Narrado por Ethan
No dormí esa noche.
¿Cómo podría, después de lo que supe?
Lia nunca me mintió. Nunca me traicionó. Y yo... yo fui el monstruo que la echó. Que la insultó. Que la dejó sola… embarazada.
El eco de mis palabras aún me retumba en la cabeza:
“Ese hijo debe ser de tu amante y me lo quieres hacer pasar por mío.”
¿Cómo pude decir algo así?
¿Cómo no la escuché?
¿Cómo no vi el amor y el dolor en sus ojos ese día?
Me miré al espejo esta mañana y no me reconocí. El hombre que vi reflejado no era el CEO poderoso de Blacksteel Corporation, ni el hijo ejemplar, ni el exnovio dolido.
Era un cobarde. Un necio. Un hombre que dejó escapar lo mejor que le había pasado en la vida.
Ella. Lia. Mi sol. Mi luz. Mi hogar.
Y no solo la perdí a ella… perdí a mi hijo.
O a mi hija.
Ni siquiera sé quién es. Ni siquiera sé si tiene mi sonrisa, sus ojos, si camina ya, si corre, si va al jardín, si me dibuja con crayones aunque no me conozca.
Porque nunca quise saber. Porque me negué a la verdad.
Y ahora, con cada minuto que pasa, ese arrepentimiento me cala más hondo.
Recordé algo que dijo Annette aquella vez que vino a verme:
“Ella está en Washington, con su familia. Cuando quieras conocer a tu hijo, ve... antes de que sea tarde.”
No lo hice. No porque no pudiera. Sino porque era un cobarde. Un hombre asustado de la verdad.
Pero ya no más.
Hoy empecé a buscarla. Revisé el archivo de su renuncia, sus datos, todo lo que pudiera indicarme dónde estaba. No fue difícil. Lia nunca me ocultó a dónde iba. Ella quería que fuera. Esperó por mí… y yo la defraudé.
No sé si me odia. No sé si aún me guarda rencor. Tal vez ya me olvidó. Tal vez ha rehecho su vida y yo solo sea un recuerdo amargo de un pasado que quiere enterrar.
Pero tengo que intentarlo.
Tengo que verla. Pedirle perdón. Escucharla. Arrodillarme si hace falta.
Y conocer a mi hijo… o hija.
Sé que el perdón no se exige. Se gana. Se lucha. Se construye.
Y por primera vez en mi vida, lucharé no por una empresa, ni por un contrato, ni por un premio.
Lucharé por Lia.
Y por el pequeño ser que lleva mi sangre… pero no conoce mi voz.
Editado: 03.08.2025