Nuevas Leyendas: Los 3 Grandes

Cap.15 Antesala

*****Lado Norte De La Tierra Antigua*****
*****Veintidós Días Después De La Resurrección Del Señor Oscuro*****

Con unos cuantos caballos y con pocas provisiones los príncipes entraban a un pueblo abandonado cerca de Paradise estaban a pocos días de llegar al hogar de Greengar, tras lo ocurrido en el enfrentamiento en Villa Mareña Diago se había vuelto más lejano a sus hermanos a pesar de no ser un combatiente había estudiado sobre técnicas de pelea, gracias a su buena memoria podía recordar y entender cada una de las artes de combate, conocía las debilidades de muchas y también conocía sus fortalezas pero aún con todo ese conocimiento le faltaba práctica y su miedo en ese momento lo volvió un estorbo más que una ayuda, el principe se arrepentía de no poder salvar a sus hermanos y que Mendo casi se sacrificara por ellos, a Diago le empezó a pesar la culpa que sentía; Mendo por su parte iba al lado de su hermana, desde el incidente parecía menos entusiasta y más perdido en su dolor tanto físico como mental, desde que perdió su brazo se había dado cuenta que el no era el hombre de la profecia y también algunas veces cuando más sentía que su dolor terminaba, sentía como aún tenía su brazo, ese brazo que era consumido por dentro desprendiendo ese olor a piel quemada junto con ese denso humo negro, un recordatorio de ser indigno; Alba era la segunda al frente cerca de Mendo por si necesitaba ayuda, aún así no parecía muy diferente a sus hermanos la princesa iba con un rostro serio mientras reflexionaba, a pesar de haber salido mejor que sus hermanos, no podía evitar pensar que aún seguía siendo débil, no era lo suficiente para proteger a su familia y por ende a su reino, tantos años de entrenamiento solo la llevaron a que en su primera misión dos veces fuera salvada, que tipo de reina sería si no era capaz de salvar su propia vida, los hijos de Quinto sabían que necesitaban dar algo más para lo que el futuro les deparaba.
Cada día que avanzaban Greengar notaba como los príncipes se alejaban de cierta forma entre ellos, parecía que estaban apenados entre ellos y no sabía cómo podía ayudarlos, Greengar veía como en cada parada que hacían solo hablaban para ofrecerse comida o un lugar cómodo donde dormir quitando esas pequeñas interacciónes Mendo, Diago y Alba no volvían a cruzar palabra alguna.
Durante su recorrido Greengar había llevado la Llama Oscura, esta había sido sellada y puesta en su caballo confiando su cuidado y así evitar que los príncipes corrieran peligro, el mago también notó como los pequeños poblados por los que cruzaban habían sido abandonados dejándole en claro el regreso de Destino y como este se estaba extendiendo con los días. El mago entendía que cada paso que daban a su hogar contaba mucho, estaba consciente que tenia que contarles el plan de Brayton y tenía que protegerlos hasta saber si Diago o Alba eran aquella persona de la cual la profecia hablaba.

*****Reino De Swordland*****

Cada muralla del reino estaba más asegurada que nunca, se podían ver cientos de soldados en cada muralla así como varios magos, habían ballestas de gran tamaño así como trabuquetes esperando la llegada del enemigo y en cada muralla se encontraba cada uno de los generales comandando su pequeño ejército; todas las entradas fueron selladas con la intención de evitar ser infiltrados, excepto por el sur donde Rodrigo recibía a los pocos soldados que habían sido enviados por sus reinos, ahí pequeños escuadrones de enanos, duendes, ogros y otras criaturas eran recibidas, Rodrigo junto con sus soldados de confianza revisaban a los llegados, para después distribuirlos entre las otras murallas y servir de apoyo para la llegada de Destino; por último en el castillo de Swordland estaba Quinto, quien llevaba una armadura con el símbolo de Swordland, el rey estaba frente a una mesa con un mapa de Swordland y marcaba las formaciones que mantenían en cada muralla así como las posibles rutas del enemigo y también tenía una libreta donde apuntaba los informes de cada uno de sus generales, desde que vio a Silvano no había podido dormir y a pesar de su insomnio Quinto estaba listo para la batalla.

*****Bosques De La Tierra Antigua, Al Noroeste Del Reino De Swordland*****
*****Veintitres Días Después De La Resurrección Del Señor Oscuro*****

Durante el viaje de Oda y su alumnos la situación no era tan diferente a la de Greengar y los príncipes, aunque Oda y Akane intentaban llegar a las comunidades para advertír o ayudar a las personas que habitaban ahí los escenarios que encontraban siempre mostraban pueblos con cuerpos que habían sido asesinados o simplemente los habitantes de los lugares parecían haber desaparecido dejando como rastro marcas de cientos de pisadas que caminaban al sur; Hide durante su travesía se mantenía alejado de Akane y Oda dentro de él se torturaba mentalmente, pensaba que si hubiera sido digno de la legendaria espada del dragón, si tan solo hubiera tenido la fuerza para frenar ahí a ese hechicero, tal vez no estarían pasando por esa situación, ahora parecían estar solos en una Tierra Antigua que se los tragaba en el vacío del abandono.
Akane y Oda habían notado el cambio de Hide pero el chico parecía no querer ayuda ni platicar sobre su sentir, así que solo se limitaban a seguir intentando ayudar a quienes estuvieran en peligro pero solo encontraban las consecuencias de el paso de la muerte, sin darse cuenta su propósito iba perdiendo sentido conforme pasaban los días.

Aquella criatura que había atacado a los príncipes brincaba entre los árboles apresurada por encontrar a Destino, después de su enfrentamiento con los príncipes visito la tumba del Señor Oscuro confirmando que había resucitado, también encontró el cuerpo de un ogro muerto el cual aún tenía rastros de magia de muerte similares a los de la espada con la que la habían atacado y así decidida a encontrar a Destino empezó a seguir el rastro que se dirigía hacia el sur, desde ese día su único motivo fue verse con ese hombre el único que había ayudado a su madre y que podría ayudarla a ella, la demonio sabía que tenía que apresurarse a su encuentro y usando sus habilidades físicas y su gran velocidad se acercaba ignorando muchas cosas, hasta que como si la hubieran llamado notó a tres figuras caminado hacia el sur, entre ellos un joven que se mantenía atrás de la mujer y el anciano, el chico olía a algo familiar, el olía a una profunda tristeza un sentimiento que hace muchos años ella también sentía y como si se hubiera detenido el tiempo y sin darles tiempo de sentir la presencia de la demonio, mientras cruzaba los pinos lo miro, Hide parecía tan frágil y desolado que la demonio parecía verse a si misma de pequeña y cuando ella siguió su camino Hide levantó la vista mirando al cielo y como el viento golpeaba las ramas.




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