-”La brisa era suave, cálida, el sol estaba en su punto más alto, las hojas de los árboles volaban en el viento.
Todo parecía estar en total tranquilidad, me encontraba de regreso a Towerkuns de la reunión semanal que he tenido con Kiara los últimos siete años.”
Un estruendo se escuchó, golpeando su cabeza contra el techo de la carroza, interrumpiendo los pensamientos de Conall. Kiara y él salieron para observar lo que pasó hace un momento.
–Increíble una rueda rota, esto me sucede por estar contigo, siempre me has dado mala suerte– bufo Kiara al observar la rueda rota.
–No se de que hablas, soy un trébol de cuatro hojas. Aún podemos llegar.
–¿Con magia? no gracias, esa cosa me marea.
–Eso mismo decía Evangeline cuando llegó– sin pedir permiso, sin decir otra palabra, Conall alzó su mano, trono los dedos y los transportó al inicio de Towerkus, junto con la carroza.
–Odio que hagas eso, un buen día vas a pagarlo. Ahora que la mencionas, ¿has tenido noticias de ella?.
–Es más sencillo que caminar, ahorras mucho tiempo en los caminos; y sobre Evangeline, no he sabido mucho de ella, me envió un mensaje hace unos días diciendo que volvería pronto, más no dijo cuándo.
Ambos entraron al reino mientras los guardias de Kiara arreglaban la rueda.
–Me dijo lo mismo a mí. ¿Qué tan lejos fue esta vez?.
–No lo se, cada vez va más lejos; no me molesta, ella es libre de hacer lo que quiera pero la extraño.
–¿No has tenido suficiente de ser padre soltero?
–Sabes muy bien que no fui un padre presente durante toda su vida.
–Llegó contigo cuando tenía 18 años, sus años difíciles pasaron; es difícil entender que ya no es una niña, ya tiene 25 años.
–Ya es una mujer, quisiera que su fiesta de cumpleaños fuera aquí, después de todo las últimas dos fiestas fueron en tu castillo.
El pueblo prosperaba fructíferamente, tanto Conall como él se veían más vivos desde que llegó Evangeline a su vida, cada que regresaba a su hogar era como si pudiera volver a ver a la niña que vio hace siete años, siempre la recibía con un abrazo, se sentaba a escuchar las historias de sus viajes, le gustaba escucharla hablar por horas.
–Majestad, debo informarle algo. Oh reina Kiara lo siento, no la vi.
–No te preocupes, Freya.
–Kiara, Freya ha hecho un excelente trabajo, se ha encargado de entrenar a los jóvenes para pelear.
–Creí que no habrían soldados.
–No los habrá majestad, aunque en Towerkuns sea un reino pacifico, los demás reino no lo son, por lo que después del incidente de la princesa, se decidió que lo más conveniente sería enseñar a los jóvenes a defenderse .
–Y hace unos años ella se ha encargado de eso, ha hecho un trabajo excelente.
–Aprecio los halagos majestad, pero debo informar de algo importante– agregó con un tono de seriedad.
–¿Es muy serio?.
–El rey Kellan está en la entrada.
Tanto Kiara como Conall sintieron su sangre congelarse, un tono fantasmal, una mueca de sorpresa se formó en sus caras, desde que fue a buscar a Evangeline no volvió a poner un pie en Towerkuns, tal y como la última vez que se presentó, no podía traer buenas noticias consigo.
Se apresuraron a llegar a la entrada del reino donde Kellan y una docena de soldados se encontraban esperando, quince armaduras se encontraban rodeandolos, sin embargo no parecía venir para provocar una discusión.
Al llegar los tres, un par de armaduras se apartaron para que pudieran continuar con su camino, Kellan al verlos llegar bajo de su caballo.
–Rey Conall, que gusto verlo. Reina Kiara– destacó haciendo una reverencia ante ella
–Quisiera decir lo mismo, ¿a que debemos su visita?.
–Y tan amable.
–Quisiera ver a mi nieta, le he enviado cartas pero no he recibido una respuesta.
–Ninguna de ellas estaba pidiendo su presencia en un evento, además mi hija no se encuentra, sigue de viaje.
–Así que podría decir que desperdició su tiempo viniendo hacia aquí–señaló Kiara con una sonrisa burlona en su rostro.
–¿Tienen noción de cuándo volverá?
–Temo decirle que no.
La tensión era evidente, a pesar de que pareciera que conversaban tranquilamente los cuatro presentes no parecían tener ánimos de estar ahí.
–Entonces esperaré.
–¿Disculpe?- Inquirió Conall, volteo a ver tanto a Kiara como a Freya que tenían en su rostro la misma cara de sorpresa que él, ya que no esperaba esa respuesta.
–Quiero hablar con mi nieta, hace meses que no la veo y la extraño, se que las cosas no terminaron bien la última vez..
–Y por esa razón he decidido acompañarla a los eventos que tu la obligaste a ir, para cuidarla.
–No hay nada peligroso en Verklig.