Gaby
Pasaron dos semanas y debía ir al hospital para que me realizarán la última sesión del primer ciclo.
Durante estos días Sebastián ha estado más pendiente de mi desde el momento en que accedí a que me acompañará en lo que quedaba del tratamiento. No ha sido nada facil para mí, esto me parece totalmente nuevo, pues yo siempre había hecho la cosas sola y ver que alguien se está preocupando por mí me aturde un poco.
Siento que uno de estos días voy a explotar y precisamente es por eso, porque no estoy acostumbrada a tantas atenciones y en especial viniendo de Sebastián. Porque nadie ha dicho que porque este haciendo esto yo he olvidado lo que me ha hecho pasar desde el día uno de nuestro matrimonio, por supuesto que no lo olvidaré.
Ha estado a cada momento pregúntame si estoy bien, como me siento, si comí, si dormí, y tantas cosas, que aveces suspiro fuertemente para no agarrarla contra él.
Me encontraba en la empresa y hoy debía reunirme con unos socios, está vez iba a ir yo en representación del presidente, dado que el se encontraba en una reunión por zoom con unos socios de Japón.
Pasó la reunión y todo bien, hasta el momento tenemos buenas conexiones que nos ayudan a expandirnos como empresa.
Había optado por no decirle a Sebastián que hoy al salir del trabajo iría al hospital, lo considere necesario que el me acompañará a partir del segundo ciclo. Todavía no me sentía preparada para llevarlo a ese mundo, que viera como me hacían la quimio y después viera las secuencias de ella, y como me derrumbaba en cada quimioterapia.
Es por ello que decidí ir sola, total no se iba a enterar que iba a terminar el primer ciclo, porque en ningún momento le he llegado a mencionar lo días y horas que me realizan el procedimiento.
Fue así como ya estaba en el hospital y veía como me conectaban para proceder de realizarme la quimio, Lis se encontraba alado mío sacandome conversa, se que lo hacía con la intención que yo olvidará lo que me estaban realizando, aveces era doloroso.
Le conté lo que ha pasado desde el día en que me desmaye, me aconsejo y me dijo que ella estaba contenta que por lo menos ahora iba alguien a velar por mi en lo quedaba de la enfermedad. Ella siempre se preocupaba desde el momento en que yo abandonaba el hospital después de realizarme la quimio, porque ella dice que sabe cómo enfermera cuáles son las consecuencias y que las mismas se me presenten manejando no podría ser algo agradable, podían llevarme a un accidente, dado que sabía perder la movilidad.
Pasaron las dos horas del tratamiento y por lo pronto aún tenía fuerzas, sabría que estás se presentará después de varios minutos o horas, entonces estaba dirigiendome a mi departamento a prepárarme algo de cenar.
Aún Sebastián no sabía que yo visitaba diariamente mi departamento y que tenía una compañera que todos los días esperaba por mi y ella era Minnie. Ha sido mi acompañante en los días más difíciles, se ha encargado de darme amor y de limpiarme las lágrimas con su lengua cuando sabe que estoy triste, ella siente lo que a mí me pasa, por ello estoy agradecida con ella, porque de alguna manera ella está arreglando algo que no quebró.
Eran aproximadamente las once y media de la noche, las horas se me habían pasado volando en mi casa y no me había dado cuenta de ello. Entonces ya estaba por ingresar a casa, ví que las luces estaban totalmente apagadas, me estaba dirigiendo a las escaleras, cuando sentí que alguien a mi espalda habló, me gire lentamente y ví que mi esposo estaba sentado en un mueble, sabía que se vendría una larga conversación.