Gaby
Bueno hoy era el primer día que me iba a presentar en la empresa de la familia de Sebastián, iba a ocupar el puesto de la Vicepresidencia.
Hoy no había amanecido con ánimos, no había podido dormir en toda la noche, porque tenía fuertes dolor en las articulaciones de las manos, sabía que este era otro síntoma más.
Pero tocaba levantarme, había optado por ponerme un vestido negro, blazer y tacones, además con una cartera que hacía juego con la vestimenta, se me había hecho tarde y por lo pronto no iba a desayunar, sabía que no podía saltarme de ninguna comida, pero hoy hice caso omiso a las alarmas, por ende no me daba tiempo para pasar por una cafetería, dado que tenía prohibido utilizar la cocina.
Había tomado la decisión que hoy debía ir a un supermercado y hacer algunas compras, estás las llevaría a mi departamento, considere que este iba a ser mi hogar para descansar y prepárarme mi propio alimento, mucha comida de la calle me iba hacer mal.
Una vez en la empresa me presentaron formalmente con los empleados, además mi suegro se encargo de detallarme mis funciones, siempre fue tan atento y respondía calidamente a cada una de mis dudas.
Se hizo la hora de almuerzo y le pedí a mi asistente Nelly que me consiguiera algo de algún restaurante, hasta ahora nos llevábamos bien, era prácticamente de mi misma edad, estuvimos conversando por varios minutos y me mencionó que tenía una hija de dos añitos con el amor de su vida, aquel romance había empezado desde el colegio y llevan ya varios años, mientras me contaba todo esto, sentía un poco de envidia, prácticamente era lo que yo siempre había soñado.
Pero como siempre mi querido esposo interrumpio mi almuerzo mencionando que entre las políticas era no ingerir alimentos en las oficinas, sabía que era mentira, ya le había preguntado anteriormente a mi suegro y el me dijo que en está empresa se daba total libertad, buscando que el empleado se sienta bien. Suspiré
Se me quitó el apetito y decidí guardar la comida en cada uno de los envases bajo la atenta mirada de él, hasta que finalmente salió tirando la puerta.
Inmediatamente Nelly entro sumamente nerviosa, pero aguarde las apariencias. Terminó el dia en el trabajo, me dirigí a Dolphin Mall para dar una vuelta y realizar algunas compras para mi departamento.
Di varias vueltas, ya había hecho las compras y en eso pase por una tienda donde venían cachorros, de inmediato entre y me enamore de una hermosa Chihuahua, tenía aproximadamente tres meses y era de un pelaje blanco. Pensé que ella podía ser mi compañera y en mis momentos de soledad mi tierna compañía, por ello la compre, le busque los accesorios necesarios y el alimento adecuado para su edad.
Salí del comercial con las compras necesarias y con mi nueva compañía, fuimos al auto y entramos, la ubique en el asiento de alado, había decidido ponerle de nombre Minnie, se veía hermosa con un vestidito rosa que tenía puesto.
Puse en marcha el auto hasta llegar a mi departamento, había decidido que la iba a dejar aquí, sabía que no podía llegar con ella a casa de mi esposo. Ademas como este iba hacer mi hogar por unas horas después que saliera del trabajo, sabía que le podía dar amor necesario, igual tenía una señora que me ayudaba a diario con la limpieza y ella siempre ha sido amante de los cachorros, supe que no iba haber algún inconveniente.
Mientras estábamos en casa, y Minnie conocía su nuevo espacio, me dedique ha cenar lo que había preparado, ví en mi reloj de la mano y note que marcaba que ya iban hacer las diez de la noche, tenía que volver a casa, no quería que nada me ocurriera en el camino.
Me despedí de mi nueva compañera y maneje hasta llegar a casa, note que ya estaba aquí, su auto estaba estacionado en su respectivo lugar. Entre rápidamente y me fui a mi habitación.
Durante el camino pensé que debía contactarme con mi Psicóloga, sabía que era momento de regresar, estaba con muchas emociones y problemas encima. Después de tanto meditarlo la contacte y tenía cita para mañana las seis de la tarde.