Mientras Dago vivia la odisea de buscar a sus hermanos, Cris vivía su propio martirio escapando de su hermana y buscando a Tristan; fue directo a su habitación, donde había estado desde que llegaron al gran castillo. Al abrir la puerta pudo ver a su amigo, en el suelo, con una botella en la mano, al ver tal escena no se preocupo, se había vuelto habitual verlo en ese estado, se acercara él con la intención de levantarlo del suelo.
–Déjame, quiero estar solo. Cierra la puerta, no quiero que me vean.
–¿De quién te escondes? –preguntó, dándole la espalda para cerrar la habitación.
–De mi ex prometida.
–¿Cúal de todas?.
–No lo recuerdo. ¿Y tú? –le interrogó estando aún en el suelo, acercó la botella a su boca dispuesto a seguir bebiendo pero Cris la tomó antes, terminado con el alcohol que se encontraba dentro –¡Eso era mío!.
–Tú has dicho y yo no me escondo, solo evito a Genevive.
–Tú hermana es linda.
–Ni lo pienses…levántate, no puedes seguir así.
–No llegó Cris, no vino. Prefiere ser excluida antes que verme. ¿Qué tengo de malo?, dime.
–Que eres un idiota, pudiste casarte muchas veces, hacer tú vida, olvidarle,pero pasaste los últimos siete años tratando de llamar su atención.
–Mis compromisos son solo para darle celos, que piense que estaré con otra, pero tal parece que no le importa, nunca ha venido a decirme que no me case, no se me acerca ni siquiera para felicitarme.
–Y para eso tienes que emborracharte. Hueles a muerto, ¿hace cuento no tomas un baño?, ¿qué dice tú padre de todo esto?.
–Después de un año se acostumbró a mi…nuevo estado, sabe que soy su única opción si no quiere que el trono quede en otra sangre. Me deja vivir como yo quiera siempre y cuando no lo haga frente a la sociedad.
Cris ayudó a su amigo a ponerse de pie, el olor del alcohol casi lo marea, como pudo llevó a Tristan sobre la cama, donde bajo su almohada sacó una botella de licor más pequeña de la que empezó a beber.
–Evangeline es bonita, pero no es lo suficiente como para que te hundas así.
–No es bonita, es preciosa y la única que se me ha escapado. Ya ni siquiera se trata de quererla, me dejó como la burla ante todos cuando rompió nuestro compromiso.
–Y fue lo mejor Tristan, no pertenece aquí y lo sabes, ella lo sabe, todos lo saben.
–Es la hija de la princesa, nieta del rey, claro que es una de nosotros.
–E hija del lobo, claro que no lo es, la soportan por que como tu lo dijiste; es la nieta del rey, por esa razón la siguen aceptando, por esa razón soportan que retrasaran el baile, por…
–Espera un minuto, ¿retrasaron el baile?, ¿no fue cancelado?.
–Si estuvieras sobrio más seguido sabrías que Evangeline aceptó la invitación, sin embargo fue mediante sus reglas. Típico de esa gente.
–Va a venir..
–¿Estás seguro que quieres quedarte con ella por un capricho?.
–Voy a verla otra vez.
–Y no estás escuchándome.
–Sal de aquí, necesito estar presentable, ¿cuando dijiste que llegaría?.
–No lo sé, tal vez mañana en la noche o pasado mañana.
Tristan dejó la botella, se levantó de su cama sin embargo su equilibrio aún no era tan bueno, tomó a Cris del brazo sacándolo de su habitación.
–Eres un desgraciado, me echas por la bruja.
–Si, y si vuelves a llamarla bruja, no responderé por mis acciones.
Al estar fuera de la habitación Cris no tuvo más remedio que buscar su camino, por el mismo pasillo se encontró con una mujer de cabello oscuro y la mirada perdida, era la madre de Tristan, no era común verla en público, se sabía que la reina Clarisa no estaba presente en asuntos de la corte, eventos o siquiera presente en la vida de su hijo. Decidió no tener otra conversación, pasó de largo y siguió su camino.
⧫⧫
Al día siguiente Evangeline despertó un poco más tarde de lo que había pensado, ella y su tía se quedaron en su habitación terminando el vestido, bajaron a desayunar para seguir con el trabajo, la peluca había quedado lista, era perfecta, después del desayuno regresaron a la habitación, alistaban los últimos detalles del vestido , quitaban las piedras preciosas de la tela con delicadeza para no maltratar la tela lo que les llevó más tiempo de lo que esperaban, cuando estuvo verdaderamente cada detalle como si fuera obra del destino un mensaje llegó, al darse cuenta salió al balcón, sabía que era de su padre, ya que el ave era un colibrí, los ojos de la criatura brillaron, dejando a Evangeline en un trance donde solo escuchaba la voz de su padre.
–Hija, los planes han cambiado, he recibido una carta de Kellan, el baile será esta misma noche, tienes que volver.
Al tener esta información, Evangeline entró de nuevo a su habitación, poniendo en orden sus cosas.
–¿Qué pasa?.
–Al parecer, mi querido abuelo adelantó los planes, la fiesta es esta noche.
–Debes irte entonces, llegarás tarde.