Nuevas Leyendas: Los 3 Grandes

Cap.5 Inexperiencia

*****Pueblo de Tsubaki*****
*****Nueve Días Después De La Resurrección Del Señor Oscuro*****

El amanecer había llegado a la Tierra Antigua y los primeros rayos del sol iluminaban a una pequeña caravana liderada por Destino y su hijo Único, atrás de ellos un grupo de unas 20 criaturas de piel morada oscura que estaban sujetadas por cadenas, las cuales jalaban una carreta con una enorme jaula que llevaba unas 10 personas adentro y detrás de todos Aurum, quien llevaba una armadura dorada y su promesa de regresar con su amada la cual había sido escondida fuera del reino de Aurum; el rey podía verse con una expresión de arrepentimiento, una culpa lo carcomía, había echo el trato de destruir Swordland pero no pensó que el hechicero también iría destruyendo pequeños pueblos, el cual después de cada victoria parecía hacerse más fuerte, Aurum notaba como aquel hechicero del ser un débil y moribundo hombre, ahora tenía más vitalidad y incluso se veía más joven y todo a costa de vidas inocentes. El rey a pesar de matar, nunca lo hizo con inocentes o no a voluntad, muy distinto a aquellos dos demonios que parecían disfrutarlo, la energía que esos seres desprendían le advertían de no confiar en ellos, pero lo que el hechicero le mostró lo obligaba a seguir, si es que podia conseguir obligar al hechicero de quitarle la maldición lo siguiente que haría sería largarse de la Tierra Antigua con su amada e irse muy lejos, donde el caos no los alcanzará, su pensamientos se vieron interrumpidos por Único quien se había pasado a atrás para hablar con el rey -¿Se puede saber porque no has matado a nadie?- pregunto Único -tu padre y yo quedamos en que lo ayudaría a destruir Swordland y eso haré, además yo no mato inocentes- dijo Aurum molesto por lo directo de Único -bueno ese es tu problema, si te puedo ser sincero, no había disfrutado tanto matar desde que mi padre murió, pero ahora que regreso me puedo dar el lujo de llenar mi cuerpo con sangre humana- dijo Único apretando sus puños con emoción disfrutando recordar sus asesinatos y provocando cierto asco en Aurum -¿Y que harán después de invadir Swordland?- pregunto Aurum cambiando el tema -buena pregunta Aurum, primero mi padre va a recuperar algo que hace muchos años uno de los reyes de Swordland le arrebato y después adueñarse de la Tierra Antigua y después del mundo- contesto Único aunque se veía que no estaban tan seguro de lo que decía -otra pregunta Único ¿Tienen que ver algo con el resplandor de hace 12 días? Porque ustedes desprenden la misma energía maldita que esa noche- dijo Aurum en un intento de medir que tan sinceros eran con él, pero el hechicero los interrumpió -hijo te necesito de regreso aquí- Único regreso a adelante con su padre -digame que necesita padre- dijo Único sin entender que pasaba -hijo mio, no me opongo que hagas amistades pero recuerda él no es igual a nosotros, él solo está aquí por nuestro trato, en el momento en que yo le de lo que quiere nos puede traicionar, parece que aún no sospecha quien soy así que debemos minimizar la información que le damos- dijo Destino pero Único notó la molestia en su padre -te quiero mucho pero no me hagas matar a otro de mis hijos- dijo Destino y Único recordó a su hermano mayor, el primer hijo de Destino quien murió a manos de su padre por intentar revelarse, el demonio sintió una sensación de escalofríos -disculpe mi señor, tendré más cuidado, le pido perdone mi descuido- contesto Único agachando la mirada y siguió su viaje al lado de su padre.

