*****Tierra Antigua, Ubicación Desconocida*****
*****Once Días Después De La Resurrección Del Señor Oscuro*****
Varios días habían pasado desde que el ataque al pueblo de Tsubaki ocurrió, dónde dos demonios y un rey con un pequeño ejército de muertos atacaron a su población y donde Hide salió gravemente herido. El grupo con sus múltiples ataques había hecho crecer en números, pues Destino limitaba las muertes en un afán de convertir a los sobrevivientes en sus esclavos o en sus expiaciones, como siempre Destino caminaba frente a él grupo, su apariencia tenía más vitalidad y caminaba más recto, orgulloso por su poder. Ahora el grupo se dirigía más al centro de la Tierra Antigua, tenía que hacer una visita a su antiguo hogar, el grupo llego al límite de un rio que parecía cortar la Tierra Antigua, entre sus orillas un fenómeno algo curioso ocurría, pues en la orilla del lado Norte la vegetación era de árboles pequeños, de pasto con arbustos de flores y la luz del sol iluminaba más, haciendo el clima más cálido; por el otro lado, la orilla Sur constaba de grandes pinos que al ser tan numerosos impedían la entrada del sol, la tierra era húmeda y entre las raices de los árboles se podían ver múltiples especies de hongos, era un ambiente más húmedo y boscoso.
Destino camino por la orilla Norte hasta encontrar una vieja cabaña, la cabaña se veía deteriorada por el paso del tiempo y en la parte derecha de su estructura, entre el techo y las paredes un enorme hoyo se podía ver; las paredes de madera que antes se veían fuertes y brillantes, ahora solo mostraban cicatrices del daño que había sufrido, incluso el musgo se empezaba a adueñar de algunas partes de la cabaña como si el lugar reclara la cabaña. Destino se acercó al lugar que alguna vez fue su hogar, el lado derecho parecía haber recibido un fuerte ataque como una explosión, mientras más se acercaban Único y Aurum, ambos sentía como el aire se sentía con una fuerte energía residual que hacía pesado respirar, como si la misma Tierra Antigua hubiera sido rasgada en ese lugar y aún no terminaba de sanar, Destino quedó frente al lugar mirando con detenimiento su pasado -descansaremos aqui- dijo el Señor Oscuro y Único se acercó -padre tenemos que seguir adelante, ya contamos con un buen ejército o ¿Acaso se siente débil o le pasa algo?- pregunto Único preocupado por Destino, debido a que nadie del ejército de Destino era un humano o ser vivo se podían dar el lujo de caminar por días sin dormir o comer y Destino nunca se había detenido hasta ese momento, para Único era algo muy extraño, tal vez su padre aún no se recuperaba después de tanto tiempo muerto -Unico no pienses mal- dijo Destino interrumpiendo los pensamientos de su hijo -perdon padre, me preocupa haber hecho algo mal cuando hice el ritual de inresurreccion- dijo Único -si me detuve aquí, es porque tengo algo en mente, y a decir verdad a veces es bueno regresar a casa- dijo Destino mirando su cabaña -¿Usted vivía aquí?- pregunto Único -hace mucho tiempo fue mi hogar, aquí es donde inicio gran parte de mi trabajo, así que quiero revisar algunos libros que dejé tal vez podamos experimentar algunas cosas con Aurum, por favor dile que me alcancé, ya habrá tiempo de contarte mi primera vida- dijo Destino para después entrar en aquella cabaña, Único fue en busca de Aurum quien permanecía atrás del grupo procurando la menor interacción con ellos. Aurum había decidido no interferir hasta Swordland pero le era casi imposible, siempre lo atacaban intentando matarlo y al defenderse las personas caían convertidas en oro muriendo ahí mismo, mirando a aquellas criaturas que lo redeaban había despertado la duda de si ellos también podía caer ante su maldición y cuando iba a tocar a uno de ellos noto como Único se acercaba -Aurum mi padre pidió que lo fueras a alcanzar, creo que quiere hablar sobre tu maldición- dijo Único y esto llamo la curiosidad del rey quien sin decir palabras alguna se levantó para ir hasta la cabaña donde estaba Destino, Aurum evitaba cualquier contacto con el demonio, ver a Único cerca de él, le provocaba náuseas. El rey entro y fue recibido por hojas secas de árboles que crujían al ser pizadas, los muebles tenían polvo y el ambiente en su interior tenían una carga muy pesada, Aurum sabía que la magia utilizada en ese lugar había sido demasiada -Aurum te llamé porque intentaré realizar unos sellados, buscaré mermar tu maldición alterando su función, tal vez así sea más fácil quitarla- dijo Destino quien estaba parado enmedio del pasillo, las palabras del brujo solo causaron sospechas en el rey -prometiste ayudarme después de conseguir lo que buscas en Swordland ¿Porque quieres empezar ahora?