—Gracias —Dahlia cierra los ojos un momento al sentir la brisa acariciando su rostro.
—No podía negarme a la invitación de su abuela —él se detiene.
—¿Qué le pareció la familia?
—No olvide que no podía verlos —él sonríe a medias.
—Tiene razón.
—Su abuela me ha invitado a tomar el té, mañana, en el club.
—¿Irá?
—Seria descortés si me niego.
Cael asiente.
—Dahlia ¿le molesta si por la mañana la invito a comprar ropa? Antes que discuta, es por la situación, se supone usted es mi novia y se espera de mi parte que la llene de regalos costosos, si no lo hago así, la gente dirá que soy un tacaño con la mujer que amó, o Henrik puede continuar con sus sospechas de nuestra relación.
—Puedo aceptar con la condición de que cuando esta relación se termine se lo devuelva.
Él se encoge de hombros.
—No me imagino que puedo hacer con ropa de mujer, pero no discutiré, mañana pasaré por usted ¿le parece a las nueve de la mañana?
—De acuerdo
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Dahlia se miró una vez más en el espejo, sus ojos se encontraron con los de Cael, él estaba sentado detrás de ella, se veía cómodo, la encargada de la tienda, lo había atendido muy bien, cada deseo de él al instante se materializaba en un hermoso vestido.
Dahlia no podía creer lo diferente que se veía, usaba ropa discreta, pero realmente era sobria, no era para alguien de su edad, de acuerdo a las palabras de la encargada de la tienda al ver el vestido que llevaba puesto.
—¿Le gusta? —pregunto una vez más la encargada de la tienda a Cael, ella no apartó su mirada del espejo, realmente le gustaba, pero se daba cuenta que sus gustos no eran iguales, ya que él había rechazado una docena de vestidos.
—Por supuesto —respondió sin apartar su mirada de ella, Dahlia sintió un cosquilleo en su espina dorsal, la mirada de Cael era diferente en ese momento —Traiga la colección de la diseñadora de ese vestido.
La encargada de la tienda sonrió ampliamente, era una colección cara, y al parecer él estaba dispuesto a pagar por ella.
Cuando quedaron solos, él se puso de pie, caminó hacia ella.
—Miranos —señala él al espejo —Hacemos una excelente pareja —ella asiente, no sabia si era el vestido, pero se veía elegante, delicada, él en cambio era imponente, alto —Iremos a la peluquería, que te hagan un bonito corte, el color de tu cabello es precioso.
Ella no supo que decir, ambos no se agradaban, se estaban ayudando por su bien, sabía que él estaba haciendo su papel, por las personas que los seguían, pero no pudo evitar sentirse halagada.
La mañana la habían pasado en la tienda y la peluquería, ella miró el reloj y luego a Cael.
—La cita con su abuela, debo irme —ambas manos estaban ocupadas con las bolsas de las compras, igual las de Cael, y faltaba unas bolsas que enviarían a su casa.
—Te acompaño —ella pensó que estaba desesperado por deshacerse de ella, ya que varias veces notó que él chequeaba la hora y su móvil.
La ayudó a subir a su auto, todo el camino estuvieron en silencio, al llegar al club, Cael asumió su papel, puso su brazo para que ella se apoyará en él.
Cael saludo con una inclinación de cabeza a los conocidos, estaba consciente de todas las miradas puestas en Dahlia, se veía exquisita con el vestido que llevaba, su cabello suelto, el maquillaje.
—Debo pedirte algo —ella le presta atención.
—Comienza a tutearme, de esa manera será más cómodo para ti hablar conmigo.
—En cierta manera es mi jefe —él sonríe.
—Llámame Cael, dilo.
A los ojos de los demás era una pareja feliz, ya que se veían y sonreían mucho.
—Cael —responde Dahlia.
—Nos sentaremos en la mesa con la abuela y no dejarás de llamarme Cael.
—Está bien —responde Dahlia.
Al acercarse a la mesa, la abuela sonreía al verlos juntos, Cael frunce el ceño, al ver que Henrik esta allí.
—Qué linda pareja hacen —saluda la abuela feliz —Los estaba observando de lejos, se ven muy felices.
Cael aparta una silla para que Dahlia se siente.
—Difícil no ser feliz con ella —deposita un beso en su cabeza, ella dio un respingo, pero lo disimulo al tratar de mover un poco la silla —Abuela —Cael se acerca a ella y deposita un beso en su mejilla —Henrik —saluda.
—Me he encontrado con Henrik en el club —Cael sabía que no era coincidencia, debió escuchar la invitación de la abuela a Dahlia y se apareció —Cómo era de esperar vendrías con ella al club.
Dahlia piensa que casi no le cuenta a Cael de la invitación de su abuela, así que lo hubiera arruinado.
—Estaba pensando que la boda podría ser en la casa de campo.
Dahlia siente como Cael toma su mano entre las suyas.
—No recordaba la casa de campo —apreta la mano de Dahlia —Querida el próximo fin de semana te llevaré a la casa de campo de la familia, si te gusta podremos celebrar la boda.
Dahlia sonríe ampliamente, sentia que le dolía las comisuras de los labios porque los obligaba a sonreír cuando quería llorar, los fines de semana los dedicaba a lavar la ropa, limpiar la casa.
—Me parece perfecto —responde entusiasmado.
—¿Ya tienen la fecha de la boda?—pregunta Henrik burlón.
—Aún no —responde Cael.
—Lo supuse —Henrik pide una copa de vino —¿Quieres una Cael?
—No, ando conduciendo, no expondre a Dahlia a un accidente.
—Bueno, espero no les moleste, pero quiero acompañarlos, me gustaría ir a la casa de campo.
Cael asiente, no podía negarse con su abuela.
—¿Porqué no lo convertimos en una salida familiar? —pregunta Henrik sin apartar la mirada de Cael —Supongo no te molesta primo.
—No me molesta, pero imagino te sentirás un poco fuera de lugar al no tener pareja.
Henrik niega.
—No te preocupes por eso, de hecho estoy saliendo con Soledad, espero no te moleste.
—¿Porqué me molestaría? —se encoge de hombros —La mujer de mi vida es Dahlia.
Henrik dio un sorbo a su copa, ocultando su sonrisa de burla, Cael no se resistiría a Soledad, acabaría con el falso compromiso.