Audrey y Evangeline se alejaron a los tres para arreglarse como si fueran una más de la fiesta.
–¿Qué se supone que buscamos? –preguntó Audrey mientras la seguía.
–Algo que pueda usar para formar una máscara o algo parecido.
–Si tú magia es tan poderosa, ¿porqué no solo desapareces el dragón y ya?.
–La magia tiene su límite Audrey– contestó al mismo tiempo que continuaba su búsqueda –Usar la magia para cambiar una realidad es casi imposible. Es como correr o pelear, te deja agotado pero cosas tan simples como cocinar o transformar un vestido, es más simple.
–¿Qué opinas de esto? –En sus manos sostenía dos ramas con forma de antifaz.
–Son perfectas, tienes una gran habilidad para resolver los problemas– le dijo al mismo tiempo que tomaba las ramas de sus manos, examinando las.
–Seré la reina, resolver problemas, dirigir, será mi deber. Debo ser perfecta, después de tu madre soy la única heredero mujer, a la hermana de Cris la hicieron sentir que no era capaz, la hicieron sentir tan pequeña que renunció al tronó. Desde que tengo memoria he tenido que demostrar que merezco ser la reina, he tenido que esforzarme el doble, mientras que esos tres no tienen ni la mitad de las cualidades que yo tengo.
Si no hubieras sido una Towkun, tal vez hubiéramos sido amigas o aliada– confesó la princesa, parecía que por primera vez Audrey no era como simulaba ser, no eran tan diferentes como creía, ambas ponen barreras para protegerse, sin embargo Audrey tenía que ponerlas todo el tiempo.
–Creí que me odiabas.
–No me agradas Evangeline, no eres como yo, pero no te odio.
–Hace años tu puño contra mi cara me hizo creer otra cosa.
–Era inmadura, no sabía manejar mis emociones, sigo sin saber hacerlo pero ya no tengo 18 años.
Evangeline camino alrededor de Audrey, merodeando, cuando estuvo detrás de ella, tocó su armadura deslizando sus dedos de un hombro a otro, un destello blanco bajo sobre su cuerpo transformando su armadura en un vestido, era naranja un degradado café por debajo, las mangas caían por sus hombros, pelaje salía de los bordes del vestido, no era esponjado.
–La idea es que se parezca a los vestidos Drache– con un chasquido el mismo brillo formó un vestido negro, sus hombros estaban libres y brazos libres, de la cola colgaban plumas negras y unos guantes en sus manos. Pasó su mano sobre las ramas, transformándolas en dos máscaras, una con forma de zorro y otra en forma de cisne. Audrey escondía su látigo bajo su vestido atándolo a su pierna.
–¿Cómo vas a esconder tu arco? –le preguntó Evangeline.
–Aún tengo un par de trucos bajo la manga– Paso su arco y flechas trás su espalda transformando en dos alas de plumas negras.
–Supongo que a partir de ahora tenemos que caminar– dijo sarcástica, se colocaron sus máscaras, pero una pregunta invadía la mente de Evie.
–¿Por qué haces lo que dijeron?.
–Se votó, la mayoría gana; y además como dijiste los tres son como gorilas.
El plan era simple en la mente de Tristan y Cris, las mujeres distraerán a todo el que quisiera salir, ellos encontrarían al dragón, lo matarían y regresarán a Verklig.
La primer parte del plan se puso en marcha, entraron al palacio con el último suspiro de energía que quedaba en Evangeline se transportaron dentro, dentro se separaron, Audrey y Evangeline caminaban por los jardines, flores y ríos, no eran como cualquier otro jardín que hubieran visto, un estruendo se escuchó tras sus espaldas, al dar media vuelta un dragón; era tan alto que ambas lo miraban hacia arriba, sus miradas de terror ocultas trás sus máscaras, al abrir su boca pudieron ver sus dientes, afilados y puntiagudos.
–¿Se perdieron señoritas?.
–”Pueden hablar” –pensó Evangeline, tan poco se conocía sobre los dragones que no sabían que podían hablar.
–Siganme. La fiesta es por aquí– dijo amablemente el dragón rebasando las, sin decir una palabra, lo siguieron. Llegaron a lo que parecía ser su salón de baile, al entrar se encontraron con personas con todo tipo de máscaras, dragones, todos conviven pacíficamente, para Audrey era como ver una pintura surrealista, algo más mágico que su mismo vestido, sin embargo para Evangeline era la prueba de que los dragones no eran bestias.
–Nos separaremos, no hagas nada estupido.
–¿Por qué me lo dices? –preguntó indignada.
–Por que conozco tú fama de complejo de salvadora.
⧫⧫
–”Los invitados se divertían, los líderes de las familias influyentes se acercaban para hablar con mi hermano, yo estoy más aburrido, Nola y Frost están divirtiéndose y mi bateria social se acabo por lo que vine a resguardarme en las sillas reales, planeaba quedarme ahí sin embargo una silueta robo mi mirada, un cisne negro, sus alas alzadas; no podía ver su rostro pero había algo que me atraía hacia ella, su cabello cayendo como una cascada, sus labios rojos como si fueran fresa”.