Nuevas Oportunidades

Capítulo 10

Gaby

Me levanté a las ocho de la mañana, hoy era un día de esos dónde sentía cansancio en el cuerpo, ahora ya conocía el motivo de esto. Todos los días me repetía que yo iba a poder, pero había días y momentos en los que sentía que no y me derrumbaba en mi soledad.

Eran las ocho de la mañana cuando aún seguía en cama, me incorpore hasta quedar sentada y fijé mi mirada en el lado derecho, ahí estaba el diario, encima de la mesita, cada día escribía mi día a día, y en cada página habían lágrimas ya secas. Pestañee varias veces, no quería llorar hoy, es por eso que me levanté y entre a la ducha y me bañé, luego salí y tome la medicación.

Tenía que ir a la casa familiar a las doce del medio día, allá me iban a arreglar para despues partir a la iglesia. Eran las once cuando ya iba en camino, puse música para distraerme, después de media hora estaba entrando por el portón de la casa, estacione mi auto y baje, toque la puerta e inmediatamente nana fue quien me abrió.

-Mi niña buenos días, pasa, en la que era tu habitación ya se encuentran los maquilladores ---dijo
-Ok nana ---mencione

Ya iba entrando cuando sentí que alguien me agarraba la mano y di mi vuelta para ver quién era, pues había sido nana, quien tenía su calida mano alrededor de mi muñeca.

-Qué pasa nana ---le pregunté, ví que me miraba fijamente, hasta que hablo.
-Mi niña que te pasá ---preguntaba con voz baja
-Nada nana, que va a pasar ---respondí de inmediato
-Tu sabes que te conozco desde que eras una bebé y he vivido cada una de tus etapas, es por ello, que me doy cuenta que tus ojos no brillan como antes, es como si tuvieras una profunda tristeza ---dijo calidamente, mientras fijaba sus ojos verdes en los mios, sabia que buscaba respuestas
-No nada como crees, no estoy triste ni nada por el estilo, es solo la tensión y los nervios de la boda ---respondí con un nudo en la garganta
-Mi niña no te voy a presionar, intentaré creerte, pero tú sabes que siempre estaré aquí para escucharte ---finalizó dándome un beso en la frente

Pestañee varias veces y avance hasta las escaleras, me estaba dirigiendo a la habitación, entre y me fijé en que habían cuatro personas encargadas de arreglarme.

Es así como me arreglaban las uñas de mis manos y pies, siguieron con mi cabello, este iba a estar suelto con ondas de sirena porque iba a llevar una tiara en la parte de la coronilla.

Habíamos dejado el maquillaje para el final, porque después iba a sudar. Alrededor de las dos de la tarde llegó Andrea, estuvimos conversando, me abrazaba a cada instante y decía que estaba feliz conmigo, correspondí a cada una de sus muestras de cariño, estuvimos juntas por media hora y finalmente se despidió, iba a ir a arreglarse.

Después de varios minutos llegó nana a informar que debíamos bajar a almorzar, hoy lo estábamos haciendo más tarde como de costumbre. Seguido a ello, todos los presentes abandonaron la habitación y yo quedé de última, fijando en qué nadie apareciera por la puerta porque iba a tomarme los medicamentos, y no quería responder el porque de esto, si nadie sabía.

Finalmente baje, almorcé y luego subimos a la habitación porque ya me iban a realizar el maquillaje, eran las cuatro y media cuando ya me encontraba arreglada, solo faltaba ubicarme el vestido. En eso mamá entra y me entrega una caja con un lazo, abrí para ver su contenido y quedé sin palabras.

-Amor, te compre esta lencería para que te la ubiques, estoy segura que la puedes estar estrenando hoy en tu noche de boda ---dijo con una sonrisa pícara
Solo la mire y me rei, pero sarcásticamente.
-Mamá tu sabes que esto no va a pasar ---murmure
-Quizas ahora veas todo oscuro, pero se que al final tu matrimonio florecerá ---dijo convencida
-Ay mamá ---suspire y le di las gracias por el regalo, igual sabía que no lo iba a utilizar ni hoy ni otra noche

Ingrese al baño y me puse la lencería, me mire al espejo y ví que era de color blanco con una tela muy fina, era preciosa pensé. Salí con la bata de seda que cargaba anteriormente y las chicas que me maquillaron se acercaron de ayudar con el vestido para proceder a ponermelo. Este vestido tenía un cierre invisible del lado derecho a ciencia no se notaría, no había elegido el cierre en la parte de la espalda, porque sabía que yo misma tendría que sacarlo y nadie me iba a brindar ayuda.

Es así como ya tenía el vestido, este se amoldeaba a mi cuerpo, procedí a ponerme los tacones de 10cm para empezar hacer unas fotografías, yo no quería aquello, pero no podía opinar, así lo habían decidido mamá y mi suegra, con la idea de que querían plasmar todo esto en un álbum.

Eran las cinco de la tarde cuando ya me encontraba camino a la iglesia, durante el trayecto me encargué de mirar las calles con la intención de no llorar y sumirme en la tristeza. Llegué finalmente a la iglesia, mi suegra se había acercado a saludarme y me indico que aún no podía bajar.

Vi mi celular y el reloj marcaba las 5:30, a esta hora se supone que empezaría la boda, decidí bajar por mis propios medios apesar de que la familia me indicaba que no, tenía que esperar que llegase el novio.

Ingrese a la iglesia y me fijé que no había nadie en el altar esperando por mi, escuché cuchicheos de los invitados, todos apuntaban en que me habían dejado plantada. Opte por sentarme en una de las últimas bancas de la iglesia, estaba al final, mientras pensaba sentía vergüenza, humillación y coraje, me habían dejado plantada frente a tantos invitados, mi vista enfoco a los lejos a Andrés, lo recordaba por su presencia en la noche del compromiso, vi que daba vueltas hasta que finalmente salió y subió a un auto.

Pasaron muchos minutos, ya eran las seis de la tarde, tiempo prudente para levantarme e irme, cuando ya iba a realizar está acción, alguien entro apresurado, mire al frente y ví que era el novio. Inmediatamente sonó la marcha nupcial




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