Nuestros Milagros de Navidad

Capítulo 9: Casi un epílogo

Miranda

Acompáñanos a John y Lara a distribuir chocolate caliente, comida, mantas y regalos en un refugio de una zona bastante oprimida de la ciudad, donde se encuentran las personas que lo han perdido todo por las drogas. 

Lara puso en contacto al grupo con una asociación y Jacob les habló sobre las casas de acogida y al parecer van a utilizar un porcentaje de las ganancias del concierto de hoy para hacer ayudar a estas personas.

— Gracias — Lara se acerca a mí y me da un beso en la mejilla.

— Tu hermano está muy orgulloso de ti — le digo y sus ojos se humedecen.

— ¿Dylan? — No puedo creerlo, mi chófer preferido se encuentra frente a mí con un niño y una niña hermosísimos y una linda mujer latina — Te juro que voy a pagarte la carrera — le digo, porque olvidé decirle a Jacob que lo llamara.

— No se preocupe, su esposo me llamó ayer y hoy de nuevo para informarme que se encontraba a salvo y que había ayudado a capturar a unos criminales — sonríe y me presenta a su familia, me cuenta por todo lo que ha pasado con su hija. 

 En realidad, no entendí muy bien, pero tiene que ver con algo respiratorio. Me da un beso en la mejilla y se va junto a su esposa a ayudar a los demás, sus hijos se quedan sentados conmigo ayudándome a empacar regalos.

En este momento, comprendo que la Navidad está llena de momentos hermosos y especiales, que permiten unirnos en familia, pero también como seres humanos y que, aunque sea con una pequeña acción solidaria, podemos cambiar la vida de alguien. 

Esta Navidad me ha permitido confirmar que todavía existe la bondad en el mundo y que somos más los buenos.

Jacob

Hoy es la segunda Navidad que celebro desde la muerte de mi madre, a la que le encantaban estas fiestas. Cuando encontré a Miranda y me casé con ella todo cambió, a pesar de que vivimos cosas muy difíciles el año anterior, decidimos invitar a nuestros amigos y celebrar juntos la Navidad, y ya ha pasado otro año lleno de sorpresas. 

— Espero que hoy no pase nada extraño, por favor — dice Jeffrey con una sonrisa, es el anfitrión — No estarás embarazada, ¿Verdad? — Bianca lo golpea.

— En realidad tienes que cuidarte Bianca, nos asustamos muchísimo cuando te desmayaste — le digo seriamente. 

Los chicos siguen hablando, Miranda no lo ha hecho, lo que es extraño en ella, en la tarde me dijo que le dolía mucho la espalda.

— ¿Estás bien? — le susurro y le masajeo la espalda. Después de todo lo que vivió en New York, la pobre durmió durante horas.

— Me duele un poco la espalda, creo que voy a hacer pipí — La ayudo a ponerse de pie y escucho un ruido extraño.

— ¿Jacob? — Todos se quedan callados al escucharla.

— Miranda, me parece que te has hecho Pipí — dice Jeffrey sin dejar de mirarla. Siento la humedad en mis zapatos.

— Ha roto fuente — Dice Aiden y a partir de ese momento, todo se vuelve un caos y en segundos hemos salido para el hospital. Bianca y Jeffrey se van a buscar las maletas de los niños o niñas.

En el hospital todo se acelera, estos niños tienen prisa y antes de la media noche del 24 de diciembre los tenemos en nuestros brazos. Nuestros Milagros de Navidad.

Son de verdad nuestros milagros, porque después del cáncer de Miranda, las posibilidades de que se quedara encinta eran casi nulas, ya que no tuvo la oportunidad de congelar sus óvulos, pensamos que nunca tendríamos la oportunidad de ser padres.

— Theo y Mae — Me dice Miranda — ¡Son tan hermosos!

— Como tu mi amor — Miranda, sonríe, porque cuando los chicos abren los ojos, me doy cuenta de que son idénticos a los míos. 

— Son igualitos a ti — me dice.

— Pero van a broncearse con mayor facilidad — reímos y beso a mi esposa — Gracias, por este regalo de Navidad.

Salgo y muestro los chicos a mis amigos, qué felices prometen irse a descansar, pero sé que volverán al otro día.  

Cuando regreso observo a Miranda dormir tranquilamente al lado de nuestros bebés. Les hago una foto que dejo como fondo de mi teléfono. 

Nunca imaginé que volvería a celebrar la Navidad sin mi madre y que precisamente en el día más especial para ella, nacerían sus nietos.

— Gracias, mamá, nunca voy a olvidarte. Te amo — mis ojos se humedecen y al levantar la vista, veo los ojos marrones de la mujer con la que comparto mi vida, mirándome.

— Te amo — Susurra y yo sonrío.

Sonrío al estar seguro de que todo irá bien, porque con nosotros tenemos a nuestros milagros de Navidad.

 

FIN

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Hola mis lector@s estrellas, 

He creado un grupo privado de facebook, para conocernos, hablar de mis historias, pedirles su oponión en que para mí es super importante o de repente tener uno que otro Spoiler. 

Empiezo mi camino como escritora y contar con ustedes es una parte primordial de mi trabajo, por que finalmente mis personajes, son vuestros.

Les dejo el link: https://www.facebook.com/groups/3519128494970374

Grupo: Lector@s Estrellas (Hana C - Autora)




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