Nuestro Secreto

Capítulo 5

Cael molesto deja el móvil en el escritorio, pide a su secretaria el periódico, una vez se lo llevan frunce el ceño al ver la foto de la que le habló Dahlia, al parecer era obra de su abuela, la puerta de su oficina se abre y ve al hombre imponente en el umbral, su piel bronceada contrastaba con sus ojos verdes, llevaba su cabello peinado hacia atrás, su traje de un excelente corte, el hombre entra sin ser invitado, su mirada recorre el lugar y luego se sienta en el elegante mueble se su oficina.

—Al parecer ya no tienes modales Henrik —se pone de pie y camina hacia su primo, se sienta frente a él —¿Qué haces aquí?

El hombre sonrie un poco.

—He visto las noticias en el periódico, me doy cuenta que es un truco de tu parte ¿casarte? Ni siquiera has tenido novia, Corporación Zimtex no será tuya —ambos hombres se miraron como enemigos —Has engañado a la abuela, pero a mi no, demostraré que tu compromiso es una farsa —se pone de pie.

—Supongo estas temblando de miedo, el venir hasta la revista para decirme eso, sabes bien que Corporación Zimtex será mía.

Henrik se gira.

—No eres un oponente para mí Cael —diciendo eso se marcha.

****

—Estoy sorprendida, pero al mismo tiempo aliviada —Dahlia lleva un bocado a su boca, Eira la había invitado a almorzar.

—¿Aliviada? —ella asiente.

—Sentía culpa por haberme comprometido con Alden, tuve la idea que sentías algo por él, esa noche y había decidido terminar con él.

Dahlia casi se atraganta con la comida ¿fue tan obvia? No quería que Eira se preocupara por ella, antes de salir a almorzar había llamado enojada a Cael y le había exigido que quitaran la noticia, pero ahora se arrepentía, no quería ser la causante de la ruptura de Eira y Alden.

—Querida —Dahlia levanta la mirada y se encuentra con Cael, él estaba en el mismo restaurante que ella, las mujeres habían volteado a ver, era un hombre excepcionalmente guapo, vestia elegante, era alto.

—¡Cael! —Eira exclama feliz —¡Debo felicitarlos! Ha sido una gran sorpresa, no se en que momento se enamoraron.

Dahlia se preguntaba que hacia Cael en ese momento en el mismo restaurante ¿Alguna coincidencia? se sintió avergonzada por lo dura que fue hace algún momento por teléfono.

—¿No interrumpo su charla de mujeres? —Eira niega.

—¡Siéntate! Ya estaba por preguntarle a Dahlia como se enamoraron —se quedó en silencio y luego soltó un gritito de felicidad —¿La cena de ayer era para hablarme de Dahlia?

Él observa a Eira, era una mujer bonita, alegre, todo lo que deseaba en una mujer lo tenía ella...sintió un golpe en su rodilla, giró su cabeza y se encontró con los ojos de Dahlia, ella lo había golpeado para que saliera de su ensoñación.

—Si, era para pedirte que me ayudaras a pedirle matrimonio a Dahlia, pero ella apareció y no contuve mis ganas de preguntarle si deseaba ser mi esposa.

—Es tan romántico ¿y el anillo? —miró los dedos desnudos de Dahlia.

Cael sonríe y saca aquella cajita que Dahlia vio la noche anterior en el restaurante, él la abre y Eira suelta un gritito.

—¡Es precioso!

—Ya se lo había dado a Dahlia, anoche, pero está mañana ella lo dejó en mi mesita de noche —Dahlia se atragantó con el agua ante la declaración de Cael.

—¿Está mañana? —Eira abre grandemente los ojos —¿Ustedes dos...durmieron juntos anoche? —Eira sabía que Dahlia era virgen, y que ella deseaba llegar intacta al lecho nupcial... pero el amor la había hecho cambiar de opinión.

—Si, vamos a casarnos —pasa su brazo por los hombros de Dahlia, estaba seguro que Henrik había enviado a seguir a Dahlia para demostrarle a su abuela que habían mentido, no deseaba hacerle daño a su abuela, por eso fue a la empresa donde trabajaba Dahlia para pedirle que fingieran un poco más.

Eira mira su reloj

—Alden se ha atrasado.

—¿Alden viene? —pregunta Dahlia.

—Por supuesto, debo advertirte que no se tomó muy bien la noticia de tu compromiso, no sabíamos nada que salías con Cael.

Dahlia miró de reojo al hombre que no apartaba su brazo de sus hombros, no dijo nada, no quería que sus amigos rompieran por culpa de ella, se daba cuenta en ese momento que le pediría a Cael que fingieran un poco más.

****

Alden frunció el ceño al ver a la pareja, Cael no apartaba su brazo de sus hombros, se sentía extraño ya que nunca le había conocido un novio a Dahlia, la conocía desde niña, la veía como una hermana, ahora sabía lo que eran los celos de hermanos. Saludo a Eira y luego a la pareja. Pidió su almuerzo y estuvo en silencio observándolos, sus ojos notaron el anillo de diamante en el dedo de ella, a su memoria llegaron recuerdos de un sueño que tuvo y no lo dejaba en paz, ella diciéndole que lo amaba. No sabía que había pasado ese día cuando leyó la noticia que la pequeña Dahlia estaba comprometida, sentía que no tenía mucho apetito, la observó por primera vez al parecer, su cabello cobrizo, cayendo en su espalda, sus ojos color miel y grandes poblados por largas pestañas que eran preciosos, sus labios del color de las cerezas, sabía que no se había maquillado, a ella le encantaba andar al natural, su suave voz, su piel blanca y perfecta ¿Porqué hasta ahora lo notaba?

Sintió como Eira le toma la mano, ella sonreía de oreja a oreja, se daba cuenta que estaba feliz por el compromiso de Dahlia, cuando el almuerzo terminó, se puso de pie, deseaba hablar con Dahlia, pero Cael sujeto el codo de ella.

—Fue un almuerzo agradable, yo llevaré a Dahlia al trabajo —Alden iba a interrumpir, necesitaba hablar con ella, quería una explicación, pero Cael se la llevaba.

—Yo... —Eira mira a Dahlia —Sólo quería saber si está noche volverás a casa.

—Dónde más estaría Dahlia—responde Alden.

Eira solo asiente.

—Estará en mi departamento —tres pares de ojos miran a Cael —Buenas tardes —se despide de ambos.

Al salir del restaurante, Dahlia trata de soltarse, pero él no lo permite, la conduce a su elegante auto, abre la puerta de atrás, ella furiosa entra.




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