- dijo Aurum -por el mismo trato que hicimos, necesito entender como funciona la maldición, la reacción a los sellos que realice en ella me dará con más exactitud su origen, así cuando tenga todo mi poder podré eliminar el maleficio que te persigue- dijo Destino y en su voz se notaba la seguridad que tenía, el rey no pudo debatir lo que Destino decía pero tampoco iba a dejarse llevar, si el veía algo raro, no dudaría en matar al brujo -¿Que tengo que hacer?- pregunto el rey -sigueme por favor, yo haré todo- dijo Destino y paso a una habitación al fondo de la cabaña, en la última habitación Destino entro junto con el rey y cerro la puerta, la habitación empezó a sacudirse y esto puso en alerta a Aurum -trsnquilo, mi intención es ayudarte- dijo Destino y la habitación parecía expandirse, alterando su estructura y su apariencia, Aurum lo sabía desde que entró en la cabaña, ese lugar no respetaba ninguna ley de su mundo; la pequeña habitación había crecido a un lugar mucho más grande, este contaba con múltiples mesas y muebles donde la variedad de artefactos era increíble, todo ahí parecía tan limpio y nuevo que no parecían respetar el tiempo, habían muchas herramientas y una librería extensa con libros de magia, Aurum estaba asombrado ante tal lugar. Destino avanzó hasta la librería para buscar la información que necesitaba, el brujo tomo un libro y lo puso en la mesa donde también había unos frascos con pinturas de diversos colores -necesito que te coloques ahí- dijo Destino señalando una área despejada dónde el piso y las paredes estaban libres de cualquier objeto o mueble, a pesar de el peligro que podía correr, Aurum estaba curioso por saber que haría el hechicero -¿Cuánto tiempo le has invertido a este lugar?- pregunto Aurum -podria decirse que muchas vidas- dijo Destino sonriendo y caminando ha donde estaba Aurum, Destino dibujo un circulo con una pintura negra -colocate en el centro y no te muevas de ahí, empezaré a dibujar sellos a tu alrededor y si alguno se deforma podría matarte al momento de hacer el conjuro- dijo Destino y siguió dibujando sellos alrededor del círculo -como pudiste ver el día que nos conocimos, le quité momentáneamente la maldición a tu amada, en parte se debió a mi falta de poder, pero se me ocurrió también la idea de que puede funcionar si intento sellarla en tu alma para evitar que mates personas al tocarlas, por eso te pido que no hagas nada más que obedecer lo que te pido- dijo Destino y después de escribir los sellos regresó a una de las mesas y saco más frascos, combinando las sustancias en ellas. Después de mezclar sustancias que incluso Aurum desconocía empezó a regarla alrededor del rey y poniendo sus manos frente a Aurum empezo a hablar, recitando palabras de lo que parecía una lengua muerta; Aurum no entendía nada de lo que pasaba, durante sus investigaciones nunca había encontrado magia, sellos, artefactos o sustancias de ese tipo, el hechicero frente a él sin duda era muy superior a la magia de aquella mujer que lo atacó. Destino regreso con Aurum y con la sustancia negra y una brocha empezó a escribir sellos en el cuerpo de Aurum y seguía recitando palabras que era incomprensibles, cada sellos terminado desprendía luces doradas como reafirmando la magia en ellos, la sustancia del frasco se acabó y los sellos en el piso y las paredes se levantaron como cadenas que jalaron los sellos del cuerpo de Aurum, el rey sintio como si la piel se la estuvieran arrancando -aguanta Aurum, hazlo por ella- dijo Destino y Aurum gritaba del dolor hasta que aquellas cadenas que jalaban hacia abajo terminaron de quitar los sellos del cuerpo de Aurum haciendo que el rey cayera inconsciente, una sensación que hace tiempo no había sentido.
