Las semanas pasaron y yo continuaba en mi trabajo, logré adaptarme con facilidad a pesar de los primeros comportamientos de Sr. Fernández, fue muy estricto con las horas de trabajo y revisaba todas las actividades que hacía, pero luego me trató con amabilidad. Entendía sus acciones, me dio una semana de prueba para ver si podía realizar bien el trabajo.
Ahora me encontraba junto a él en una junta muy importante, en ella harían que "Candies & kiss", la empresa de dulces más importante del país, fuera un producto de exportación a los demás países. Abrirían nuevas fábricas y venderían sus productos en todas las tiendas.
Y el contrato se logró, Johnny estrechó su manos con los presentes prometiendo que no se arrepentirían de su decisión.
—Mañana es un día muy especial, Dayana. No olvides el evento, te quiero ahí. No hay excusas.
—Estaré ahí, no se preocupe.
Mañana se cumpliría otro año más de la empresa y se haría un gran celebración por ello.
Cuando llegué a casa Julián estaba ahí, hoy es viernes, su costumbre es irse a algún bar con sus amigos y llegar muy tarde a la casa.
Julián se levantó del sofá y sin saludarme preguntó:
—¿Dónde estabas? —miré el pequeño reloj que adoraba la pared—, ¿Dónde?
—En el trabajo, luego salí a comprar un vestido para mañana. —dije mientras le mostraba el vestido — ¿Te gusta?
Julián miró el vestido y luego sus ojos se posaron en mi cuerpo.
—Te vez mejor sin nada —rodeó con su brazos mi cintura—. Hoy estaba pensando en ti, pensé en muchas cosas que podíamos hacer —sonrió y besó mi cuello.
Acepté sus besos por unos segundos, traté de alejarme pero me sujetó con más fuerza.
—Julián, detente. Elisa podría vernos.
A penas lo dije y escuché sus pasos acercándose poco a poco. Julian gruñó molesto y se alejó de mí.
—¿Mami? —Elisa me abrazó con sus pequeños brazos.
—¿Cómo estás preciosa? ¿Qué hiciste hoy? Cuentamelo todo.
Fui a la cocina y comencé a preparar la comida mientras Elisa hablaba.
—Hoy la mamá de Camila le regaló juguetes nuevos, Camila y yo jugamos juntas.
Debido al trabajo dejaba a Elisa en cuidado de Nora, ella era la madre de la mejor amiga de Elisa. Con el tiempo ella y yo nos fuimos conociendo y nos hicimos amigas, ella aceptó cuidar a Elisa mientras yo no esté, pero Elisa también pasaba tiempo con Julián. Habían veces donde pensaba en abandonar mi cargo en el trabajo, pensaba que Elisa se sentía muy sola, ella aún era muy pequeña pero descartaba esa idea de inmediato.
La vida se trata de sacrificios y este era uno.
Tenía miedo por mi Elisa, sabía que Julián amaba con todo su corazón a nuestra hija pero aún recordaba aquel día trágico. Prefería mil veces lo de ahora que al estar en la misma situación de hace unos meses atrás...
Él llegó muy alcoholizado a casa y me golpeó como nunca lo había hecho, sus ojos me miraban con odio, a él no le importó que nuestra hija estuviera mirando todo, sus ojitos llenos de lágrimas y su rostro lleno de terror siempre quedarán en mi mente. Luego él se acercó a Elisa, tuve tanto miedo de que le hiciera daño que grité que se alejara, pero Julián no hizo nada.
《Princesa, tienes que ir a dormir》le dijo él, sujetando sus manos.
《Mamá》sollozó ella, 《¿Por qué le pegas a mamá?》
《Tu madre se lo merece》
《¿Se portó mal?》 Preguntó, Julian le sonrió.
《Julian, por favor... deja que se vaya》dije, mi cuerpo me dolía tanto por sus golpes y patadas. Me traté de levantar del suelo pero fue imposible.
《Te amo Elisa, eres mi hija. Mi bella hija, nunca te haría daño ti. Tú eres una buena niña, no como tú mami》acarició sus cabellos mientras le sonreía.
Recordar ese momento causaba un gran dolor en mi corazón y mi cuerpo se estremecía, no quería que eso volviera a repetirse, ver el temor en los ojos de Elisa.
Una de las escusas para no separarse de un esposo maltratador es el trabajo; al día siguiente pensé en irme de ahí junto a Elisa, agarrar nuestras cosas y alejarnos de Julián pero cuando abrí su mochila para comenzar a colocar ropa dentro pensé en qué haría en ese momento, en donde iríamos y el dinero. No tenía nada, trabajo, ahorros, ni dinero de emergencia. Julián controlaba todo el dinero que entraba a la casa y no tenía nada aguardado.
《¿Dónde piensas ir? ¿Vivir debajo de un puente? Si quieres hazlo tú, a mi hija no te la llevas》me dijo Julián cuando me vio empacando mis cosas.
En ese momento decidí quedarme y me prometí que nunca volvería a pasar lo mismo, tomaría mis cosas y me iría con mi hija sin mirar atrás, dándole una vida mejor, alejada de los maltratos.
—¿En qué tanto piensas? —dijo Julián interrumpiendo mis pensamientos.
Por un momento temí que haya descubierto. Negué con la cabeza restando le importancia, a Julian no le gustó mi respuesta y me miró amenazante.
—Pensaba en el evento de mañana, ¿si vamos a ir? —dije lo primero que se me vino en mente.
—Ya te dije que sí, ¿o acaso no quieres que vaya?
—No, no es eso yo...
—¿Tienes miedo a que encuentre a alguno de tus amiguitos de la oficina? ¿O a tu jefe?
Apreté puños, respiré profundo y decidí callarme. No conseguía nada tratando de defenderme, Julián se enojaría aún mas.
Él era un celoso a tal punto que me obligó a llevarlo a la oficina y presentarle a mi jefe. Me sentí tan avergonzada cuando le conté a Johnny el verdadero motivo de su visita (ya que al principio le había mentido), él se rió y revolvió mis cabellos cual niño pequeño y me dijo:
《Eres una niña comparado conmigo, además yo ya no estoy de edad para eso 》
Después tuvimos una pequeña discusión sobre eso, Johnny tenía 46 años y se veía con menor edad. Él es un hombre divorciado, padre de un solo hijo, Louis, él trabaja en la empresa en un cargo muy importante; era director en el área de las fábricas, se encargaba de ver que todas las actividades y los productos se realicen a la perfección. Pocas veces lo he visto en la empresa pero he notado el gran parecido que tiene a su padre. Louis Fernández, 26 años, tenía cabello negro muy bien cuidado y ojos claros al igual que su padre, mostraban madurez y frialdad en su rostro. Era atractivo, según Susan la mayoría de la chicas que hacían pasantías se quedaban enamoradas y amaban su trabajo sólo por la idea de verlo a él. Cosa que no sucede, rara vez Louis visitaba la empresa, en especial en esos sectores.