Doce días después de la resurrección
La aventura de los tres hermanos ya llevaba unos días desde su comienzo y hasta el momento los caballeros y los príncipes iban sin incidentes, excepto por la noche anterior cuando se detuvieron a dormir cerca del final del camino de árboles y daba inicio a un paraje cubierto de pasto, fue ahí dónde Mendo y los otros caballeros experimentados en el exterior se habían percatado de que algo los espiaba manteniéndolos alerta toda la noche.
Trece días después de la resurrección
Era medio día y el paisaje era tranquilo, el paraje con campos llenos de pasto recorrían kilómetros, simplemente era hermoso. Los jóvenes sentían la tranquilidad de aquel pacifico lugar mientras iban en sus caballos.
Los tres hermanos conversaban entre ellos y el mayor hablo -ya llevamos una semana y todo esta tranquilo, como se nota que es una misión de rango 1- dijo Mendo con aburrimiento -para mi esta excelente, no hay nada mejor que salir a pasear por lugares desconocidos con miedo a morir en cualquier momento- dijo Diago con sarcasmo -pues yo si estoy feliz, por fin padre me tomo en cuenta y aunque sea una misión de rango inferior poco a poco iré tomando más importancia en el reino- dijo Alba con la ilusión en su rostro -todo depende de lo que decida el rey Mendo en un futuro- dijo Diago mirando a su hermano mayor sin darse cuenta que eso cortaba la emoción de Alba -tranquila hermana cuando sea rey tendrás un lugar en la mesa real y tendrás poder en las decisiones del reino- dijo Mendo y esto tampoco ayudó en nada a como la había echo sentir Diago con sus palabras, pues ella siempre a aspirado a ser la reina de Swordland y ayudar a su padre; amaba a sus hermanos pero incluso ellos la trataban como una secundaria sin darle la importancia que merecía -por cierto Mendo que se siente que cuando te den el trono te tengas que cambiar el nombre a Sexto, te imaginas Alba, el rey Sexto- dijo Diago en burla y sin ver como afectaba esto a la princesa, aun así Alba sonrió ligeramente para no dar a notar su sentir; para la princesa llevar ese título no era causa de burla sino al contrario para ella era señal de respeto al reino -si lo se, esta horrible cambiarme el nombre a Sexto pero que quieres, el rey Tercero lo hizo una ley inamovible, incluso para los futuros reyes y si no la respeto el reino no me respetara, odio tener que obedecer leyes que ponen a los sirvientes como jueces- dijo Mendo descontento y Alba quedo sorprendida, no creía que Mendo el hijo mayor y quien recibió el cariño del pueblo de Swordland antes que ellos, se refiriera a los habitantes de Swordland de esa manera -hermanos...- grito Alba para cortar las burlas de sus hermanos -cuanto tiempo falta para llegar- dijo la princesa ahora con más calma -bueno estamos a tres días de llegar, ya falta muy poco Alba- dijo Mendo dándose cuenta del descontento de Alba -que bueno, ya quiero llegar para regresar a casa lo más rápido posible- dijo Diago con alivio -esta bien hermano creo que vamos a buen tiempo- dijo Alba -asi es, estamos en buen tiempo, tal vez esto sea la misión más fácil que he tenido- dijo Mendo muy tranquilo he insatisfecho, un caballero que venía junto al carruaje de las provisiones se acercó a Mendo quien iba al frente -principe Mendo, alguien nos viene siguiendo desde que salimos en la mañana, teníamos dudas debido a que se ha estado ocultando de nuestra vista y se mantiene lo suficiente cerca como para seguirnos el paso- dijo el caballero -¿y como es eso posible si este lugar esta descubierto?- pregunto el príncipe con curiosidad -no sabría decirle, no conocemos una criatura o humano que pueda ser tan sigiloso y al mismo tiempo seguirnos el paso sin ser visto, tal vez solo sea paranoia nuestra- contesto el caballero -esta bien sigamos a toda velocidad, avisales a los demás, si algo nos persigue tendrá que acelerar su paso y así dará muestras de su ubicación- dijo Mendo y el caballero regresó hacia atrás mientras avisaba que saldrían a toda velocidad -¿todo esta bien?- pregunto Diago -si, solo vamos a apresurar el paso, no podemos parar a dormir debemos llegar al pueblo pesquero lo más rápido posible- contesto Mendo -por mi no hay problema Mendo- dijo Alba -bueno, ya hablaron ambos, que puedo hacer- dijo Diago con resignación y Mendo aceleró el paso de su caballo haciéndolo galopar a toda velocidad y por consecuente sus hermanos y los demás caballeros hicieron lo mismo, mientras aquel ser los miraba tranquilo pues le daba risa que los humanos intentaran huir cuando ya era demasiado tarde.
