Jacob
Cuando estoy lejos de Miranda, la extraño y me preocupo constantemente. Extraño su voz, su sonrisa, su cuerpo y sobre todo extraño poder besarla y abrazarla. Algo que las videollamadas no me permiten hacer.
Miranda duerme de lado, con una almohada entre las piernas. Su vientre sobresaliendo, dándole un aspecto muy divertido.
Miranda ha llamado a los bebés "Nuestros Milagros de Navidad" y para mí, el concepto de Navidad ha cambiado por completo . Antes me era indiferente, no entendía el afán de las personas por celebrar algo que no era real. No tenía a mi madre ni a nadie en especial para celebrar.
— Hermosa. Despierta por favor — debo irme pronto para el Aeropuerto y todavía tengo que contárselo, no he tenido el valor para decirle que tengo el último concierto una semana antes de Navidad — Hermosa, por favor.
Carla le ha preparado un desayuno típico español, cocinar no es mi fuerte, ayudé con el pan y el tomate.
— Déjame dormir, tus hijos me han hecho pasar una mala noche — Susurra y se acomoda en la cama. Es verdad, la escuché moviéndose toda la noche.
— Nena, necesito decirte algo — Abre los ojos y con suavidad se sienta, lleva una almohada detrás de su espalda, quiero besarla.
— ¿Ha pasado algo? — Amo verla en las mañanas.
— Tengo algo importante que decirte — No sé por qué doy tantas vueltas, normalmente soy una persona directa.
— Ahhh, desayuno español, ¡No puedo creerlo! — se me tira encima y me besa, su beso me sabe a gloria — Gracias, amor — ¡su sonrisa me puede! Le acerco el carrito con el desayuno.
— Miranda — sus ojos brillantes, yo me siento el peor hombre del mundo. Este concierto fue organizado antes de que nos enteráramos de que estábamos embarazados y no fue posible cancelarlo — Hermosa, siento mucho lo que tengo que decirte, pero debo irme a New York en unas horas.
Deja de comer, aleja de ella el carrito con el desayuno y me mira intensamente.
— Repite lo que acabas de decir, porque al parecer he entendido mal — me dice con una voz suave, tan suave que me estremece la piel y no de deseo.
— Tengo un concierto en New York mañana — hablo con calma — Lo siento, no he sido capaz de decírtelo antes — No me gusta para nada su reacción, ella es como un volcán a punto de erupción, entre más calmada, peor.
— ¿Desde cuándo lo sabes?
— Desde hace unos meses — se levanta de la cama y entra al cuarto de baño — ¿Miranda?
— ¡Lárgate — pasa por mi lado — Tienes prisa ¿Verdad? Pues lárgate ahora mismo — la sigo, baja las escaleras, lentamente.
— Miranda, te prometo que hice todo lo posible para anular el concierto, desde que nos enteramos del embarazo, Bianca lo intentó, pero no fue posible, sabes cómo son estas cosas – se dirige a la cocina, Carla sale del cuarto de lavado.
— El señor que acaba de llegar hace dos días, después de estar durante dos semanas fuera, tiene que irse para New York, porque tiene un concierto programado desde hace meses — Empieza a levantar la voz — Y claro, como soy una idiota hormonal, hasta hoy se le ha ocurrido informarme — Carla la mira, sin decir una palabra ¿Puedes creerlo, Carla? — la pobre baja la mirada.
— No pienso que sea algo en lo que yo deba opinar — responde rápidamente.
— Miranda, no creo que debamos molestar a Carla con estos asuntos — Se gira, su mirada llena de rabia.
— ¡Cállate! — me señala con su dedo — Te esperé para poder poner el árbol de Navidad, pensaba que terminaríamos de preparar la habitación de los niños, juntos ¡Joder!
— Nena — intento acercarme.
— No me llames así, no soy tu nena — sale de la cocina — Ve a tu concierto, diviértete con tus amigos, al fin y al cabo, tendrás una fiesta con todas tus delgadas fans cuando se termine — me dice y se dirige hacia las escaleras.
— Hermosa, tú sabes que solo te deseo a ti y me encantas así gordita — Me doy cuenta de mi error.
— Eres un idiota, Jacob – me grita mientras intenta subir las escaleras— No quiero verte — temo que pueda perder el equilibrio y caer – Ni siquiera sé por qué me he quedado embarazada de ti, si voy a tener que cuidar a estos bebés yo sola — Su comentario hace que mi corazón duela.
— Que tengas un feliz viaje — grita.
¡Mierda! Espero poder tener todavía un lugar donde celebrar la Navidad cuando vuelva.