Ya llegado casi el medio día Destino y su grupo estaban a un kilómetro de distancia del pueblo de Tsubaki, desde lo ocurrido con Único la mañana había sido tranquila hasta que algo llamo la atención del Señor Oscuro era magia de vida, al parecer a unos cuantos metros atrás de ellos alguien la había conjurado -¿Unico ya te diste cuenta?- pregunto Destino -si padre alguien uso magia ¿Debería ir tras el rastro?- pregunto Único -no aún no, solo usaron una pequeña cantidad, tal vez allá sido un mensaje, siento una presencia fuerte cerca de aquí, debemos tener cuidado- dijo Destino y sin dar alguna sospecha, siguieron adelante.
Escondida entre la vegetación Akane miraba a esos seres; la noche anterior pudo sentir como una esencia parecida a la suya pero de una forma retorcida y grotesca se acercaba, luego en el centro de su pueblo se escucharon gritos y gruñidos, las casas empezaron a arder y Akane saco a su familia de su hogar antes de ser vistos, sin embargo no pudo ayudar a nadie más ahí y los llevo a un lugar escondido dónde tenía un pequeño barco con las pertenencias de su padre, Akane mando a su familia a la Nueva Tierra, confiaba en que el rey ayudaría a su familia; después de eso la chica regreso en un intento de ayudar a su pueblo pero ya era tarde la mayoría de casas estaban destruidas, Akane encontró unos cuerpos deformes de una manera inhumana, otros habían sido despedazados y los que sobrevivieron ahora iban presos de aquellos monstruos. La chica los siguió pues tomaron el camino hacia el pueblo de Tsubaki y debía advertir a su maestro y a la gente de ahí; Akane escondida, veía como el enorme hombre caminaba hacia atrás nuevamente y volvía a conversar con él otro hombre de armadura, acaso eran caballeros de algún reino, Akane tenía muchas dudas pero por lo menos ya le habia mandado el mensaje a su maestro, Akane esperaba que Oda entendiera que la muerte se acercaba.

En Tsubaki, en el templo de Oda, Hide como cada mañana practicaba sus posturas, pero ahora se le podía ver más confiado, tanto que voluntariamente cerraba los ojos para concentrarse mejor, Oda tenía su puerta abierta pues mientras observaba a Hide hacia el intento de meditar hasta que notó como un lirio blanco crecía frente a su habitación y conforme esté crecía el color de sus pétalos se iban oscureciendo hasta que la flor terminó en un color negro, el monje no necesitaba más explicación algo peligroso se acercaba, el monje se levantó y tomó la katana -¿Pasa algo maestro?- dijo Hide al ver a su maestro, pero Oda se acercó a él y poniendo en sus manos la Espada Dragón le dijo -necesito que te lleves la espada y evacues el pueblo, llévalos al sur a Swordland, que se escondan entre los huertos para despistar si es que los van siguiendo, yo iré por Akane y allá los alcanzo- dijo Oda y su expresión era sería, el viejo no estaba bromeando, así que Hide tomo el arma en sus manos -¿Maestro que está pasando?- dijo Hide -no se, pero algo amenaza el pueblo, solo te pido que saques a todo aquel que esté en el pueblo y hazlo rápido, prométeme que si me pasa algo protegeras la espada y si la usas que sea para ayudar a las personas que lo necesitan- dijo Oda para después salir corriendo hacia la entrada del templo. Hide también lo siguió, pero vio como su maestro iba al norte y el se fue hacia el pueblo.
Akane veía como les faltaba poco para llegar a Tsubaki y decidió darles más tiempo -¡hey bastardos!- grito Akane cayendo detrás del grupo -¿No les cuesta dormir después de matar a inocentes o es que simplemente no duermen?- dijo la chica llamando la atención de todos, excepto de aquellos humanos que parecían ya ser muertos vivientes -que belleza de mujer- dijo Único mirando de arriba a abajo a Akane -que sorpresa, no sabía que podías hablar, si te soy sincera pensaba que tú cerebro pequeño apenas te permitía caminar- dijo Akane burlonamente pero en su interior sentía el gran poder de esa criatura -te mostraré de lo que soy capaz, tal vez y te termine gustando- dijo Único y cuando iba a atacar, Aurum atravesó su brazo frente a Único impidiendo lo que sea que intentará el demonio -dejame esto a mi, vete con tu padre y terminen lo que sea que vayan a hacer- dijo Aurum -vaya, hasta que te animas a hacer algo, te pido no la mates me interesa para que sea mi esclava- dijo Único mirando nuevamente a Akane pero ahora con una sonrisa -no sabía que la mascota podía dar órdenes, bestia estúpida- dijo Akane quitando la sonrisa de Único, sin embargo el demonio le volvió a sonreír -eres muy valiente preciosa, aumentas más mis ganas de tenerte- dijo Unico y después regreso al frente con Destino quien solo miraba a la chica, el señor oscuro notó que la chica era fuerte, pero que todo dependía de su suerte que tanto valdría la bendición que habia recibido.




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