Nuestros Milagros de Navidad

Capítulo 1: Perdida en New York

Mientras el primer copo de nieve caía, susurraba secretos de un cuento invernal esperando desplegarse.

— Hola, lo siento, creo que estoy perdida — Llevo más de quince minutos caminando por la quinta avenida, no sé dónde estoy.

— ¿Hacia dónde se dirige? — me pregunta la anciana, imagino que mi gran abrigo y mi protuberante vientre la han hecho apiadarse de mí.

— Necesito llegar al Radio City Music Hall— la miro con la esperanza de que me diga que nos encontremos al lado o algo así.

Por lo que me explicó la anciana, no estoy muy lejos a pie, pero con mi vientre y el agua nieve que congela, es mejor tomar un taxi ¿Qué voy a hacer? He olvidado mi bolso en el restaurante donde comí, no tengo dinero.

No entiendo cómo pude perder el bolso, si pagué la cuenta, en qué momento lo dejé en el restaurante.

Como quería caminar un poco, antes de enfrentarme a Jacob y querer cortarle la cabeza, solo fui consciente de que no lo tenía 20 minutos después, y ya no me fue posible volver.

— ¿A dónde se dirige? — Me pregunta el taxista.

Estar embarazada de gemelos al menos me ha servido para que un joven hombre me cediera el servicio del taxi, primera vez que tanta gente es amable conmigo en un mismo día.

— Al Radio City Music Hall — Le informo al chofer.

No sé cómo voy a pagarle, no puedo simplemente escaparme con una tonelada de peso sobre mi vientre, espero que uno de los chicos de seguridad me preste el dinero en el teatro o sí no, estoy segura de que este hombre va a matarme, porque fijo, yo no puedo correr.

— No creo que pueda acercarla hasta el teatro, en este momento hay un concierto y la entrada está imposible — El taxista empieza a moverse por la quinta avenida, sigue derecho, no se desvía en ningún momento.

Tal vez hubiese podido hacer el recorrido a pie, pero estoy muy cansada y empiezo a sentir algo de molestia en el bajo vientre, además de que me cuesta respirar con este frío.

— ¿Usted piensa ir al concierto en su estado? Porque no es por entrometerme en su vida, pero las chicas que se encuentran esperando para entrar, están realmente histéricas, podrían hacerle daño, señora — Podría decirle que se meta en sus asuntos. Pero, creo que solo lo dice por amabilidad.

— Lo sé, en realidad es urgente que vea a alguien ahí.

—¿Se encuentra bien? — me pregunta el taxista, reviso su nombre, Dylan.

— Sí, gracias — Lo miro con cara de cachorro abandonado — Es solo que, acabo de perder mi teléfono – suspiro —¿Podría prestarme el suyo, para llamar a mi esposo, por favor? Es urgente.

— Claro — me pasa su teléfono y le marco a Jacob, y por supuesto, no lo coge. Solo conozco su número y el de Bianca, así que le marco a ella.

“Hola” — Esa no es la voz de Bianca ¿Me habré equivocado de número?

— ¿Bianca? — El taxista me mira extrañado, debe pensar que Bianca es mi “Esposo” esposa.

“No se encuentra en este momento, ha tenido una urgencia” — me responde una voz de mujer, seca, demasiado severa,en mi opinión, voz que de inmediato me pregunta — “¿Quién es usted?”— ¡Qué chica tan desagradable! No comprendo el afán de algunas personas de ser groseras con los demás.

— Soy Miranda Wilding, la esposa de Jacob, necesito hablar con el urgente y … — Miro el teléfono, para descubrir que la chiquilla me ha colgado

¡Cuando la vea personalmente va a arrepentirse! Normalmente, no soy rencorosa, pero esta chica es una grosera y ha sobrepasado los límites.

— ¿Cómo se atreve a colgarme? — Le grito cuando vuelve a coger el teléfono.

“No tengo la certeza de que sea usted la esposa del señor Wilding, este número no está registrado” —Vuelve a colgarme y yo me quedo con el teléfono en la mano.

— En serio me ha colgado dos veces en mi cara — digo a la nada — ¿Puede creerlo? Y así preguntan que por qué pierden el trabajo tan rápido — en esta ocasión me quejo y refunfuño ante Dylan, mi chofer maravilloso.

— No sé quién sea su esposo, pero al parecer, es más difícil comunicarse con él que con el Señor presidente de la República — me dice el taxista mientras sonríe — No puedo avanzar mucho más, tal vez algunos metros, lo siento mucho, pero tendré que dejarla unos cuantos metros antes del teatro — Me quedo con la mente en blanco cuando me dice el valor de la carrera — necesito tomar otro pasajero, ya sabe, pronto será Navidad y debo aprovechar que tengo trabajo suficiente – Parpadeo y las lágrimas empiezan a descender por mis mejillas. Estas estúpidas hormonas.

— ¿Tiene hijos? — pregunto como idiota.

— Sí, dos. De 6 y 10 años — sonríe y yo lo hago con él, antes de decirle que no tengo un solo centavo encima de mí.

— Lo siento, señor, le juro que nunca ha sido mi intensión engañarlo — me aclaro la garganta — es solo que pensaba recuperar el dinero en el teatro — el hombre se gira y me mira con una expresión muy, muy seria.

— ¿Está queriendo decirme que no tiene dinero? ¿Qué no va a pagarme? — intento secar mis lágrimas, pero estás han continuado derramándose sin control.

— ¡No, no, de verdad! Voy a pagarle, solamente que no en este momento. Lo siento, olvidé el bolso en un restaurante — El dolor en mi bajo vientre es cada vez más incómodo — Es Navidad. Voy a llamarlo, la agente de mi esposo y él tienen ahora su número, o si quiere, puedo pagarle por una aplicación — Se me ocurre en el último momento.

—¿Cómo va a hacerlo si no tiene teléfono? — me pregunta seriamente.

—¿Podría volver a intentarlo? Volver a llamar a mi esposo — El pobre debe pensar que soy una descarada, no le pago y utilizo su teléfono.

Me lo pasa vigilando las puertas del vehículo.

— ¡Mierda! — Grito. Jacob tiene el teléfono apagado, así que no tengo más alternativa que dejarle un mensaje de voz — Jacob, amor, estoy en New York, muy cerca al teatro donde te presentas, pero he perdido mi bolso, no tengo dinero, ni teléfono, este es el número del taxista que me ha acercado al teatro, pero no puede continuar, está bloqueado por culpa de tus fans y además no tengo cómo pagarle, por favor, contesta — El taxista levanta la ceja interrogante — Nos hemos peleado — Le digo rápidamente e intento con el número de Bianca de nuevo, nadie contesta.




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