Nuestro Secreto

CAPÍTULO I “NUESTRO PRIMER ENCUENTRO”

¿Alguna vez se han dado cuenta de que el amor podría estar en todas partes? Actualmente, creo que tenemos tan estigmatizado lo que podría ser el amor que nos olvidamos de que hay más tipos de amor, aparte de la relación de pareja. Podríamos decir que existe el amor de los padres a los hijos y viceversa, o cómo amamos incondicionalmente a nuestra mascota. Incluso podríamos hablar del amor que sentimos por hacer cosas: a mí, por ejemplo, me gusta comer. ¡Simplemente lo disfruto!

En el caso de la señorita Victoria Parker, cree lo mismo, que el amor podría significar más allá y buscarle un sentido más “espiritual”, dependiendo del caso. Ella tiene 22 años, y actualmente no estudia, pero lo que más le gusta es su trabajo; trabaja en una cafetería en Seattle. Ella sueña que algún día podrá abrir su cafetería y la podrán visitar todos los clientes que ha reunido con el paso de los años.

Si hay algo que le molesta demasiado, son los clientes que son muy irreverentes, irrespetuosos y que no tratan bien al personal… Pero hoy le tocará la adversidad de tener que atender a alguien así.

—¡Buenos días! ¿Qué te ofrezco? Replicó con una linda sonrisa.

Con un tono bastante serio y hasta cierto punto molesto, contestó lo siguiente:

—Quiero lo de siempre, y por favor no te tardes que tengo prisa.

Al escuchar esas palabras, Victoria se sintió confundida, pues jamás había visto a ese cliente en sus 2 años de servicio. Además, no olvidaría ese aspecto tan serio y grosero de aquel cliente.

—¿Perdón? Disculpe, pero es la primera vez que visita la cafetería, por lo tanto, no tengo algún historial del cual basarme para poder atenderlo.

—¿Cómo es que no estoy registrado? Solo busca, soy Christian Clark, vengo todos los lunes.

—Pues, lo dudo, no está en nuestro sistema, pero creo que no debería haber algún inconveniente, ¿O acaso lo hay? Solamente dígame qué es lo que quiere y lo puedo atender con gusto. En este punto, aquella señorita ya se encontraba molesta y, hasta cierto punto, impaciente porque el cliente no decidía qué bebida escoger.

—Bueno, si mencionas que no tengo algún registro, está bien, no hay problema, te creo; a veces mi memoria falla un poco. Solo quiero un expreso.

Al momento de su desesperación, escuchar el pedido de aquel cliente, preparó la bebida rápidamente para que pudiera irse.

—Aquí tiene.

—Muchas gracias… Mmm, ¿con quién tengo el gusto? Quisiera regresar de nuevo.

—Victoria.

—Muy bien, un placer conocerla, nos vemos después. ¡Hasta luego!

Al terminar el turno, ella pensaba demasiado en ese cliente. “¿Quién es Christian Clark? ¿Por qué llegó con tanta seguridad de que ya había estado aquí?” Todos esos cuestionamientos que se hacía Victoria, no eran nada más y nada menos porque en toda su jornada fue el único cliente que tenía una característica muy peculiar, confundirse de cafetería. Tantas eran las preguntas que tenía, que había invadido completamente sus pensamientos y no solamente eso, había olvidado lavar todos los utensilios que utilizó en el día.

—Debo olvidarme de ese cliente, era muy molesto y raro como para que siga en mi cabeza; mejor seguiré con mis labores…




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