Nuestros tiempos

maestro de bordado

1

Cada tarde me siento,
La aguja me susurra,
El hilo que conduce al infinito
En los lienzos de mis sueños...

Cansancio en los ojos, pero el corazón arde,
Cada puntada es un paso hacia lo desconocido,
Las horas nocturnas, como sombras,
Escuchan los pensamientos que fluyen en silencio.

La tela que aparece bajo mis manos
No es solo bordado — es mi mundo,
Cada patrón refleja el alma,
Los hilos — símbolos de esperanzas y miedos.

Aprendo de los errores,
Perfecciono la técnica,
Cada nuevo proyecto es un desafío,
Donde la confianza crece como la hierba tras la lluvia.

Pero en el corazón siempre vive
Ese miedo a que los sueños puedan desaparecer,
Por eso bordo, bordo,
Y cada puntada es un paso hacia la meta.

En la exposición hay mucha gente,
Sus ojos brillan de asombro;
«¿Cómo lo hiciste?» preguntan,
Y yo solo sonrío, porque sé —

Pequeñas ambiciones crecen
Como flores silvestres que brotan entre grietas.
Ahora estoy aquí, genio en el marco de luz,
Y los aplausos suenan,

Mientras en mi corazón — gratitud por el camino
Que me llevó a la cima de mis sueños.

2

Cada tarde, cuando el sol desaparece tras el horizonte,
Me siento, aguja en mano,
El hilo, como un río, me guía por caminos desconocidos,
Susurrando secretos escondidos en las puntadas.

En el silencio, donde solo está la sombra de mi corazón,
Siento lo difícil que es bordar sueños,
Cada puntada es una lucha,
Paciencia que exige mi alma.

Las horas nocturnas — tiempo de soledad,
Cuando los pensamientos se entrelazan como hilos,
Entre el deseo de alcanzar cimas
Y la realidad del trabajo duro.

Bordo, bordo, con cada movimiento,
Siento cómo formo mi carácter,
Cada puntada es un paso hacia la maestría,
Cada esfuerzo es parte de mí.

En esta tela de sueños y recuerdos,
Reflejo mis experiencias,
Los hilos — símbolos de esperanzas y miedos,
Que conducen a lo nuevo e inexplorado.

Y cuando la exposición abre sus puertas,
La gente contempla mis obras con admiración,
«¡Genio!» susurran, inclinándose,
Y yo sonrío, sabiendo que esto es solo el comienzo.

3

Cada tarde, cuando caen las sombras,
La aguja susurra, guiando el hilo de mis sueños
Sobre el lienzo que revela mi alma,
Bordando recuerdos como estrellas en el cielo.

La tela de la vida que está en mis manos
Llena de miedos, esperanzas y lágrimas,
Cada patrón es un reflejo,
El corazón que late al ritmo de las puntadas.

Aprendo de los errores en cada puntada,
La paciencia crece como flor de primavera,
El trabajo duro es el camino hacia la maestría,
Donde los sueños se vuelven realidad.

Las horas nocturnas, reflexiones solitarias,
Cada puntada un paso hacia lo desconocido,
Siento cómo los hilos entrelazan
Mi mundo interior, mi cosmos infinito.

Cuando llega el momento de la exposición,
La gente se reúne, sus ojos brillan,
«¡Genio!» susurran, inclinándose hacia mí,
Les contaré cómo bordé mis sueños.

Pequeñas ambiciones que crecieron en éxito,
Como flores silvestres que buscan la luz,
Agradezco el camino, cada puntada,
Porque el bordado no es solo técnica,

Es vida entrelazada con sueños.

4

Cada tarde, bajo la luz de la lámpara,
La aguja susurra, guiando el hilo,
Del corazón al lienzo,
Donde los sueños se entrelazan con la realidad.

Aprendo de los errores,
Cada puntada es un paso hacia lo desconocido,
La técnica se perfecciona,
Y la confianza crece como la hierba tras la lluvia.

Siento cómo nuevos horizontes
Se abren ante mí,
Cada proyecto es un desafío
Que estoy listo para aceptar,
Como un valiente viajero hacia lo desconocido.

El bordado no es solo un oficio,
Es mi forma de expresión,
La tela que absorbe recuerdos,
Los hilos que se extienden entre esperanza y miedo.

Mantengo la paciencia,
En cada puntada una parte del alma,
La verdadera maestría llega
A través de la experiencia que nutre el corazón.

Ahora, cuando estoy aquí,
Genio bajo la luz del marco,
Los aplausos suenan,
Pero sé que el camino es más que el resultado.

Pequeños sueños crecen
Como flores silvestres,
Y yo, con gratitud en el corazón,
Miro mi bordado
Que se ha convertido en símbolo de mi lucha.

5

La exposición — un instante donde el corazón late,
La aguja en mano, como espada que corta el silencio,
Cada puntada un grito del alma,
Y los lienzos — ventanas a mi mundo vivo.

La gente se reúne, ojos como estrellas,
Brillan de admiración ante el bordado,
«¡Genio!» susurran como oración,
Y yo permanezco conmovido, a la sombra de mi arte.

Aquí, en la exposición, donde los sueños se mezclan,
Siento cómo los hilos entrelazan historias,
Cada patrón — un camino recorrido,
Cada puntada — alegría y dolor unidos.

Pero el reconocimiento no son solo palabras,
Son abrazos de apoyo que calientan el corazón,
Es comprender que tu trabajo no es en vano,
Que tus sueños no son solo sombras en la pared.

Recuerdo las tardes de soledad
Que me acompañaban como vieja amiga,
Cuando cada puntada era un paso hacia la meta,
Y ahora — estoy aquí, bajo la luz del marco.

La exposición — no es el fin, sino el comienzo,
El hilo conduce hacia nuevos horizontes,
Mis pequeñas ambiciones se han vuelto grandes logros,
Y sé que adelante — aún más sueños me esperan.

6

En la cima de las ambiciones, donde los sueños vuelan,
Estoy de pie, lleno de gratitud por el camino recorrido,
Cada puntada un paso hacia las estrellas,
Pequeños sueños que llevaron a grandes victorias.




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