Nuevas Leyendas: Los 3 Grandes

Cap. 18 Destino

Swordland lado Sur...

El panorama que había frente a la muralla sur era distinto a los otros, pues Rodrigo al darse cuenta que el escudo los lastimaba puso a dos magos a fabricar el mismo hechizo pero encapsulado en pequeños tubos de cristal y los arqueros las disparaban amarradas de flechas, así eliminando a cada una de las criaturas; los soldados estaban ganando y Destino no podía hacer nada, había quedado agotado tras el Yggdrasil y su magia era escasa pues sabía que sus expiaciónes no alcanzarían para hacer frente a tantos soldados, tenía que ingeniárselas para acercarse al árbol si quería recuperar su fuerza, mientras más cerca del árbol más magia esté de otorgaría, ahora dependía de él para librar la batalla que tenía enfrente.

Rodrigo notó que no había rastro alguno de Destino así que tenía que acercarse a él bosque para asegurarse que no ocultara una arma y que solo estuviera ganado tiempo para después eliminarlos, así que llamó a algunos de los mejores soldados para salir a investigar.

Destino tomó unas ramas y empezó a formar muñecos lo más rápido que podía, pues podía ver como un grupo de soldados liderados por un viejo caballero salían de las murallas y se disponían a entrar al bosque mientras tensaban sus arcos; Destino había creado tres muñecos, el tiempo y su magia sólo le permitían eso sin correr riesgos -libro de muerte 5, hilos- dijo Destino y hilos negros salieron de sus dedos atandose a los muñecos para después volverse invisibles, después con una astilla susurro usando la poca magia que podía invocar mientras tenía los hilos y apuntando a un soldado susurro -libro de fuego 13, mecha- dijo Destino y disparo, los soldados no notaron la presencia de una astilla tan pequeña, (la astilla funciona como una mecha corta que se enciende al ser disparada y al clavarse en su objetivo conecta su energía vital y la sobrecarga tan rapido haciendo de este una bomba humana) y sólo el  soldado elegido por Destino sintió como se clavaba en su cuello y cuando el hechicero se dio cuenta que estaba listo su objetivo, movió entre los árboles a sus títeres provocando la atención de él grupo quien disparo sus flechas a las sombras entre árboles, solo para que  después Destino gritara -¡EXPLOSIÓN!- y el soldado que tenía la astilla clavada explotó lanzando a todo el grupo a su alrededor y provocando una nube de polvo pues aún se encontraban afuera del bosque donde sólo había tierra.

Destino aprovecho la confusión y salió corriendo hacia la entrada que había quedado abierta, usando a sus títeres para que con las ballestas dispararan hacia los títeres alzando más nubes de polvo para que nadie notará la presencia del rey oscuro quien iba atrás, los soldados del grupo que habían salido también corrieron hacia la entrada pero debido a la confusión y al polvo que abundaba, estaban siendo asesinados por su misma gente, solo Rodrigo fue el único que sabía que habían caído en una trampa y el enemigo quería entrar, pero antes de salir ya había dado la orden de cerrar y preparar el escudo sin algo extraño pasaba.

Los soldados empezaron a cerrar la puerta y la velocidad del enemigo aumentó, Rodrigo utilizó una manopla de acero hecha con magia de los enanos, que tenían unos picos en los nudillos y golpeando la tierra grito -¡MURALLA!- y la tierra se empezó a partir en dirección al enemigo; Destino percibió el ataque y con uno de los muñecos intentó atacar a los soldados que resguardaban la entrada para evitar que cerrarán y lanzó otro hasta Rodrigo, a pesar de evitar que cerrarán la reja de acero, las rocas del piso estrellaron con el techo de la entrada tapando la y solo se escucho como un cuerpo chocaba contra la pared de rocas y el muñeco que había lanzado Destino al viejo caballero se cayó a la mitad de camino quedando inmóvil.

Cuando se disperso el polvo se venia una silueta parada frente a la entrada y empezaron a llover las flechas hacia él activando el líquido del escudo rojo quemando al enemigo. 
Rodrigo presentía que algo estaba mal, contrario a sus soldados que ya festejaban así que se acercó para asegurarse que era el cuerpo de Destino, pero cuando se acercaba el caballero distinguió un olor a madera quemada, la madera de la cual estaba echa el otro muñeco que había quedado en el piso –¡INTRUSO!– grito Rodrigo y su escudero el único atento a sus palabras se dio la vuelta y apuntó con una flecha a los tres soldados que estaban subiendo por las escaleras –¡Detenganse!– dijo en voz alta el escudero llamando la atención de los demás soldados y criaturas –quitense el casco y muestren la rostro– Rodrigo tenía como escudero a Gonzalo pues tenía una memoria excepcional y podía memorizar todo lo que quería hasta el más mínimo detalle, por ende conocía a todos los soldados que estaban peleando en ese momento y dispararia a quien no conociera; su memoria así como su puntería nunca fallaban y no lo harían ahora.
Los soldados obedecieron y se quitaron los cascos demostrando que todos eran parte del grupo –¡SEÑOR LOS SOLDADOS QUE BAJARON A LA PUERTA SON DEL GRUPO!– grito Gonzalo a Rodrigo –¡DETENGANLOS! ¡El enemigo podria cambiar su apariencia en alguno de ellos!– grito Rodrigo y unos de los soldados dijo –Gonzalo sólo encontramos a un muñeco de madera– otro dijo algo que puso más tensa la situación –mi señor yo solo encontré un cuerpo deforme pegado a la pared de rocas solo había eso– y el último hizo una pregunta que nadie había notado por la sorpresa del ataque de Destino a la guardia de Rodrigo –¿acaso no éramos 4?– Gonzalo no había notado eso, pues por estar más atento a Rodrigo no se dio cuenta cuántos bajaron a cerrar la puerta –Gonzalo se fue al Oeste yo lo vi– dijo otro soldado que estaba arriba de la muralla y Gonzalo noto como un soldado subía más al Oeste y un escalofrío recorrió su cuerpo –¡DESTINOOOOOOO!– grito el escudero y lanzó su flecha clavandola en su pierna derecha.

Destino sintió como la flecha atravesaba su pierna y un soldado le quito el casco dejando su rostro al descubierto –libro de muerte 32, pago mágico– dijo Destino y tocó la pierna del caballero con su dedo  para luego de una patada  ser aventado al piso desde lo alto de la muralla, Gonzalo lanzó otra flecha al pecho de Destino pero ahora con la poción del escudo rojo, la flecha se estrelló con el piso y luego hizo una pequeña explosión que dejó una marca sin haber hecho daño al hechicero, pues Destino ya no estaba ahí.




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