Quince días después de la resurrección
Los hijos del rey habían llegado al pueblo pesquero junto con el amanecer entrando por el lado sur cerca de la orilla del mar.
El pueblo estaba abandonado y solo se veían las casas solitarias mientras pasaban con sus caballos, algunas estaban parcialmente quemadas otras estaban destruidas y el hedor de la carne putrefacta hacia que el aire fuera difícil de respirar; poco a poco se fueron acercando al puerto y el olor a putrefacción se combinaba con la brisa de las olas del mar. Cuando llegaron al puerto solo pudieron ver las pilas de cuerpos que se amontonaban ahí, los cuerpos eran prácticamente esqueletos con un poco de piel, cabello y órganos que aún no acababan de desintegrarse.
Los príncipes y los caballeros bajaron de sus caballos -¿que les habrá ocurrido a toda esta gente?- dijo Alba con horror mientras se ponía un trapo en la cara que le cubría la boca y la nariz para cubrir los malos olores -te dije que algo ocultaba Quinto- dijo Diago viendo los cuerpos amontonados en diferentes lugares del puerto, mientras también se cubría el rostro así como los demás en la escena -callate Diago no esta nada seguro, tal vez nosotros llegamos tarde- dijo Mendo bajando de su caballo -hay que dividirnos y buscar sobrevivientes, yo y Alba nos quedaremos a cuidar los suministros los demás pueden irse- termino de decir Mendo y Diago hablo -yo también me quedo con ustedes- se notaba cierto temor sus palabras -hermano vete con ellos, es una orden- dijo Mendo con autoridad pues creía que dejar a su hermana en un ambiente así ya era suficiente impacto para ella -tranquilo Mendo, iré yo- dijo Alba sorprendiendo a Mendo -Alba di una orden, si no las respetan podríamos tener problemas- dijo Mendo manteniéndose ahora firme ante su decisión -yo puedo ir Mendo, no quiero que me estés cuidando, por eso vine a servir al reino- dijo Alba -siendo parte de la familia real, ordeno que Diago se quede haciendo guardia junto contigo Mendo y es mi última palabra, deben respetarla- termino de decir Alba y se marchó junto con el grupo.
-¿Oye puede hacer eso?- pregunto Diago a Mendo mientras ambos veían como su hermana se alejaba -no lo se, al parecer nos acaba de ganar- contesto Mendo con una sonrisa pues le gustaba ver a su herma tan empoderada; Diago sentía miedo así que cambio de tema diciendo -Mendo tu sabes muy bien que no estamos aquí por esto, ni siquiera estamos aquí porque nuestro padre quería que saliéramos a nuestra primera misión, él quería que estuviéramos fuera del reino, ¿porque Mendo?¿que oculta nuestro padre?- dijo Diago sacando su malestar que lo venía torturando desde que salieron de Swordland y el ambiente cambió abruptamente -a decir verdad, no se más que tú, desconozco el ¿porque nuestro padre nos quiera lejos? y tienes razón algo ocultaba para mandarnos casi al límite de la tierra antigua- dijo Mendo con un tono serio revelando a su hermano que esta situación ocultaba algo más -tengo un terrible presentimiento hermano- dijo Diago -yo también, por eso debemos proteger a Alba- dijo Mendo -si es que se deja- dijo Diago y ambos se quedaron ahí parados esperando a que los demás terminaran la búsqueda pero pensando el porque estaban ahí.