Gaby
Ese día después de conversar y arreglar las cosas entre nosotros pasó lo que tanto había querido, nos besamos, apesar de que el paro, yo quedé deseosa de más, no sabía si tenía las hormonas alteradas porque después de varios meses estaba compartiendo con alguien o simplemente era porque deseaba con tanta intensidad a mi esposo.
Apesar de yo querer más no busque de ello, suponía que el no quería avanzar o simplemente me estaba dando tiempo. O talvez era porque el no me deseaba como mujer.
Estábamos en la cama bajo las sábanas viendo una película, sin embargo sentí mis párpados cerrarse y me sumergí en una oscuridad, tenía sueño.
Después de varios minutos sentí que alguien se movía alado mío, abrir suavemente lo ojos y me fijé en que Sebastián estaba por salir de la cama, entonces me arriesgue a decirle mientras lo agarraba por el brazo.
-No te vayas Sebas ---dije aún con los ojos cerrados
-Duerme nena mañana será otro día ---dijo mientras me daba suaves caricias en la cara
-Quedate por favor, duerme conmigo sí ---dije con los ojos abiertos mirandolo y esperando una respuesta de su parte.
-¿Estás segura princesa? ---preguntó, el siempre había sido caballeroso y jamás se aprovechaba de nada, pero yo hoy quería quedarme con el, no como quisiera pero quería estar con él.
-Si muy segura ---respondí dándole una sonrisa
-Esta bien, ponte un poquito más allá para acostarme.
Él ingreso a la cama de nuevo y se acostó, apagó el televisor y dejó ubicada la alarma en su celular. Busque ponerme bien cerquita suyo, sin embargo el tenía otros planes, me jalo y dejo mi cabeza en su pecho, mientras sus traviesas manos se aferraban a mis caderas.
Esa noche dormí como nunca, sin la necesidad de acudir a las pastillas, me sentía segura con él a mi lado.