Nuestro pequeño error.

CAPÍTULO 5: Día de compras. ✔️

MIA
—¿Cómo te ha ido esta semana? —preguntó Thony.
—Muy bien. Las clases van bien.
Thony me observó pensativo. Media hora antes me había sorprendido al salir de clases. Al parecer quería invitarnos a cenar y venía a buscarnos. Ahora ambos esperábamos a Terry que aún no llegaba de sus recados.
—La nueva amiga tuya parece muy simpática —comentó.
Sonreí ante su comentario y llevé mi taza de café a mis labios. Estábamos acomodados en la cafetería de la universidad y hace algunos minutos me habían llegado noticias de Terry. Venía en camino con mi pequeña.
—Sí. La verdad sí es muy simpática. Noa parece llevarse muy bien con ella.
Permanecimos callados durante unos minutos más disfrutando de nuestro silencio. Thony logró sorprenderme al preguntar:
—¿Te arrepientes de haber tenido a Noa?
Analicé su pregunta a fondo y contesté completamente segura.
—He cometido muchos errores en mi vida y seguro cometeré muchos más. Pero Noa es el más bonito de todos ellos. Nunca me arrepentiría de algo tan bonito.
Thony conectó el azul de sus ojos con los míos mientras parecía analizarme.
—Aunque pasase de ese modo. ¿De eso no te arrepientes?
—Quizás un poco sí —respondí al instante. Aquella pregunta ya me la había hecho demasiadas veces—. Me hubiese gustado poder ofrecerle una familia a mi hija.
Thony alargó su mano por encima de la mesa y tomó la mía. Me ofreció un suave apretón brindándome, como tantas veces, su apoyo. Sinceramente agradecía que se preocupase tanto por nosotras y que siempre estuviese allí.
—Sabes que siempre estaré aquí, ¿verdad? —asentí suavemente y le regalé una sonrisa. Siempre estaría allí—. ¿Nunca has intentado buscarlo? En estos años me refiero.
—Al principio sí. Ya sabes cuando me enteré que estaba embarazada —expliqué—. Pero nunca he intentado buscarle. No en estos años. Ya ha pasado mucho tiempo, no creo que le encuentre.
—Sabes que yo...
—No pienso exponerme en tus redes sociales y menos a mi hija —le corté.
En mi vida haría algo parecido a lo que me ofrecía. Esa era, sin duda, mi última opción. Pero es que ni siquiera tenía cuenta en Instagram. Me daba vergüenza publicar mi vida y exponerla a los comentarios de las personas. Odiaba ser el centro de atención.
Thony comprendió mi reacción y asintió poniéndole fin a la conversación. Él conocía tan bien mis defectos y gustos que se imaginaba las razones de esta reacción.
—Mami —oí a mi hija y me giré a buscarla. Venía corriendo hacia nosotros y en un acto reflejo me puse de pie y la recibí entre mis brazos—. Te extrañé, mami.
La abracé muy fuerte entre mis brazos y agradecí que ya estuviese conmigo. Se habían llevado una parte de mí y ya la tenía de vuelta.
—Yo también te extrañé, bebé.
Permanecí un tiempo más con mi pequeña entre mis brazos disfrutando de su contacto.
La dejé en el suelo poniéndome a su altura.
—¿Qué has hecho con la tía Terry?
—Toqué el piano, mami. Y el señor tocó para Noa.
Miro a Terry confundida por las palabras de mi hija.
—Hemos visitado a mi hermano en el último momento. Noa ha encontrado su piano y mi hermano le tocó algo —explica Terry calmando mi preocupación.
Asiento. Observo la preciosa sonrisa de mi pequeña y no puedo evitar sonreír.
—¿Entonces te divertiste?
Mi niña sonrió y sus preciosos ojos grises brillaron.
—Mucho. La tita Terry me compró helado de chocolate.
—Me alegra que te hayas divertido. Sabes quién ha venido a vernos y nos invitará a cenar —mi niña niega y espera mi respuesta—. Compruébalo por ti misma —me aparto un poco y dejó que mi hija vea a su tito Thony.
Mi hija grita alegre y corre hasta él, quien la toma en brazos y la mantiene allí mientras la come a besos. Me acerco a Terry y le doy un fuerte abrazo.
—Gracias por cuidarla tanto —contuve las lágrimas que amenazaban con surgir.
—No me molesta hacerlo. He aprendido a quererla en este poco tiempo —aseguró—. Es muy fácil aprender a quererla —dejamos de abrazarnos. Terry me mira directamente a los ojos y asegura—. Igual que a ti.
Sonrío grandemente y vuelvo a abrazarla. Yo también he comenzado a quererla y me agrada que ella sienta lo mismo por nosotras.
Alguien más para mi pequeña familia.