Cuando Aurum despertó, estaba en la pequeña habitación tirado en el piso, frente a él estaba Destino y Único, el demonio llevaba cargando a una chica que iba amarrada de brazos y piernas con los ojos y boca tapados -necesito que la toques- dijo Destino mirando al rey, Aurum dudaba sobre si tocar a la mujer o no -no lo pienses Aurum, he llevado varios siglos investigando y parte de saber si algo tiene exito es experimentar para entender dónde están las fallas, debo saber si los sellos funcionan, si tenemos buenos resultados, serías capaz de poder tocar a los humanos sin convertirlos, pero solo habré bloqueado tu maldición no la habré quitado, por eso necesito hacer pruebas- dijo Destino y pusieron frenta a Aurum a la mujer, quien estaba llorando y parecía que quería gritar, Aurum recordó a su esposa, no quería hacerlo -¿Porque no probamos primero con esas criaturas que creaste?- dijo el rey -eso es imposible, ellos tienen un hechizo que impide el paso de magia, incluyendo la maldiciónes, si quieres vivir con tu amada debes sacrificar algunas cosas, todo tiene un precio y si no lo paga alguien más, terminarás pagando tu- dijo Destino -pero porque tiene que pagar una inocente, hechicero esto no era parte del trato, dije que solo iba a interferir en Swordland- dijo Aurum -si lo sé, me he dado cuenta que no interfieres en lo que hacemos pero como ya he dicho, si quiero recuperar lo que Swordland me quito alguien tiene que empezar a pagar, estabas conciente de que algo así pasaría ¿O no es así?- dijo Destino -si... Pero no creí que amenazarias a toda la Tierra Antigua- dijo Aurum -¿Y que tiene de diferente? Todas las vidas que se pierdan incluso en Swordland son ajenas a tu lucha o la mía y solo por el hecho de interferir van a pagar lo que nos deben, Aurum hace mucho tiempo yo también pague por ambiciones de alguien más, solo estamos aquí para servir y que nos sirvan y aunque el final sea trágico, todo siempre tiene un propósito- dijo Destino y Aurum entendió las palabras del brujo, tenía razón, cuando Aurum era rey las personas estaban a lo que el rey ordenará excepto por Isabel quien había sido la única mujer que por su carácter fuerte se oponia a él ego del rey y por eso la amaba y él le servía a ella, incluso ahora Aurum estaba al servicio del hechicero y después el hechicero le serviría a él, todo era un ciclo de dar y recibir, como dijo Destino un pago y una deuda que todos tenemos, y sin pensarlo más Aurum tocó con su dedo a la mujer, el contacto con su piel la mató el segundo convirtiendola en oro líquido -hijo trae al siguiente- dijo Destino y Único entro con un hombre viejo, al parecer el hombre estaba esperando su muerte, Destino escribió nuevos sellos en Aurum y recito otro conjuro y Aurum tocó al hombre matando lo, la carne del viejo se quemó dejando sus órganos expuestos convertidos en oro. Desde ese momento todas las personas que entraban a aquella habitación ya no volvían a salir con vida, entrar a esa cabaña siendo un prisionero significaba la muerte, alterar la maldición con sellos solo la hacía modificar su efecto pero no su efectividad, Aurum sacaba a los muertos que aún podía ser llevados hasta afuera de alguna forma, los humanos se estaban acabando y nada estaba funcionando o mejor dicho Destino no conseguía un resultado que le conviniera así que seguía buscando en sus libros y pergaminos; Destino busco casi toda la noche, no encontraba nada que pudiera ayudarlo hasta que debajo de la librería vió un viejo libro tirado, era su primer libro de sellos mágicos, sus primeros años de investigación estaban plasmados en este libro, específicamente ese libro hablaba sobre sellados y magia de antiguas criaturas y culturas, entre sus páginas encontró una antigua carta que en el sobre decía "De Nirelle, Para Darrell" y Destino sintió un vacío en el pecho, una sensación que no había experimentado desde hace mucho tiempo, hace muchos años había dejado ese lugar creyendo saber todos los secretos ahí guardados pero al parecer siempre hay sorpresas, su curiosidad peleaba con la idea de haber renunciado a esa vida pero a veces somos prisioneros de nuestros recuerdos y Destino decidió abrir aquel sobre, así como todo en la cabaña, la carta parecía haber llegado hace unos cuantos días, aún olía a rosas, aún olía a ella...