Nuevas curvas para el Ceo

CAPÍTULO 61 — LO QUE CALLA EL CORAZÓN

Narrado por Ethan

Las últimas semanas han sido las mejores de mi vida. He compartido días enteros con mis hijos y con Lía. Desde visitas al zoológico, caminatas por el parque, noches de películas caseras con mantas y palomitas, hasta desayunos improvisados con panqueques en forma de estrellas. Cada instante con ellos me ha hecho redescubrir lo que significa ser padre, y lo que es vivir con el corazón despierto.

He notado cómo mis hijos me observan cuando estoy con su madre, cómo se sonríen entre ellos y luego me miran como esperando algo. Sé que están conspirando. Y, honestamente, me encanta. Me alientan a no rendirme, a demostrarle a Lía que esta vez todo será diferente.

Hoy la invité a salir. Nada lujoso, solo un lugar tranquilo, bonito, donde pueda hablar con ella sin interrupciones. Necesito decirle lo que me arde en el pecho desde hace tiempo. Quiero ser sincero. Quiero arriesgarme. Quiero… volver a empezar.

La pasé a buscar al atardecer. Lía llevaba un vestido azul que resaltaba la calidez de su piel y el brillo de sus ojos. Subió al auto con esa sonrisa suya que me desarma y se sentó como si llevara años a mi lado.

—¿A dónde me llevas, señor misterioso? —preguntó, con ese tono pícaro que tanto adoro.

—Eso arruinaría la sorpresa, señorita curiosa —respondí, provocando una carcajada que me hizo olvidar por unos segundos los nervios.

Cenamos en un pequeño restaurante italiano que descubrí hace unos días. Luces cálidas, música suave, una mesa apartada. El escenario perfecto para lo que necesitaba decir.

Durante la cena, hablamos de todo y de nada. Ella hizo un comentario gracioso sobre mi forma de enrollar los espaguetis, yo le conté cómo Ian intentó hacerme usar una corona de papel en una fiesta de té que él y Leo organizaron en casa. Lía reía con ganas, y mi pecho se expandía de felicidad con cada gesto suyo.

Después del postre, me armé de valor.

—Lía… —dije, tomando su mano sobre la mesa—. Hay algo que necesito decirte, algo que llevo guardando desde hace mucho tiempo.

Ella me miró, su expresión se volvió seria, atenta. Asintió en silencio, dándome espacio.

—Sé que te hice daño. Sé que fallé de la peor manera cuando más me necesitabas. Y aunque no merezca una segunda oportunidad, aunque no haya disculpas que borren lo que te dije aquella vez… quiero que sepas algo. Lía, estoy completamente enamorado de ti. Lo estuve entonces, lo estoy ahora, y lo estaré mañana.

Vi sus ojos abrirse un poco, como si mis palabras hubieran llegado más profundo de lo que esperaba.

—No quiero que solo seamos los padres de Ian y Leo. Quiero ser tu compañero, tu pareja, el hombre que esté a tu lado para lo que venga. Te amo, Lía. Y quiero que volvamos a estar juntos. Si me dejas… quiero recuperar tu corazón.

Por un instante, el silencio se instaló entre nosotros. Sólo se escuchaba la música suave de fondo y los latidos acelerados de mi corazón. Ella no dijo nada de inmediato, pero su mirada… esa mirada lo decía todo. Había amor. Había dolor. Había esperanza.

Narrado por Lía

Respiré hondo. Me tomó por sorpresa, sí, pero al mismo tiempo no. Lo había visto venir en los pequeños gestos, en las miradas largas, en su esfuerzo constante. Lo pensé por un segundo... y luego otro.

—Ethan… —dije con voz suave—, no puedo negar lo que siento. No puedo fingir que tu amor no me llega, que tus palabras no me conmueven. Sí, me lastimaste, y no lo olvido. Pero también veo lo mucho que has cambiado… y cómo miras a nuestros hijos. Cómo me miras a mí.

Él sostuvo la respiración, esperando mi respuesta.

—Me enamoré de ti una vez. Luego, te odié. Y ahora… ahora me estoy enamorando de nuevo. Tal vez sea una locura, pero sí, quiero intentarlo. Quiero ver a dónde nos lleva esto… juntos.

Sus ojos se llenaron de emoción, se levantó lentamente de su asiento, rodeó la mesa y se inclinó hacia mí. Cuando nuestras miradas se encontraron por última vez antes del contacto, supe que ya no había vuelta atrás. Nuestros labios se unieron en un beso que tenía tanto de despedida del pasado como de bienvenida al futuro. Fue tierno, profundo y real. Nos habíamos reencontrado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.