Nuestro Secreto

CAPÍTULO IX “CERCA DE TI”

—¿Entonces? ¿Qué vas a hacer? ¿O no te resulta atractivo ni en lo físico ni en lo emocional?

—¿Por qué tendría que contestar algo como eso? Esos asuntos son privados. —dijo molesta y nerviosa.

—Ya veo, tienes razón. Son aspectos de tu vida personal. Pero me preocupas; sabes que, además de ser tu compañera de trabajo, soy tu amiga y cuentas conmigo para lo que quieras. Solo que se me hace curioso todo esto, ya que jamás te vi de esa manera.

—Es que es difícil para mí contar mis problemas personales.

¿Christian es un problema para ti?

—¡NO! Claro que no.

—¿Entonces? Si quieres, no me cuentes; ya se va a hacer tarde, pronto serán las 2:00 y vendrá por ti.

Y justo cuando Emma se había dado la media vuelta para seguir con lo que estaba haciendo, Victoria caminó rápidamente tras ella y la tomó de su hombro diciendo lo siguiente:

—Christian no es un problema, ha sido una nueva luz en mi camino.

Emma, al escuchar estas palabras, no dudó en detenerse y abrazar a su amiga. Sabía en carne propia lo complicado que es expresar lo que sientes por alguien.

—Entiendo, quedémonos con eso. —dijo Emma, mientras veían un vehículo acercarse a la cafetería.

—Llegó Chris, ve al baño, péinate y arréglate un poco; yo lo atiendo en lo que sales.

Cuando Victoria salió del mostrador, al instante Christian se había estacionado y no dudó en pasar a la cafetería por ella.

—Hola, buenas tardes, ¿cómo está? Estoy buscando a Victoria. No sé si le comento que saldría con ella a comer.

—¡Hola! —¿Christian, cierto? [En realidad ella sabe perfectamente quién es, pero tiene que disimular un poco].

—Así es, un gusto en verla de nuevo.

—No te molestes, si Vicky me comentó que saldrían a comer. Solo que ella salió unos minutos, pero en un momento regresa.

—Gracias, qué amable.

—No es nada, de hecho ahí viene.

Y cuando Victoria regresó nuevamente al mostrador, se había peinado y maquillado como Emma le había sugerido, pero lo que no pudo evitar es ponerse un poco nerviosa al ver a Christian esperándola, y menos después de la pequeña plática que habían tenido.

—Hola, Vicky, ¿estás lista?

—Chris, qué gusto verte. Sí, todo está en orden; Emma regresó en una hora aproximadamente. ¿Está bien?

—Ya sabes que no hay problema, cualquier cosa, envíame un mensaje. ¡Cuídense!

Al salir de la cafetería, Christian y Victoria se despidieron de Emma y subieron al auto; pero, como era de costumbre, Christian, al ser todo un hombre caballeroso, no dudó en abrirle la puerta del auto a Victoria.

—Gracias… Chris

—No hay problema.

Seguido de eso, subió Christian y comenzó a manejar, tan tranquilamente como en la noche de la cena.

—¿Hoy no estás tan ocupado? ¿O tu agenda no está tan llena?

—El trabajo nunca se termina, pero últimamente estoy tratando de que no me consuma la mayor parte de mi tiempo, ya que en los últimos años así he estado y no ha sido muy beneficioso para mí.

—¡Entiendo! A veces el trabajo es tan agotador que no te da ni un solo respiro. En fin, no hablemos de cosas tristes, mejor cuéntame, ¿qué harás este fin de semana?

—Realmente nada, creo que me quedaré a descansar. ¿Tienes algún plan?

—Sí y no.

—¿Cómo? No se pueden los dos, jaja.

—Te explico para que no te confundas; todos los fines de semana no estoy aquí, me voy a otra parte de la ciudad a ver a mis padres. Aunque este fin será un poco diferente porque ahora ellos vendrán a mi casa, le celebraremos su cumpleaños a mi mamá.

—Qué buen plan, espero que la pasen muy bien. ¿Ya tienes una idea?

—Sí, de hecho el plan es que vayamos a un restaurante a comer, pero no he realizado ninguna reservación y se supone que tendría que estar lista para el domingo.

—¿Necesitas ayuda? Puedo hacer una reservación en donde tú quieras, y sobre el dinero. No te preocupes, conozco a la mayoría de los jefes de los restaurantes.

—No, como crees, ni lo pienses. Agradezco mucho tu ayuda, pero prefiero conseguirlo yo, y peor aún; no podría aceptarlo si sé que lo pagarás tú.

—Ay, Victoria, creo que aún no ha quedado claro. —dijo cariñosamente—. Que una vez que empezamos nuestra amistad, yo siempre estaré ahí para ayudarte; me encanta hacerlo y, hasta cuando esté fuera de mis manos, seguiré haciéndolo. Así que, por favor, ¿me dejas hacerte la reservación?

Victoria, dudo mucho si aceptar o no. Lamentablemente, en ese momento recordó que, por amistades pasadas, no pedía favores por el temor al «reproche», ya que es algo con lo que ha lidiado continuamente. Además, por esas experiencias no quería tampoco contarle a Christian; sin embargo, en ese instante se encontraba entre la espada y la pared sobre aceptar, contarle o simplemente seguirse negando. Hasta que, mejor, trato de relajarse.

—En verdad valoro mucho esa ayuda que me ofreces, pero…

—¿Pero?

—Por lo que he vivido antes, no disfruto solicitar favores, y menos aún cuando se trata de una amistad que apenas comienzo a conocer. Son muchas las personas que acaban reprochándome lo que hacen por mí y me hacen sentir que les debo algo…

—Lamento escuchar eso, pero… ten la confianza de que conmigo no sucederá algo como eso. Jamás haría algo tan descarado y menos algo que te haga daño. Confía en mí…

Al escuchar esas palabras, Victoria sintió un poco de paz, pero había algo que todavía la hacía dudar; pero sin duda, en el rostro de Christian reflejaba otra cosa; específicamente en sus ojos transmitía confianza. Por lo tanto, ella terminó cediendo con la cabeza.

—Muy bien, tendrás tu reservación para el domingo. Solo que hay algo que no te he preguntado desde que nos conocimos y es muy importante para la reservación, jeje. ¿Podrías darme tu nombre completo?

—Es Victoria Parker.

Cuando Christian escuchó el apellido de Victoria, quedó atónito a lo que había escuchado. De pronto comenzó a quedarse callado y quedó rígido con lo que había escuchado. Solo que trataba de ocultarlo para que ella no se percatara del cambio de actitud tan drástico que había tenido.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.