—Yo también he comenzado a quererte —aseguré.
—Mami, el tito Tony nos invita a pizza.
Escuchamos a Noa y ambas sonreímos.
—¿Te vienes con nosotros? —le pregunto a Terry.
Se lo piensa durante un momento.
—Vale, voy con vosotros. Pero con una condición —busco la mirada de Thony y veo cómo él asiente. Vuelvo mi mirada hacia Terry y asiento—. Necesito que me acompañen a comprarme un vestido. Este finde tengo una cena muy elegante y no tengo ningún vestido.
—Pues claro que te acompañamos —asegura Thony acercándose a ambas—. No hay nada como irse de compras con amigas.
Observamos a Thony muy serias durante unos segundos para romper en carcajadas. Yo sabía muy bien sobre los gustos de Thony y su buen gusto en ropa. No había mejor compañero de compras que él.
—Pues nos marchamos.
—Sí. Los titos se vienen —grita Noa feliz y todos sonreímos.
☆☆☆
—¿Qué tal este? —preguntó Terry por... Dios, ya había perdido la cuenta de cuántas veces habíamos repetido esto.
—Es precioso Terry, igual que todos los anteriores —comento.
Observo a mi hija jugando con Thony en uno de los sillones.
—Tienes razón —aseguró. Miró a la chica a su lado e indicó— Empaca este. Me lo quedo —suspiró cansada—. Al fin hemos terminado. Me cambio y buscamos los zapatos y los complementos.
Espera, ¿qué?
Miré horrorizada a Terry quien me dedica una sonrisa por mi expresión.
—Tranquila Mía. Es normal en los ricos pasar horas de compras —intenta tranquilizarme Thony—. Este te va genial.
Terry soltó una carcajada y volvió al probador.
Camino distraída durante un rato por la tienda, observo todas las cosas a mi alrededor. Esta era de esas tiendas a las que siempre soñé ir cuando era joven y a las que nunca pude entrar. Ahora estoy aquí. Muchos años después en circunstancias totalmente distintas.
Me dejo llevar por mis deseos y contemplo el precioso vestido violeta de uno de los escaparates. Es en un tono muy suave y un diseño muy sencillo. Tiene un pequeño escote. Es ajustado en la cintura y suelto hasta los tobillos. ¿Quién dice que en la sencillez no hay belleza? Es uno de esos vestidos que solo con observarlo es como si supieras que está hecho para ti.
Una chica muy amable se acerca y me pregunta si deseo probármelo. Llevándome por un impulso acepto su oferta y de pronto me veo frente a un espejo observándome con aquel precioso vestido. Definitivamente aquel vestido estaba hecho para mí. Me quedaba espléndidamente bien y lograba resaltar mi piel blanca y mis ojos verdes así como mis suaves curvas. Conservaba mi cabello suelto, pero podía asegurar que con un recogido quedaba espectacular.
—Le queda muy bien, señorita —asegura la chica que me ayudó a colocarme el vestido.
—Es cierto.
—Quizás debería comprarlo —propuso—. Está hecho para usted.
Si pudiese pagarlo y tuviese una oportunidad para ponérmelo, lo haría.
—La chica tiene razón, Mía. Te queda espectacular.
Busco la voz de Terry a mi lado y pronto me encuentro con sus preciosos ojos azules.
—No creo que pueda pagarlo, Terry —aseguré—. Será mejor que me lo quite y lo devuelvan a su sitio.
Vuelvo al probador y me quito el vestido. Antes de salir vuelvo a observarlo durante un instante e intento grabarme todos sus detalles. Nunca tendría algo tan bonito y esta era una oportunidad, que aunque pequeña, era preciosa.
—Puede devolverlo a su sitio —le indico a la chica de antes mientras le entrego el vestido.
Terry niega y se gira hacia la chica.
—Empáquelo y agréguelo a mi cuenta. Ella se lo lleva —asegura.
Me quedo totalmente anonadada mientras observo cómo la chica se marcha con, al parecer, mi nuevo vestido.
—No tenías que hacerlo —aseguro—. No creo que tenga oportunidad de llevarlo.
Terry sonríe y se engancha de mi brazo.
—Nunca digas nunca. Quizás tengas una oportunidad cuando menos te lo esperes —comenzamos a caminar de vuelta con Thony y mi hija—. Además, cuando pase de moda puedes usarlo en la universidad —ambas comenzamos a reír mientras buscamos a los chicos—. Terminemos con esto de una vez. Estoy muriendo por comer esas pizzas.
Volvemos a reír y nos reunimos con Noa y Thony para continuar con el día de compras.




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