Sebastián
Durantes estos días había estado atrás de Gabriela para saber cómo se sentía, si comía bien y no se saltaba algunas comidas, etc.
Por primera vez no solo estoy viendo por mi, sino que ahora otra persona ocupa mis pensamientos. He querido estar con ella desde el día que me enteré hasta el final de su enfermedad. No niego que siento mucho miedo a lo que pueda pasar, pero de inmediato saco todo pensamiento negativo que pueda interferir en mi mente, es por ello que he decidido vivir el día a día.
Me he visto varias veces con Andrés y hemos conversado de aquello, el me apoya en lo que estoy haciendo, por supuesto es el más feliz al verme encabronado por alguien.
Estoy dandole su espacio en cuánto a sus sentimientos, aunque si fuera por mí, definitivamente ya le hubiera pedido una oportunidad. Por supuesto que primero debo ganarme su perdón, se que aún no olvida y posiblemente nunca olvidará el como la hice pasar desde el inicio de nuestro matrimonio, incluso tampoco busco que lo olvide, sino que vea de ahora en adelante el como yo intento ser mejor persona para ella.
Horita ya me estaba dirigiendo de regreso a casa, hoy llegaba un poco más tarde, eran las ocho cuando recién estaba ingresando al departamento. Me sorprendi porque ví todas las luces apagadas, se me hizo raro, se supone que a esta hora ya Gabriela se debería encontrar aquí.
Pensé que posiblemente podía estar dormida, entonces me estaba dirigiendo a su habitación, abrí lentamente la puerta y ví que todo estaba en su lugar y la mencionada no se encontraba.
Pensé que talvez podía estar con su amiga, procedí a timbrale al teléfono, si, si se preguntan ya tengo su contacto se lo pedí a ella mismo. Entonces la llamada me mandaba a buzón después de varios intentos.
Quise sacarme de cabeza cualquier pensamiento y me dije a mi mismo que estaba con su amiga o sus hermanos, había notado que eran bien unidos.
Me duche y prepare una cena rápida para mi, veía que la hora pasaba y aún no llegaba, nisiquiera contestaba la llamada, entonces fui a sentarme al mueble mientras revisaba las redes, estaba haciendo tiempo para que llegará.
Se hizo la once y media de la noche cuando la señora recién aparecía, ví que no me había notado debido a que tenía apagada las luces, entonces se estaba dirigiendo a la escaleras para digirse a su habitación, entonces hablé...
-Un poco tarde para llegar no... ---dije, ella fue girando lentamente hasta fijar sus ojos en los míos.
Nisiquiera hice el intento por levantarme y prender las luces, aún me encontraba en el mueble sentado.
-Me haces asustar Sebastián ---respondio mientras se llevaba una mano al pecho
-¿Dónde estabas? ---pregunté directamente
-Con Andrea en su casa, habíamos de quedado en cenar juntas ---respondio muy segura
-No me mientas, le llamé y me dijo que no te había visto por varios días ---dije, aquello era mentira pero quería a orillarla para que hable.
-Dime la verdad por favor ---volvi a preguntar al darme cuenta que ella no hablaba y solo pasaba saliva, sabía que la había agarrado en la mentira.
-Fui al hospital y después a mi departamento ---porfin habló
-¿Que fuiste hacer al hospital? ---pregunté, estaba nerviosa lo noté en sus manos.
-A realizarme la última quimio del primer ciclo ---dijo, mientras agachaba la cabeza
Me sentía mal, se supone que habíamos quedado en algo, pero al parecer para ella eso no era importante. Entonces me levanté para dirigirme a mi habitación, está acción me había demostrado lo que en realidad ella quería, entonces sabía que tenía que aceptarlo.