—¿Qué haces aquí? ¿Le pasó algo a Eira? —Alden la observa de pies a cabeza.
—¿Estás embarazada? ¿Por eso te casaste con Cael? —Dahlia mira hacia todos lados, esperando que la gente que entraba en el edificio no lo escucharán.
—¿Has venido a mi trabajo para preguntarme eso? —esta molesta.
—¡Por supuesto! ¡Honestamente esperaba que en el fondo esta fuera una relación de mentira! —pasa su mano por su rostro —No sé si fue un sueño, pero te vi y te escuché decirme que me amabas, que toda la vida lo has hecho, pensé que estabas dolida por mi compromiso con Eira, y no olvidemos que Cael salía con Eira, así que estaba seguro que para que ocultar su dolor se habían inventado ese estúpido compromiso —Dahlia desvía la mirada, había acertado —¿Me amas?
Ella que no estaba acostumbrada a mentir, desde que conoció a Cael, todo en su vida era una red de mentiras, pero no podía aceptar nada ante Alden, su amiga ya estaba sufriendo por culpa de ella, jamás debió confesar sus sentimientos.
—Siempre te he visto como el hermano que no tuve —se felicito mentalmente, había sonado convincente, lo miró a los ojos y se atrevió a mentirle —¿A quién más le has dicho esa fantasiosa teoría?.
—¿Estás segura? —ella lo mira a los ojos y asiente.
—Tengo trabajo, somos amigos, pero siento que estas invadiendo mi privacidad, venir hasta mi trabajo solo para preguntarme si estoy embarazada, no me parece.
—Me siento decepcionado, pensé eras diferente —Dahlia sonríe.
—¿Decepcionado? Cuando una pareja se casa, es para formar una familia, mi matrimonio con Cael, es muy real, debo trabajar, me doy cuenta que te has confundido por ese extrañó sueño que tuviste, es solo eso, un sueño, pero has cambiado con Eira por un mal entendido —se gira y camina hacia el ascensor sin mirar atrás, sentía tensa la espalda, se suponía que esa noche había estado bien borracho, pero al parecer no tanto porque recordaba lo que le había dicho.
Le preocupaba que la teoría que él tenía de su relación con Cael, se la hubiera comparado a Henrik, sabía que estaban trabajando más cerca, y decirle eso era darle la razón a la sospechas de Henrik.
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Cael tamborilea los dedos sobre el brazo de su cómodo sillón, Eira sonríe un poco.
—Los escritos de Dahlia han cambiado —posa sus ojos sobre el ejemplar de la revista que acababa de ser impresa para la aprobación de Cael —Me doy cuenta que la tratas bien... en la intimidad —las mejillas se le tornan rojas —Lo siento, no debí decirlo, pero es que estoy segura que el personaje de este número, eres tú —él no responde, realmente se sentía incómodo, sentía que no debía tratar temas sexuales con otra mujer que no fuera la suya.
—Puedes ordenar que impriman las revistas, tienes mi autorizado —se pone de pie y camina hacia su escritorio —Espero tengamos excelentes ventas, el mes pasado vendimos tres veces más que el anterior.
—No debí dejarte ir, me arrepiento —hubo un silencio incómodo en la oficina, Cael frunce el ceño.
—Eira te tengo mucho aprecio, por favor no hables de los días que estuvimos saliendo, me he casado con Dahlia, soy feliz con ella.
—¿Fue porque te enteraste que era virgen? Supongo eso atrae a los hombres.
Cael presiona la mandíbula.
—Hemos terminado la reunión —se concentra en la computadora, esta molesto.
—Lo siento, es solo que siento que cometí un error al haber aceptado a Alden y no a ti.
—Jamás hubiéramos llegado al matrimonio —responde Cael con voz fría —Por favor déjame solo, tengo asuntos importantes que atender.
Eira baja la mirada, se sentía dolida, Dahlia le había quitado a los dos hombres que estaban en su vida, estaba segura que ella le había dicho a Alden que lo amaba antes de casarse, muchas veces lo había visto borracho y jamás repetía que Dahlia le dijera que lo amaba, ahora era la canción de cada vez que bebía y lo estaba haciendo diario.
—Alden y Dahlia al parecer se entendían a mis espaldas —soltó dolida.
Cael la observa con frialdad.
—Es falso lo que dices, desde que nos comprometimos que creo fue la misma noche que ustedes, no me he separado de mi mujer ni una sola noche, jamás espere de tu parte un comentario en Contra de tu mejor amiga.
—¿Y qué puedo pensar? Cada noche Alden borracho le ruega al fantasma de Dahlia que le vuelva a decir que lo ama —Cael sintió celos, era verdad, lo había escuchado —¿Cómo crees que me siento?
—No lo sé y honestamente no me interesa averiguar como te sientes, lo lamento, pero mi relación con otras mujeres es laboral y los únicos sentimientos que me interesa saber son los de mi esposa.
—Entiendo —responde Eira, toma la Revista y camina hacia la salida.
Cael estaba molestó, jamás pensó que Eira un día le hablará mal de su esposa.