Gaby
Desperté desorientada hasta que me dí cuenta que me encontraba en una habitación del hospital, y el médico se encontraba alado mío. Nisiquiera pregunté cómo me encontraba de salud, lo que de inmediato hice fue preguntar por quien me había traído.
-Doctor dígame algo, como llegué aquí ---pregunté con el corazón en la mano
-Su esposo y un acompañante ---dijo con normalidad
Pero lo que él no sabía era que nadie sabía la verdad y el hecho de que el ahora se encontrará en el hospital era peligroso para que supiera mi secreto.
El médico me indicó que no podían suministrarme medicamentos, porque habían visto en el sistema médico que mi historia clínica tenia un diagnóstico de Leucemia. Por ende me recomendó que me pusiera al tanto con el doctor que estaba llevando mi caso.
Fue en ese momento en que me di cuenta que Sebastián se había enterado de la verdad, el hecho de que el médico supiera sin yo decirle era mas que suficiente.
El doctor me dijo que me iban a dar de alta, y por eso se iba a dirigir a afuera para tramitar el documento que afirmará mi salida. Quedando sola me pregunte tantas cosas, que iba a suceder de aquí en adelante y cuál sería la reacción de él.
Después de varios minutos el ingreso con una hoja en su mano, sabía que era mi salida del hospital, ambos nos quedamos mirando pero nadie dijo nada. Yo salí primero de la habitación y el venía atrás mío, note que una de las bancas se encontraba Andrés, era el mejor amigo y cuñado de Sebastián y seguramente el también sabía.
Lo saludé con un beso en la mejilla y el me dió un fuerte abrazo, sabía que con ese abrazo me estaba transmitiendo tranquilidad y un lo siento. Íbamos en el carro en total silencio mientras lo pasabamos dejando por su casa y después nos estábamos dirigiendo a nuestra casa, bueno casa de él.
Durante el camino golpeo fuertemente en el volante, sabía que era por esta situación, y yo pegue un brinco en el puesto. Llegamos a casa e ingresé rápido, ya me estaba dirigiendo a las escaleras para subir a mi habitación cuando el habló...
Sabía que se venían muchas preguntas y que seguramente buscaría todas las respuestas. Nos sentamos frente a frente en muebles individuales, yo estaba en total silencio hasta que el habló.
-¿Desde cuando? ---fue lo primero que preguntó
Yo buscaba hacerme la loca, no quería decir nada, pero sabía que era en vano, el no se quedaría quieto.
-Voy a preguntarte por última vez ¿Desde cuando? ---grito, sabía que ya se estaba saliendo de cabales.
Suspiré, sabía que había llegado el momento de hablar....
-Desde unos días antes de la boda ---le respondí mirándolo a los ojos, mientras sentía como lágrimas se acumulaban en mis ojos.
-¿Quien más sabe?
-Nadie, más que no sea el médico, una enfermera y yo, bueno en estos momentos tú eres otra persona más ---dije, con lágrimas rodando por mis mejillas, no importaba que el me viera vulnerable.
-¿Porque no le has dicho a nadie, nisiquiera a tu mejor amiga? ---preguntaba de manera suave, pero notaba que cada respuesta lo sorprendía y sus ojos se hacías vidriosos.
-Porque no quiero que nadie sufra lo que yo estoy sufriendo desde el día que me dieron la noticia.
-Quiero que me cuentes todo, desde el día que te dieron el diagnóstico, no omitas nada por favor ---dijo mirándome con esos preciosos ojos verdes ...
-Ese día cuando me dieron la noticia, el doctor me indicó que habían dos formas de tomar el tratamiento, primero me mandó uno que era por un mes, lo realice al pie de la letra, es así como paso el tiempo y se cumplió el tiempo estimado, ese día tenía que regresar a consulta, el me revisó y me mando algunos exámenes, los resultados debia llevarlos al siguiente día, fue así como fui con los nuevos exámenes y él los comparo con los anteriores, aquellos demostraban que el tratamiento no había funcionado e incluso los resultados salieron con valores más elevados.
Entonces quedaba la única y última opción, era someterme a quimioterapia, que más podía hacer que no fuera más que aceptar, entonces el me explicó todo el proceso, el cual consistía en dos ciclos, cada uno de ocho sesiones, realizando un total de dieciséis ---conte con la voz entrecortada por el llanto. Él me miraba, jamás quito su vista de encima, sabía que ésto lo estaba afectando de algún modo, cómo no se.
-¿Cuantas sesiones llevas hasta ahora?
-Siete, no pude realizarme la octava porque me había puesto mal y tuvieron que aplazarla por unos días ---respondí y ví que el tenia algo por preguntar, seguramente lo estaba carcomiendo.
-De verdad saliste del país o eso fue mentira ---preguntó, sabía que era eso lo que el tenía en mente, seguramente su cabeza ya unió varios cabos sueltos.
-No, eso es completamente mentira.
-¿Entonces dónde estabas?
-Hospitalizada, tuvieron que dejarme internada por varios días porque querían evaluarme, había caído muy mal de salud en la séptima sesión ---respondí con total sinceridad.
-Como has estado llevando esta enfermedad y me refiero a como estás tú en cuanto a tu corazón y emociones.
-Mal, pidiéndole cada día a Dios que no me abandone, que me dé muchas fuerzas porque hay días en que solo quiero morirme. Solo Dios sabe cómo le he reclamado y preguntado que porqué me eligió a mi. Yo jamás había imaginado que en algún momento iba a pasar por algo como ésto, y por supuesto jamás te imaginas pasar un cumpleaños en una habitación del hospital, con una única compañía, y esa era una enfermera que desde el día uno que empecé las quimios jamás había soltado mi mano. ---yo lloraba como si recién me estubiera enterando que estaba enferma, jamás lo había hablado tan abiertamente a parte de hacerlo con mi psicóloga.
-¿Estás recibiendo algún tipo de ayuda profesional que te esté ayudando a llevar este proceso además del oncólogo? ---preguntó
-Si, estoy con una psicóloga y un psiquiatra, este último me mandó medicación, porque estaba sufriendo de insomnio y además estaba entrando en un cuadro depresivo ---respondi.