A lo lejos en las bancas de la plaza Evangeline pudo ver a Nadir y Farrokh sentados, hablando, cada uno trajo algo para cenar o beber, se volvió una tradición entre ellos reunirse a cenar cada que Evangeline regresaba de uno de sus viajes. Cuanto más se acercaba más podía sentir la emoción de volver a ver a sus amigos.
–Vaya, vaya. La heredera de Towekuns regresó – bromeó Farrokh, Evangeline hizo una reverencia en forma irónica, ambos corrieron a abrazarse, al mismo tiempo dando saltos.
–Niños, compórtense son adultos.
–Nadir tan amargado como siempre, creí que un tiempo sin mi te haría más alegre.
–Te fuiste solo dos meses.
Nadir se levantó de su asiento, en dirección hacia los dos, Farrokh se hizo a un lado y Evangeline le dio un largo abrazo, un abrazo muy largo, se tenían un cariño muy especial, parecía duro, serio, que no le gustaba mostrar sus sentimientos sin embargo era todo lo contrario, con sus amigos era una persona muy agradable, llegaba hacer bromas.
Los tres tomaron asiento, hablaron por unos minutos hasta que llegaron Freya y Lana tomadas de la mano cada uno sostenía una canasta con la mano que tenían libre, al llegar Freya y Evangeline se abrazaron.
–Me alegra que volvieras. Te hemos extrañado tanto.
–Yo también los extrañé.
Ya todos sentados en la mesa comenzaron a acomodar la comida, platos, todo lo necesario para una cena.
–¿Eso es ron? –preguntó Freya.
–Si– le murmuró Nadir.
–Necesito un trago, los hijos de los Barones me tienen harta.
–Pero si son niños adorables– espetó Lana.
–No, eran adorables, ahora son insoportables.
Freya sirvió su vaso con una cantidad considerable de ron, Farrokh repartía los platos, Nadir aparecía más velas flotantes asegurándose que tuvieran suficiente luz para toda la noche, Lana dio un trago a la botella, ofreciendo a los que estaban sentados.
–No, gracias. Le prometí a papá que no bebería esta noche.
–Como gustes.
La noche transcurrió tranquila, cenaron pacíficamente, hablaron de sus vidas como era costumbre, entre los cinco acabaron con toda la comida, no sabían la hora exacta sin embargo la noche empezaba a tornarse fría, en significado que ya era tarde aunque eso no les importaba, solo disfrutaban el momento, disfrutaban de su compañía.
Evangeline sirvió los vasos de todos, se levantó de su asiento.
–Quiero hacer un brindis, por estos siete años de amistad. Porque hace casi siete años entré por la puerta de esa biblioteca y ustedes me aceptaron como una de ustedes, desde ese momento hemos sido inseparables.
–Salud por eso– exclamó Nadir.
Evangeline apareció cuatro cajas sobre la mesa, cada caja frente a caja integrante de la mesa.
–Les traje un pequeño regalo, los centauros tienen una tradición; las joyas matrimoniales las fabrican ellos mismos..
–¡Estás pidiéndonos matrimonio!, ¡acepto! – Chillo Farrokh extendiendo la mano hacia el frente.
Todos rieron ante la broma de Farrokh, aun después de años seguía siendo el alma de la risa del grupo.
–No, no les pido que se casen conmigo. El matrimonio es una unión, sin embargo hay diferentes tipos de uniones, la nuestra, la amistad. Abranlas.
Los cuatro tomaron las cajas frente a ellos, las abrieron, en su interior se encontraba un brazalete tejido a mano con un material extraño.
–Es un brazalete de amistad, para los centauros hacer un símbolo de unión es el acto más significativo que existe.
–¿Tú los hiciste? – preguntó Nadir.
–Si, yo los hice mientras venía de camino. Quería darles algo especial…algo especial de mi último viaje.
Instantáneamente los cuatro soltaron las cajas, miraron a Evangeline con asombro.
–Pero..tú amas viajar– habló Freya.
–Al inicio…lo fue…
–¿De qué hablas? – le cuestiono Nadir, tratando de entender lo que pasaba.
–Al inicio disfrutaba viajar, no me mal interpreten, lo disfruto aún, he conocido lugares maravillosos, sin embargo mis viajes fueron una forma de escapar..escapar de mis sueños. Después de lo que pasó con Tristan los sueños no pararon, fue cuando decidí que usaría mis viajes como una forma de buscar al hombre que ha aparecido en mis sueños los últimos 10 años…
–¿Entonces por qué pararas? – Lana como todos buscaban respuestas a lo que Evangeline les contaba, la vieron sufrir por el engaño de Tristan, su primer amor también resultó ser el que más daño le causó, fue difícil superarlo para ella, no obstante se le veía negada a la idea de volver a enamorarse, por lo que la confesión de hace unos instantes era una sorpresa para todos.
–Por que me cansé, lo busqué en todos los lugares a donde fuí, aún así jamás lo encontré. Ya es momento que despierte, ya es momento que deje de buscar un sueño; no intentén persuadirme, es una decisión tomada y ya lo acepte.