*****Reino De Swordland*****
*****Hace Algunos Años Atrás*****
En uno de los jardines dentro del castillo una pequeña niña estaba tirada en el pasto, esa niña era Alba, en su mano derecha una pequeña espada que apenas podía sostener y parado frente a ella un muñeco de paja que llevaba encima una armadura vieja, este estaba clavado al piso; a lo lejos la reina miraba a si hija quien no se podía levantar, había pasado toda la tarde intentando golpear con la espada al muñeco pero por la fuerza de la niña apenas y podía hacer unos arañones a la armadura, Eira veía a su hija y podía sentir su frustración, sus manos estaban tan rojas que parecía que iba a sangrar así que se acercó a platicar con ella, la reina ayudó a ponerse de pie a Alba y viendo el rostro de su hija lleno de suciedad procedió a mojar su vestido con un poco de saliva para limpiar el rostro de su hija -¿Se puede saber que estás haciendo?- pregunto Eira -nada madre, no estoy haciendo nada, creo que al final Mendo si tenía razón y yo no sirvo para esto- dijo Alba conteniendo sus ganas de llorar pero en sus ojos se mostraba algo diferente, así que la reina tomo de los hombros a Alba y mirandola a los ojos pregunto -¿No sirves para que?- y Alba mirando a los ojos a su madre dijo -no sirvo para ser un caballero- y sus ojos no podían soportar más pero la reina la sacudió con fuerza -Alba no debes llorar, si quieres ser la reina debes entender que no podemos rompernos por cualquier cosa, déjame enseñarte- dijo Eira y tomando la espada soltó a su hija -madre es que yo quieria entrar al reclutamiento pero papá no me dejo, yo solo quiero aprender a pelear para defender a Swordland y ser una poderosa reina, pero no puedo- dijo Alba y su voz se quebraba -Alba, no hables así, no necesitas ser fuerte físicamente, la inteligencia y estrategia son muy importantes, a veces solo tienes que derribarlos- dijo la reina y moviendo la espada hizo un corte rápido donde el muñeco se sostenía y cuando esté iba cayendo la reina le atravesó la espada en la cabeza clavandolo al piso dejando a Alba impresionada -¿Cómo hiciste eso madre?- pregunto Alba olvidando lo que antes había dicho y el como se sentía -facil entrené mucho para poder hacer algo así, si aprendes a tomar ventaja de tu talento y capacidades el enemigo quedará a merced tuya y ahí es cuando les cortas la cabeza- dijo la reina regresando con su hija -¿Madre me enseñas?- dijo Alba -por supuesto, se que tú padre no te permitió unirte al reclutamiento pero aunque no te dejor ir, tampoco te negó aprender en otro lado, no necesitas ser un caballero, yo te enseñaré a ser una cazadora y así convertirte en la futura reina de Swordland- dijo Eira con emocion y Alba sentía la motivación que había perdido, Alba uso sus fuerzas para sacar la espada del muñeco y alzandola vio a su madre -te prometo que entrenaré y daré todo de mi, madre verás que cuando sea grande seré digna de convertirme en la próxima reina de Swordland.
*****Villa Mareña*****
*****Quince Días Después De La Resurrección Del Señor Oscuro*****
Alba sentía la mirada de aquella criatura y ambos mantenían un silencio inquietante, su cuerpo ya empezaba a sentirse bien y Alba planeaba atacar en cuanto hubiera una abertura, la princesa acercaba su mano a su cintura dónde llevaba un cuchillo escondido –Alba no te asustes– dijo aquel ser estirando su mano hacia ella, la princesa tomo la mano de la criatura y la jaló con fuerza buscando desequilibrar a ese monstruo, este movimiento rápido funcionó y rápidamente saco el cuchillo y lo clavo en la espalda de la criatura, pero la sorpresa fue grande cuando el cuchillo se clavo y Alba sintió al monstruo, los pocos rayos de sol que entraban por las ventanas dieron una imagen más clara de lo que había atacado a Alba, era un muñeco como los que usaban en el reino, un maniquí de paja y costal con el cual los reclutas entrenaban durante su entrenamiento para servir al rey, pero este muñeco era igual y a la vez parecía muy diferente y lo peor es que estaba vivo, aquel ser tenía alteraciones al diseño original de Swordland, en los brazos y debajo de la cintura tenía algo así como articulaciones que le permitían moverse, el tamaño del muñeco era más grande y de su cuello de madera llevaba un collar con un pequeño saco, Alba no entendía que hacía ese ser ahí y como era posible que estuviera vivo, tenía que investigar probablemente habían más de estos y sus hermanos así como los demás caballeros corrían peligro, Alba saco las espadas de su madre y intentando prevenir otro ataque iba a cortar la cabeza de aquel ser, de pronto el saquito en el collar empezó a brillar en un color verde y una pequeña explosión de aire salió de este, Alba se asusto y mejor lentamente se fue acercando a la salida sin quitar la vista del muñeco, si llegaba a la salida podía irse corriendo a reunirse con los demás, cuando la pricesa salió el muñeco se levantó –sin duda eres fuerte como tu madre, tengo que ayudarlos, ¿Que habrá sido eso que los atacó?– dijo el muñeco para después sacarse el cuchillo de la espalda dejando caer un poco de paja.
Alba corría de regreso a su grupo pasando por los cuerpos de los caballeros que iban con ella, tenía que apresurarse tenía que ver que Diago y Mendo estuvieran bien y cuando iba a dar la vuelta para encontrarse con sus hermanos se detuvo, una mujer esquivaba los golpes de Mendo y después esa mujer pateó a Mendo lanzandolo hasta la carreta de suministros estrellandolo en ella, Alfonso que seguía vivo se acercó a pelear con la mujer pero ella lo golpeaba y parecía divertirse, Alba tenía que pelear pero antes de salir a enfrentarse a la amenaza chocó con una pared invisible –libro de vida 13, pared de luz– dijo el muñeco extendiendo una de sus manos frente a Alba, al escuchar la voz volteo y vio a la criatura de pie y caminando hacia ella –te advierto monstruo déjame pasar, si no te pude matar antes esta vez no voy a fallar– dijo Alba preparándose para la batalla –libro de vida 13, prisión de luz– dijo nuevamente el muñeco y extendiendo su otra mano aparecieron otras tres paredes rodeando a Alba y cuando el muñeco cerró sus manos las paredes empezaron cerrarse entre ellas, a pesar de ser invisible con el reflejo del sol se podía notar un brillo dorado en ellas, cada vez encerraban más a Alba impidiendo que se siguiera moviendo –¿Que quieren con nosotros, acaso ustedes causaron está masacre?– pregunto Alba con enojo –Alba solo quiero ayudarlos, ustedes y Swordland corren un gran peligro– dijo el muñeco pero Alba parecía sin entender –¿Cómo sabes mi nombre y como se que no me estás mintiendo, podrías ser tu la amenaza?– dijo la princesa mientras pensaba en una forma de salir de esta prisión –quisiera explicarte a detalle pero ahora no hay tiempo, tenemos que salvar a tus hermanos– dijo el muñeco causando sorpresa en Alba y quitó la prisión de luz para lentamente descubrir el saquito que llevaba en el cuello, de su interior saco una pequeña espada de metal, un juguete que hace mucho tiempo Alba había obsequiado –princesa Alba soy yo Greengar.