Nuevas Leyendas: Los 3 Grandes

Cap.3 La Alianza

Dos días después de la resurrección...

Único cargaba a Destino en su lomo, y llegaron a un reino cercano de Paradise, un reino muerto en donde solo habían casas abandonadas y en yerbadas en las paredes, con desgastes considerados y con las ventanas llenas de polvo, Destino miro una túnica gastada y con algunos agujeros, tirada en el piso; bajo del lomo de Único y la levanto para después ponérsela y tapar su cuerpo desnudo, desde su tercer resurrección había preferido portar con prendas oscuros, pues estas contrastaban con su rostro pálido y causaban más intimidación -le queda excelente mi rey- dijo Unico volviendo a su forma humana -gracias es de los pocos placeres que me puedo dar en cada vida y por cierto a que me has traído a esta tierra muerta, aquí no hay expiaciónes para mi- dijo Destino algo confundido -bueno, aquí esta un posible aliado mi rey- contesto Único y ambos caminaron entre las calles de aquel pueblo y se dirigían hacia un castillo que brillaba con los rayos del sol, como si fuera una construcción hecha de los mismos rayos de sol -¿cuentame quien es?- pregunto Destino -cuentan en los pueblos más cercanos que un día el rey de este lugar iba en una cacería hacia una bruja que amenazaba su reino, cuentan que era poderosa y de los 50 hombres que llevó el rey Aurum solo el regreso, al parecer mató a la bruja pero ella antes de morir lo maldijo. Cuentan que en la celebración la esposa de Aurum lo iba pesar y al rozar los labios del rey ella empezó a transformarse en oro, esa noche todo el mundo se volvió loco y poco a poco la gente de su reino huyó y al ver como sus más  cercanos súbditos lo abandonaban, tuvo un ataque de cólera matando con su maldición a cada uno de los que el creía eran sus amigos y más fieles seguidores pero ahora le daban la espalda y iban a dejar solo con su desesperación.
-nos estamos acercando mi señor- dijo Único -ya tengo una idea de cómo tratar con alguien asi- dijo Destino con cierta confianza 
Las casas abandonadas más cercanas al castillo tenian unas hermosas flores doradas brillando que se colaban entre paredes y ventanas de aquellas estructuras arruinadas por el tiempo y al final del camino estaba el castillo de Aurum. Unico llevo a Destino hasta el castillo y pararon, el rey y su general se posaban frente a un castillo dorado, sus paredes estaban hechas de oro y las torres parecían haberse derretido a los lados, dejando solo la parte superior intacta, las puertas estaban deshechas y con diferentes rupturas por donde podían entrar, pero aún así sus bisagras se mantenían a las paredes como cera caliente que se deforma por el frío -debemos entrar y mostrar respeto Unico, déjame hablar a mi, probablemente lleguemos a un trato- dijo Destino mientras se agachaba para entrar por uno de los huecos de la puerta -si mi señor- contestó Unico y procedió a entrar por otra de las aberturas, ambos caminaron por el patio de enfrente hasta la entrada del trono. La vista era impresionante, guerreros de todas las aldeas, tribus y pueblos podían ver, solo que estos estaban convertidos en oro, algunos gritando, otros en pose de pelea algunos mutilados y otros su piel se habían derretido dejando solo el hueso convertido en oro y a sus pies tenían la piel y los órganos escurridos pero ahora eran oro solido. 
El camino continuó hasta llegar a la entrada de la sala del trono y al entrar notaron que el paisaje no sería muy diferente, ahí escuchaban a la única persona que vivía en ese lugar, a Aurum quien les gritaba sentado desde su trono -no sabía que habían criaturas con energía de muerte que caminaran entre los vivos, nadie que entra a este reino ha tenido la misma energía que ustedes- dijo Aurum mientras se paraba de su trono. Destino y Único entraron más hasta estar a unos cuantos pasos de Aurum quien estaba sentado con su capa roja su pecho desnudos, un par de pantalones y su corona que era similar a metal mal fundido, algo en aquella escena cambiaba, una mujer a un lado del trono del rey, ella no parecía sufrir, ella estaba sentada al lado del trono lanzando un beso al trono en el cual se podía sentir un amor tan hermoso y puro que no podía ser ignorada por Destino -bueno mi rey, estamos aquí mi hijo y yo, para hacer un trato que nos beneficia a ambas partes- dijo Destino inclinándose ante Aurum mientras Único veía a su padre hacer tal acto ante alguien que consideraba inferior a su padre -hijo tus modales- dijo Destino y Único se tuvo que reverenciar sin entender porque su padre lo hacía -¿y que podrían darme un hombre decrépito y a punto de morir y su hijo que se ve que pensar no se le da bien?