Nuestros tiempos

Nuestra querida madre Ucrania

1

Cuando las ruinas susurran en silencio,
lágrimas caen abundantemente sobre la tierra,
donde cada piedra es memoria,
y el corazón de mi país

late entre la alegría y el dolor...
En las escaleras de ciudades olvidadas,
la gente permanece como sombras,
sus rostros cubiertos por el polvo de la guerra,

y los ojos buscan la luz
en la negra oscuridad del cielo...
Escuchando los gritos de la noche,
mi alma se entrelaza

con las canciones de los héroes caídos;
ellos me guían hacia adelante,
hacia victorias que están cerca...
De nuevo, el viento primaveral traerá

noticias de los frentes ardientes –
flores rojas de derramamiento de sangre...
Pero incluso en medio de esta tristeza
veo un brote verde de esperanza.

Allí donde nuestro suelo floreció alguna vez,
por las ruinas del tiempo pasado camina
un pueblo de espíritu incansable.
Lucharemos hasta el final —

por la paz bajo un cielo despejado.

2

Cuando las ruinas llaman de nuevo,
recordemos quiénes somos,
en cada corazón hay esperanza,
en cada paso, fe en la victoria.

Cuando el fuego de la guerra quema el alma,
y mi corazón late al ritmo de la batalla,
escucho gritos que resuenan desde las profundidades,
donde las sombras de los caídos susurran la verdad.

En los campos donde antes florecían las flores,
ahora sólo quedan ruinas, recuerdos y lágrimas,
y cada piedra bajo nuestros pies
recuerda pérdidas y sueños destruidos.

Bala tras bala, como aves que no volverán,
llevan vidas, llevan esperanza,
pero en nuestros corazones arde el fuego,
el fuego del coraje que nos guía hacia adelante.

3

No luchamos sólo por la tierra,
sino por el alma y la dignidad del pueblo.
Cada día es una nueva batalla,
cada amanecer, una oportunidad de victoria.

Cuando las lágrimas limpian el polvo de la guerra
y un rayo de luz aparece en el cielo,
sabemos que incluso en la oscuridad,
nuestra fuerza reside en la unidad y el amor a la tierra natal.

El fuego de la guerra no es sólo destrucción,
es símbolo de esperanza que nos impulsa a vivir,
a luchar por la libertad, por la paz en los corazones,
y recordar que somos un pueblo indomable.

4

Cuando las lágrimas caen como ríos
sobre la tierra que recuerda la guerra,
donde cada piedra es un grito silencioso,
el corazón de mi país late en el silencio.

Las lágrimas no son sólo tristeza, son purificación,
lavando el dolor como lluvia de primavera,
y en cada gota brilla la esperanza,
incluso en la oscuridad, donde el miedo y la inquietud reinan.

En las escaleras de ciudades olvidadas,
donde las sombras permanecen,
los ojos buscan la luz
en un cielo negro que cubrió la alegría.

Los gritos nocturnos se entrelazan
con las canciones de los héroes caídos,
ellos nos guían hacia las victorias,
hacia la renovación que nos espera.

Y aún entre ruinas donde ardió el fuego,
un brote verde surge hacia arriba,
símbolo de esperanza que no muere,
incluso después de las peores pérdidas.

5

Allí donde antes florecieron los campos,
ahora permanecen las sombras, pero nuestro espíritu sigue vivo.
Lucharemos hasta el final —
por la paz, por la luz, por nuestra Ucrania.

El brote verde entre las cenizas
simboliza renacimiento,
la esperanza que siempre encuentra el camino,
incluso después de las peores pérdidas.
La vida continúa, como la primavera.

6

Cuando las ruinas susurran en silencio,
lágrimas caen abundantemente sobre la tierra,
cada piedra es memoria,
donde el corazón de mi país

late al ritmo de alegría y dolor...
En las escaleras de ciudades olvidadas,
la gente permanece como sombras,
sus rostros cubiertos de polvo de guerra,

y los ojos llenos de esperanza
buscan la luz en la negra oscuridad...
Escuchando los gritos de la noche,
mi alma se entrelaza

con las canciones de los héroes caídos;
ellos me guían hacia adelante,
hacia victorias que ya están cerca...
El viento primaveral traerá

noticias de los frentes ardientes —
flores rojas de derramamiento de sangre...
Pero incluso en medio de esta tristeza
veo un brote verde de esperanza.

Allí donde nuestro suelo floreció alguna vez,
por las ruinas del tiempo pasado camina
un pueblo de espíritu incansable.
Lucharemos hasta el final —

por la paz bajo un cielo despejado.
A la luz de los nuevos días,
la fe en el futuro nos guía,
aunque la oscuridad parezca infinita,

juntos podremos
encontrar el camino hacia la luz.




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