Nuevo Amanecer: Noches de Masacres

Nuevo Amanecer: Noches de Masacres capitulo 3

Nuevo Amanecer: Noches de Masacres

Capítulo 3: Gritos en el Bosque

La noticia de la masacre de los cerdos de Joel se extendió como la pólvora por Nuevo Amanecer. El miedo y la incertidumbre se apoderaron de los habitantes, quienes comenzaron a murmurar sobre posibles causas y responsables. Algunos hablaban de lobos hambrientos, otros de osos que bajaban de las montañas, e incluso algunos recordaban historias de forasteros peligrosos.

Kael, observando la creciente preocupación, decidió actuar. Sabía que si no se encontraba una explicación lógica y se tomaban medidas, el miedo podría paralizar al pueblo.

-¡Silencio! -exclamó Kael, elevándose por encima del murmullo general-. ¡Esto no nos lleva a ninguna parte! Necesitamos mantener la calma y pensar con claridad.

Los habitantes, sorprendidos por la firmeza de Kael, guardaron silencio y lo miraron expectantes.

-Joel -continuó Kael dirigiéndose al granjero-, llévanos al lugar donde ocurrió todo. Necesitamos examinar la escena y buscar pistas.

Joel, aún tembloroso, asintió y condujo a Kael y a un grupo de voluntarios hacia su granja. Al llegar a la porqueriza, la visión de los cerdos mutilados provocó nuevas exclamaciones de horror.

Kael, ignorando el hedor y la sangre, se concentró en examinar el lugar. Buscó huellas, rastros de lucha, cualquier indicio que pudiera arrojar luz sobre lo sucedido.

-Las heridas son demasiado limpias y precisas para ser obra de animales -dijo Kael tras un rato de observación-. Y no hay rastros de depredadores grandes en la zona. Esto fue hecho por algo... o alguien... con una gran precisión y fuerza.

-¿Qué quieres decir, Kael? -preguntó Leslie, la alcaldesa, con el rostro pálido.

-Quiero decir que esto no fue un simple ataque de animales salvajes -respondió Kael-. Alguien o algo vino aquí e hizo esto.

-Pero... ¿quién haría algo así? -preguntó Jessica con voz temblorosa.

Kael guardó silencio por un momento, mirando a los presentes con seriedad.

-No lo sé -dijo finalmente-. Pero tengo la sensación de que esto es solo el principio.

De repente, un grito proveniente del bosque interrumpió la conversación. Todos se giraron en dirección al sonido, con el corazón latiendo con fuerza.

-¡Ayuda! ¡Por favor, ayúdenos! -gritaba una voz femenina con desesperación.

Sin dudarlo, Kael echó a correr hacia el bosque, seguido de cerca por los demás. A medida que se adentraban en la espesura, podían oír con mayor claridad los gritos de auxilio.

Finalmente, llegaron a un claro donde encontraron a Sarah y Emily. Sarah estaba tratando de liberar a Emily de debajo de un gran tronco que le había caído encima de la pierna. Emily gritaba de dolor.

-¡Rápido, ayúdenme a quitar este tronco de encima! -gritó Sarah desesperada.

Kael y los demás se acercaron rápidamente y, trabajando juntos, lograron levantar el pesado tronco. Emily yacía en el suelo, pálida y temblorosa, con la pierna visiblemente lesionada.

-¡Tenemos que llevarla al pueblo! -dijo Kael-. ¡Necesita atención médica!

Con cuidado, levantaron a Emily y la llevaron de regreso a Nuevo Amanecer. La preocupación se reflejaba en los rostros de todos. ¿Qué más podría suceder en este pueblo?




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