- dijo Aurum menospreciando las palabras de Destino, esto empezaba enfurecer a Único -no entiende mi rey, yo puedo salvarla- dijo Destino con un tono delicado -¿y quien pidió tu ayuda viejo mediocre?- dijo Aurum con cierta furia, Único se agachaba intentando no matar a ese hombre quien insultaba a su padre -nadie mi rey, pero necesito algo de usted y yo le puedo dar lo que busca- contesto Destino -¿y como sabes a que busco?- pregunto Aurum mirando a aquel hombre que no le regresaba la mirada y se mantenía inclinado -se un hechizo, capaz de revertir la maldición en usted y su amada, para que puedan volver a estar juntos de nuevo- dijo Destino con el tono más tranquilo posible -¿y tu como sabes de la maldición?- pregunto Aurum aún con más furia -porque soy un hechicero, conozco una maldición cuando la veo, así que debido a mis conocimientos me ofrezco a ayudarlo removiendo la maldición- dijo Destino y esto provocó la histeria de Aurum -eres una farsa, yo mismo me encargué de estudiar cada libro de magia y ninguno pudo lo que prometes, marcharte hechicero que tu vida vale lo mismo que tus palabras y para mi no significan nada ambas- dijo Aurum, esto último hizo rabiar a Único que cambio su mitad superior en la forma de aquel león negro de ojos azules y en un salto intento atacar a Aurum, mientras el solo estiraba su mano derecha hacia en frente mirándolo directamente a los ojos; todo esto pasaba en fracción de segundos pero para Destino era más lento, le dio tiempo de estirar su mano izquierda y decir -Libro de espacio 12, Atracción- la garra de Único estaba a punto de clavarse en el pecho de Aurum y Aurum estaba a punto de tocar el hocico de Único, cuando el tiempo siguió su ritmo y la mano de Aurum no pudo alcanzar a Único además paso de largo, Destino habia lanzado su mano para atrás y Unico se estrelló en la pared a un lado de la entrada de la sala, Aurum ahora se lanzaba a Destino para tocarlo -estupido hechicero.
-Libro de espacio 5, Aumento del cielo- dijo Destino mientras en un rápido movimiento unía sus manos y Aurum cayo al piso sin poder levantarse, un peso en su cuerpo le impedía levantarse era como si la tierra lo reclamara y el cielo lo empujara -sabia que algo ocultabas hechicero- dijo Aurum con el rostro lleno de furia -lamento los malos modales de mi hijo Aurum, y tranquilo perdono tus insultos- dijo Destino ahora con más confianza -que carajos quieres hechicero- pregunto Aurum -ya te lo dije Aurum solo quiero tu ayuda para que yo pueda ayudarte- Destino empezó a caminar hacia la mujer que ya hacía sentada a un lado del trono -que vas a hacer hechicero- dijo el rey que se volteaba a rastras para ver a Destino junto a su amada; Destino se acercó al oído de la reina y susurró unas palabras, la reina hecha una escultura de oro empezó a partirse hasta la parte de su cuello para mostrar la clara piel de la reina, mientras fragmentos de oro caían al suelo como cascarones de un huevo, ella miró a Destino con cierta confusión -ahi esta tu amado- dijo Destino señalando con la mirada al rey que ya hacía en el piso mirando a su amada con una cara de sorpresa que empezaba a llenar de lágrimas -¿mi amor estás bien?- pregunto Aurum -si mi amor, ¿que esta pasando?- pregunto la reina -nada mi amor vas a estar bien, ya todo va a estar bien- y el llanto de Aurum broto con más fuerza, su amada volvía a ser una escultura de oro que antes mostraba amor ahora mostraba tristeza y dolor -creo que es tiempo de negociar rey Aurum y sabes yo también soy un rey así que no me llames hechicero por favor- dijo Destino cortésmente. Aurum estaba deshecho al ver a su amada así, pero la esperanza aumentaba en su corazón -¿que quieres que haga?- pregunto el rey -solo quiero que me ayudes a invadir Swordland, ahí hay un artefacto que puede hacer que la maldición que tienen tu y tu reina desaparezca, entregarme Swordland y yo los libero a ti y tu amada ¿te parece?- contesto Destino levantando su dedo y liberando al rey del hechizo -esta bien estoy a sus órdenes- dijo Aurum mientras se inclinaba ante Destino.
Único los miraba a lo lejos, sabiendo que su padre era el más fuerte de todos y había ganado.




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