Cierro mis ojos y llegan a mi mente momentos de lo que fue mi vida.
O lo que puedo recordar de ella.
Ha pasado tanto tiempo que incluso empiezo a perder la cuenta de los años desde que todo empezó… o termino para mí.
Hay un pasillo, mi escuela si no mal recuerdo, con varias chicas y chicos de mi universidad caminando en el. La escena cambia y ahora veo un parque con niños corriendo el, gente corriendo alrededor de y algunos otros de camino a sus destinos. Ahora estoy en una plaza, junta a una chica que segun recuerdo fue mi amiga, mientras reímos acerca de un lindo chico que no dejaba de mirarla desde que llegamos a comer a un restaurante, del cuál ya no recuerdo ni el nombre. Y así pasan pequeños fragmentos de otros momentos, algunos muy cortos o poco definidos, con el paso del tiempo mi mente ha distorsionado muchas de mis memorias.
Pero hay una que no, una que permanece tan fresca en mi memoria como ell día que en llegué aquí.
Veo una casa, mi casa, en una zona que, si bien no era de gente adinerada, te permitía estar a gusto. A través de la ventana veo a mi familia. Mii padre, quien entra por la puerta tras un largo día de trabajo y es recibido por mi madre, que se aleja un poco de la cocina donde hace la cena, para darle un beso lleno de amor y cariño, fruto de tantos años de matrimonio, después se acercan mis dos hermanos gemelos para saludar, dos chicos idénticos pero con una personalidad tan distinta, que a pesar de estar entrados en la pubertad yo aún los veía como mis bebés. Mi papá se separa de el grupo y me abraza a mi, como si yo fuera su mayor tesoro ya que al ser su única hija siempre me trataba como a una princesita, aún cuando ya había pasado por unos años la mayoría de edad, ese era mi recuerdo más poderoso, estar entre los brazos de mi padre era lo que me hacía sentir más segura.
A pesar de los años el recuerdo de mi familia, las personas más importantes de mi vida, permanece intacto en mi mente. Solo sus rostros son los que recuerdo a la perfección..
Y el de él.
Llevo mucho tiempo, más que cualquier otra cosa, esperando a que empiece a borrarse o aunque sea a distrsionarse un poco el recuerdo de lo que me hizo, pero es imposible hacerlo, hay algo que me impide olvidar, haciendo que una y otra vez todo se repita en mi mente como si todo estuviese sucediera otra vez en ese momento.
Veo ese día con total claridad.
Me había tardado en casa de una amiga, a diferencia de otras ocasiones en las que venía a trabajar con ella después de la escuela, para trabajar en un proyecto para la universidad. Al ver que el cielo se teñía de rojo y naranja a través de la ventana, decidí que debía irme si quería llegar a mi casa antes de que oscureciera mucho. Al ser tan tarde, los papás de mi amiga le pidieron a su hijo mayor, Josué, que me llevará hasta mi casa. Lo había visto antes en varias ocasiones, cuando iba a recoger a su hermana en la escuela o lo veía pasar frente a la habitación de mi amiga cuando yo estaba en su casa. Su hermana me comento en alguna ocasión que era militar o algo así, por lo que no lo veía muy a menudo, pero que sin duda era todo un caballero. No era más que un par de años mayor a mí, alto, de hombros anchos y gran musculatura al trabajar en el campo de batalla, de piel bronceada por el sol, cabello tan negro como la noche y unos ojos increíblemente verdes. En fin, el sueño de cualquier chica.
Al principio me rehusé, ya que la parada del camión no estaba lejos, y no quería causar molestias, pero tras varias insistencias por parte de los adultos, mi amiga y su hermano, acepte su ofrecimiento, ya que no quería pasar las próximas dos horas en transporte público. Partimos a mi casa, pero antes de salir por completo de la casa escuche a mi amiga gritarme algo de que no quería ser tía tan joven por lo que lo hizo reír a él y a su madre, poniendo a mi tan roja como una manzana, tanto por el comentario como por el sonido de la risa del chico tan guapo a mi lado.
Caminamos hasta su auto y me abrió la puerta como ya lo había hecho con la de la casaPlaticamos durante todo el camino, me pareció un chico muy agradable y parecía que yo también le agrade a él. Cuando estábamos a medio camino de nuestro destino vi que había un gran tráfico en la avenida principal, por qué el chico me animó a dormir un rato, ya que me vio un poco cansada desde hace un par de minutos. Me sentía tranquila al estar rodeada de tantos autos así que al poco rato me quedé dormida con el sonido de la bocina como musica de fondo.
Desperté un poco aturdida, ya que no reconocia donde estábamos, y al estar tan oscuro y desolado me alarme, y más al sentir chocar algo con mi rostro. Cuando acostumbré mis ojos a la oscuridad vi esos hermosos ojos verdes con los que tanto fantaseaba verme con anhelo, baje mi vista a sus labios y eso pareció despertar en el algo, ya que comenzó a besarme, tras la sorpresa inicial subí mis manos hasta su cabello y enrede mis dedos como tanto deseaba hacerlo. Ese era el momento más increíble de toda mi vida, era como flotar entre las nubes, como si fuera el más mas dulce de los sueños.
Sueño que pronto se volvió pesadilla.
De pronto el pareció no estar satisfecho solo con besar mis labios, ya que su boca viajo a mi cuello y sus manos de pronto parecieron muy interesadas en desabrochar mi pantalón y blusa, la cuál jalo haciendo que muchos botones salieran volando.
Entre en pánico, esté no parecía el Josué del que mi amiga siempre me platicaba, tan dulce y tierno, el hombre perfecto del que tanto se enorgullecia su familia. Le dije que parara, pareció ignorarme y seguir empeñado en lograr su cometido, comencé a gritar pidiendo ayuda mientras forcejeaba con él monstruo frente a mí, con las lágrimas de terror puro sobre mis mejillas, ya que no podía safarme de su agarre al ser él mucho más fuerte y grande que yo.Nadie podía escucharme, al estar tan alejados, en lo que parecía ser un puerto o muelle por el olor a pescado y agua salada.
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Editado: 19.02.2020