*POV Claymore* Un poco de relleno para los feels
Nunca me ha gustado el castillo, todo es tan silencioso y formal, yo, siendo un niño, donde lo que más quiero es gritar, saltar y jugar pero los elfos no tenemos permitido hacer eso, fué mi primera regañina a manos de mi madre cuando un mayordomo se tropezó con la alfombra del salón haciendo un traspies y yo no pude aguantar la carcajada que me salió del alma, eso llevó al despido de ese pobre criado torpe y a mi clases de control de sentimientos, sé que suena a locura pero es así como aprendí a sonreir poco y mirar demasiado, pierdes las ganas de salir a cualquier sitio que no fuera el Jardin trasero del Castillo, nadie me pedía mi opnión ni lo que sentía asique cuando llegó esa mestiza a mi terreno de juego la traté de la forma más impasible y seria que pude.
Su sonrisa me aportaba tranquilidad pero mis palabras cambiaron su expresión a bajar su cabeza e irse a bajo decidido sin mirarme y con lagrimas asomandose por sus ojos, no parecía conocer nada de los elfos y sus maneras de actuar pero me dolió verla así, me quedé en el jardin pensando como podría arreglar aquello si la volvia a ver.
Qué por magia del destino, volví a verla al día siguiente, sonriendo de nuevo como si fuera una niña con juguetes nuevos, en cuanto me vió vino corriendo a donde estaba y me pidió perdón por como habia reaccionado. Evidentemente no la dí la razón y le ofrecí jugar con mis pocos juguetes que habian sido permitidos por los reyes, eso a ella le hizo ensanchar los ojos y hacer que brillaran, ese brillo.. quisiera guardarlo en un bote para verlo cada vez que me vaya a dormir.
Esto siguió pasando todos los dias, me enteré por alguna charla entre criadas que era una mestiza, una bastarda, pero como en todas las monarquias aqui solo podía reinar el hijo puro de los reyes élficos, no es como si la viera como competencia pero sabia lo que conllevaría ser "El error libido de un rey", un odio fuera del castillo y por supuesto, dentro de él, seguramente este viviendo el mismisimo infierno, por que aunque intente esconderlo con tanto impetu, más de una vez he podido ver sus moratones, en los brazos, en el cuello, en esas pequeñas piernas y en el abdomen pero entonces... ¿Por que sigue sonriendo? ¿Por que sigue aqui? Debería huir en cuanto pudiera, sin contar las escapadas que muchas veces hace, una de verdad, que pueda vivir en paz y feliz realmente.
Se acercan los dias de inscripción a Whitmore, deberia mover unos hilos con mis padres, hacerme el desolado se me da de maravilla cuando más lo necesito.
Si es por protegerla, moveré la tierra si eso la hace sonreir como mi propio sol.