Veinticinco días después de la resurrección
Al norte de Swordland...
Las criaturas terminaban de matar a los soldados sobrevivientes y el demonio terminaba de salir del hielo, parecía que las criaturas ignoraban al elfo pues sólo pasaban de largo hacia el centro del reino caminando lentamente. El elfo se acercó al demonio quien sólo lo observaba -hola, ¿oye donde esta el Creador?- preguntó el elfo quedando de frente al demonio, Único tomo del cuello a el elfo y con su garras lo apretaba -¿quien eres y que quieres?- preguntó el demonio y con el poco aire que entraba en el elfo dijo -soy el hijo de Aldous... último heredero del culto a El creador... mi nombre es Drake... y si no fuera por mi te hubieran capturado... o estarías muerto- dijo Drake y Único lo soltó haciendo que el elfo cayera a sus pies y tosiera mientras se sobaba el cuello -si es cierto lo que dices ¿dime que haces aqui?- preguntó Único -por lo que me contó mi padre, un dia uno de los 21 y el menor de todos Odo, le aviso sobre la resurrección del Creador sin más detalles, pasaron los días y hasta que los elfos vieron humanos correr despavoridos por el bosque gritando que la muerte se acercaba y luego una carta llegó de Swordland donde se pedían refuerzos para defender el reino, se empezó a murmurar el regreso del innombrable, así que me infiltre en el grupo de soldados que el reino de los elfos envió, pues mi padre me encargo proteger a él futuro de los seres magicos- dijo el elfo -¿y donde está tu padre elfo?- preguntó nuevamente el demonio -mi padre está apresado por intento de sabotaje a la corona de los elfos y por ser el líder del culto, ahora sólo quedó yo, su único hijo y legado del culto, le pido déjeme ayudarlo a proteger a el Creador- dijo Drake suplicando -el Creador está al sur, acompáñame y te dare una audiencia con él para que formes parte de su reinado- dijo Único pues lo que decía coincidía con lo que sabía, pues Único junto con Aldous habían fundado una secta para financiar su búsqueda para encontrar los libros de muerte y también por robar el libro que tenía el rey elfo, Aldous había sido apresado, pues era el libro que en su momento a Único le faltaba para completar el rito.
Único comenzó a caminar hacia el centro de Swordland, ahora tenía un aliado más y el demonio confiaría en el elfo, pues si es quien en verdad dice ser, le debería su vida ya que el padre del elfo lo salvo cuando estuvo a punto de morir hace muchos años. El elfo se puso de pie y siguió a Único por detrás; Drake pensaba que seria un honor estar ante la presencia del Creador.
Al Este de Swordland...
La caída del escudo magico tenía que ser aprovechada, así que Aurum ordenó a sus soldados a ir al ataque, la ventaja era enorme para el rey Aurum, los soldados caían uno tras otro y los magos que peleaban eran eliminados por Aurum; debido a sus años de experiencia estudiando los distintos tipos de magia, podía ver las brechas en los ataques y contraatacar con facilidad, el último general estaba cayendo a manos de un grupo de guerreros dorados y al lado del grupo yacía una lanza dorada, una lanza que no había visto en muchos años.
Hace muchos años atrás...
Un joven Aurum sacaba su espada de la cabeza de un ogro, él y un grupo de soldados estaban invadiendo el reino del Rey Ogro, el grupo de humanos estaban venciendo, pues se enfrentaban a ogros inexpertos en batallas, y uno tras otro las pobres criaturas caían sin vida en un intento de proteger a sus seres queridos. El rey era de los pocos que se mantenía en pie peleando, mientras las familias de ogros se resguardaban dentro del pequeño castillo esperando que la masacre de los humanos acabará; nunca creyeron que la guerra de las razas llegara hasta ellos, sin embargo ahora, afuera del castillo los despiadados humanos amenazaban con extinguirlos.
El joven príncipe en un intento de sentirse superior a los ogros se lanzó al ataque contra su rey tomándolo por sorpresa y cortando al ogro en su brazo, aún asi como la piel del ogro era resistente, Aurum no consiguió más que hacer un ligero corte y también provocó que quedará al descubierto para recibir un golpe que lo lanzó al piso. Aurum adolorido veía como el rey ogro corría con desesperación hacia su castillo, los soldados del príncipe habían entrando con antorchas y por los gritos de los ogros parecía ser que estaban siendo quemados pues también salía humo del castillo.
Lo que no sabía el príncipe es que un animal al sentirse acorralado se vuelve agresivo, entonces el rey ogro entre gritos aplastaba con sus enormes puños a los soldados, triturando huesos y destrozando cráneos, la furia en el rey ogro se podía escuchar en cada uno de sus alaridos y lágrimas se veían en su rostro; pues que más podía hacer, su reino estaba siendo masacrado frente a él por humanos despiadados con hambre de sangre.
Aurum se levantó y salió corriendo al encuentro con el rey ogro, preparando su ataque el príncipe sintió la mirada del ogro encima de él mientras eliminaba a los soldados, ahora el miedo no era una sensación extraña para él ogro, es más, podría decirse que lo acompañaba. El príncipe se sentía igual y eso lo hacía empuñar su espada más fuerte, haciéndolo soltar un grito de coraje y terror; el ogro levantó sus grandes brazos para atacarlo y cuando estaban apuntó de aplastar al príncipe, una lanza dorada salió de entre el bosque con tal fuerza que terminó atravesando la cabeza del rey ogro y haciéndola explotar tras el impacto; dejando a Aurum sorprendido mientras caía el cuerpo sin vida y la lanza se clavaba en el piso dejando un camino gracias al impacto por la fuerza que llevaba.
Sombras salían del bosque dejando ver a soldados que portaban el escudo de Swordland y de la dirección por donde salió la lanza, salía el rey Tercero arriba de su caballo y caminaba hacia Aurum, mientras un escudero pasaba corriendo aun lado del príncipe para recoger la lanza y limpiarla para dársela al rey quien miraba al joven Aurum desde su caballo y tomando su lanza el rey Tercero dijo -disculpa la demora, pero veo que ya hiciste el trabajo- y el príncipe se sacudió el polvo de su cuerpo -disculpe si le molesta mi comentario pero no debió intervenir- dijo Aurum agachando la cabeza -la guerra no se hizo para ganar de frente y de manera limpia muchacho- dijo Tercero mientras sus soldados terminaban de matar a los sobrevivientes y los de Aurum comenzaban a apilar los cuerpos de ogros; el castillo del recuerdo de Aurum era el actual castillo en ruinas donde la esposa del rey dorado esperaba su regreso.