Nuestro Tiempo

Capitulo I

JAX MILLER

 

Estamos a tres días del cumpleaños número cinco de Catalina, es la más entusiasmada en realizar el viaje, tenía que ser hija de Renata, ama el mar, la playa y el sol, pero sobre todo ama recoger piedras y hacer castillos de arena, decidimos pasar el cumpleaños de Cata en una playa que siempre menciono Nata que quería conocer.

—Niña tonta escucho decir a Gabriel y asumo que de vuelta están peleándose en el juego.

— No soy tonta, las manitas me duelen ya no quiero jugar este juego —indico Cata.

Escucharlos a esos dos es divertido, todos los días es lo mismo, Gabriel enseña a jugar a Cata juegos en línea, pero solo para niños y mi pobre Cata ahí va como siempre siguiendo a su hermano, escucharlos pelear, reír, juagar y todo lo que pueden hacer los niños es satisfactorio, mis hijos me recuerdan que debo seguir viviendo por ellos y para ellos.

—Papi, Gabriel me llamo tonta —acusa Cata haciendo pucheros.

—Cargo a mi hija en brazos, le doy un beso en la mejilla regordete. —Ignóralo mi amor, cuando te busque para jugar no juegues con él.

¿Éstas lista para la playa y el mejor cumpleaños?

 ¡Si papi!

—¿Mami vendrá a mi cumpleaños esta vez? —pregunto.

—Mami estará acompañándote en tu cumpleaños desde el lugar que se encuentre —dije siento en mi corazón un profundo vacío.  

—Cata, Gabriel, Jax es hora de cenar, lávense las manos y bajen para cenar todos, ya la mesa está servida —grito mi madre de la parte baja de la casa.

—Es hora de comer papi —dijo una entusiasmada Catalina quien exigía que le bajara de mis brazos para correr donde su abuela. Cata era una pequeña glotonilla, amaba a mi hija y era el hombre más feliz cuando supe que mi niña venció a aquella enfermedad, aunque siempre quedaba el temor de que podía volver a resurgir por lo que siempre la llevaba a sus chequeos, no me perdonaría si a mi hija le pasará algo.

Esa noche cenamos en familia, mi madre y mis dos hijos, como siempre nuestras comidas era acompañadas por las peleas entre Cata y Gabriel.

Después de la cena, bañe a Cata y la ayude a ponerse su pijama de Bob esponja, si tenía los mismo gustos que su madre, Cata me recordaba cada día a Renata, esa noche como todas las noches le leía cuentos para que se pudiera dormir, deposite un beso en su frente y salí del cuarto de Cata, que por cierto no era como las de las típicas niñas color rosa y con detalles de princesa, sino todo era amarillo como el dibujo de Bob esponja.

Caminé hacia el cuarto de Gabriel, quien se encontraba jugando en la Tablet.

—Gabriel estas no son tus horarios para jugar —dije mientras entraba a su habitación.

—Lo siento papi —respondió mientras dejaba la Tablet en su mesita de noche.

Gabriel tienes que dormir bien porque mañana volamos para celebrar el cumpleaños de Catalina.

—Papi puedo quedarme, no quiero ir.

—Es el cumpleaños de tu hermanita pequeña Gabriel, debemos hacer de todo para que ella sea una niña feliz.

—Pero a mí no me gusta la playa y tengo miedo a los aviones.

—Tu eres el hombre de la casa cuando yo no este y eres el hermano mayor de Catalina, siempre tienes que cuidar de ella y hacerla feliz Gabriel.

—Yo la amo papi, pero es muy tonta y lenta —se quejó.

—Es una niña Gabriel, no puedes hacerle jugar tus juegos, Cata te ama por lo que solo por pasar tiempo contigo acepta jugar sabiendo que tú la terminaras regañando —dije entre risas.

—Igual es una tonta, pero sacrificaré mis miedos por el deseo de Catalina —dijo Gabriel mientras soltaba un suspiro y se encogía de hombros.

¡Ese es mi campeón!

Ahora a descansar que mañana es un gran día anuncie mientras chocábamos nuestras manos en puños y salía de la habitación de Gabriel.

Caminé hasta mi estudio y decidí llamar a Camilo, quien dijo que tenía algo importante que contarme, para ser más preciso era el único con quien tenía contacto ya que siempre llama para saber cómo estaba Catalina, unas que otras veces nos hemos reunido porque deseaba ver a su sobrina y pues al final sigue siendo mi primo ya que es el esposo de Rosa. De los que no volví a saber más fue de los padres de Renata quienes me culpan por la muerte de su hija y si tienen razón yo fui el único culpable de lo que sucedió, agradecí que Camilo no les contará de la existencia de Catalina porque no me quiero ni imaginar que ellos me lo pudieran quitar e imaginar mi vida sin Cata sería estar muerto en vida, Catalina era el punto medio de nuestro amor con Renata y lo único que me mantenía vivo.

Busqué el número de Camilo y le di a marcar. Al momento que se conectó la llamada salude y pues como todos pregunte por su familia y su hijo quien tenía la misma edad de Cata solo que días de diferencia.

¿Camilo que es eso importante que me tenías que contar?

—No sé qué vayas a pensar cuando te lo cuente, pero será en persona en dos días más que nos encontremos por el cumpleaños de Catalina —dijo Camilo.

—Así que decidieron acompañarnos. Cata será la más feliz de pasar tiempo con su primo —dije muy entusiasmado.

—Sí, pero será una sorpresa, no se lo digas aún. Sobre lo otro lo hablaremos en persona —puntualizo Camilo.

—Está bien Camilo, mantendré a raya mi curiosidad hasta dos días más —dije entre risas.

—Créeme que valdrá la pena Jax.

—No sigas diciendo más espera a reunirnos y lo hablamos, gracias por venir a la fiesta de cumpleaños de Cata.

—Catalina es mi sobrina y yo nunca la abandonare Jax, Nata nunca me lo perdonaría —dijo Camilo.

—Gracias Camilo, dale mis saludos a Rosa y al pequeño Renato —finalice.

—Yo se los hago llegar, buen viaje y cuídense.

|°|

Al día siguiente tenía las maletas listas y mis pequeños totalmente cambiados, Cata llevaba su peluche en brazos que era un oso que su madre le regalo y nunca lo dejaba de lado.




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