Sebastián
Salí tirando la puerta del baño, si quería que la dejara sola eso era lo que iba a hacer, creo que no me merecía la manera en que me está tratando, entiendo que es porque se encuentra en un momento vulnerable y que la haya visto así no es algo que le agrade a ella, pero creo que podrían haber maneras de pedirlas, más no hechandome como un perro.
Me senté en el mueble con un cigarro entre los dedos y con la mirada hacia los ventanales, escuchaba a los lejos sus suaves sollozos, sabia que estaba llorando pero no me acercaría, dejaria que ella mismo gestione sus emociones y cuando esté con los ánimos suficientes yo la estaría esperando con los brazos abiertos, mientras tanto le daría espacio.
Sabía que quizás iba a tener que tolerar sus reacciones de hoy en adelante, por supuesto que ella trataría de alejarse lo más posible y buscaría maneras para que yo la deje, pero eso no iba a pasar, por más que me tratara mal, me gritara o golpeara estaría con y para ella. Entendía que las quimios la desestabilizaban un poco y producto de eso sus emociones se alteraban.
Después de varios minutos ví que se estaba dirigiendo hacia las escaleras para ir a la habitación, esperaba que fuera a la mía, actualmente estábamos durmiendo en mi habitación. Dejé que subiera y yo después iría, en eso le estaba haciendo cariños a Minnie que se encontraba entre mis piernas.
Demore alrededor de una hora para subir, es así como me estaba dirigiendo a mi habitación, ingresé y ví que no estaba ella, entonces fui hasta la suya, abrí lentamente y ví que estaba hecha bolita y con ello lloraba fuertemente. Entonces ingresé y me hice espacio en la cama, al principio estaba reacia, pero después de varios minutos dejó que la abrazará, mientras yo la consolaba y le decía todo lo valiente que era, fue asi como el sueño nos venció.