos ojos cafés, una mirada ardiente, yo estaba jadeando y mi corazón estaba acelerado, me cargo, aun tenía las piernas a su alrededor y camino hasta el cuarto, mi espalda toco la cama y él se cernía sobre mí, me dio otro beso, pero este en cambio no fue salvaje, fue tierno y dulce, me derritió, se alejo con los ojos aun cerrados, cuando los abrió me miro, una mirada intensa, sus ojos cafés, brillaban, sonrió
–Eres tan hermosa–. Antes de poder responder se acerco de nuevo y me beso, pero suave lento y el beso se fue intensificando, profundizando y fuego corrió por todo mi cuerpo nuevamente, mi corazón se aceleraba, amaba sentir eso, Tyler me hacia esto, solo él, y así quería que fuera siempre, él, sólo él, poso su mano en mi cadera, se alejo un nanosegundo pronuncio mi nombre, como si fuera lo más bello, continuo con el intenso beso, su mano empezó a subir lentamente hasta mi cintura en un cálido rose, yo pase mis manos por su espalda y él rodeo mi cintura, metí mis manos a través de su franela, y empecé a quitársela, él me ayudo y se la termino de quitar, la lanzo a algún lugar de la habitación, empezó a subir la mía, y yo no lo evite, subí mis brazos para ayudarlo, la saco por completo y la lanzo, me sonroje en cuanto su mirada encontró con la mía, sus ojos brillaban, me miraba
–Oh dios...–Hizo una pausa y negando con la cabeza–. Eres perfecta mujer–Y unió sus labios con los míos, puso sus manos en mi cintura, profundizo el beso de nuevo, sus manos se deslizaron por mi cintura y llego hasta mis caderas, me besaba como si estuviera sediento y yo fuera agua, fuego corría por mis venas, lo quería a él, de verdad lo quería, hizo un caminito de besos desde mi boca hasta mi cuello, me estremecí por el contacto, poco a poco, nos fuimos desprendiendo de nuestra ropa, besándonos como si el mundo se fuera a acabar, dejándome sin respiración, él se detuvo, y yo me queje