Nuevo Miembro En La Tripulación - Terminada

Capítulo 37

Volví con el resto sin que nadie notara mi pequeña ausencia. Caminaba con una expresión tranquila, fingiendo que todo estaba en orden, aunque por dentro la frustración latía con fuerza en mi pecho. No había logrado nada con mi escapada. El anciano no me dio mucha más información, y yo seguía con el mismo trozo de papel indescifrable sin saber qué hacer con él. Necesitaba entrar a la biblioteca, encontrar respuestas, pero la dichosa autorización especial seguía siendo un obstáculo.

Mientras recorríamos el mercado, mis pensamientos giraban en torno a lo mismo. El bullicio de los vendedores y el aroma a especias flotaban en el aire mientras el resto de la tripulación disfrutaba del paseo. Sanji se había adelantado para comprar ingredientes interesantes, Luffy estaba emocionado probando cada comida nueva que encontraba, y Usopp se unía a todo.

Entonces, Robin habló con su tono sereno, pero sus palabras hicieron que mi corazón diera un vuelco.

—Quisiera visitar la biblioteca —dijo casualmente, como si no estuviera a punto de cambiar mi suerte.

Mi cuerpo se tensó de inmediato.

¿Robin quería ir a la biblioteca?

Esto era perfecto. Si alguien podía encontrar la manera de entrar, era ella.

—¡Yo también quiero ir! —exclamé sin poder evitarlo.

Robin me miró con curiosidad, como si notara algo raro en mi reacción, pero sonrió levemente.

—Será interesante. Hay mucha historia en esta isla.

—Hm... suena útil —murmuró Law, llevándose una mano a la barbilla—. Podría haber textos sobre medicina antigua.

—¡Sí! —intervino Chopper con emoción—. Tal vez encontremos información sobre enfermedades raras y tratamientos olvidados.

Así que, de repente, éramos un grupo de cuatro con un objetivo claro.

Nos alejamos del bullicio del mercado y nos dirigimos a la gran cúpula de cristal en el centro de la ciudad. A la luz del día, la estructura se veía aún más imponente. Su superficie reflejaba el sol, creando destellos que la hacían parecer un monumento sagrado. Me pregunté qué tan importante debía ser este lugar para que tuvieran reglas de acceso tan estrictas.

Cuando llegamos, un guardia de uniforme oscuro nos detuvo en la entrada.

—Lo siento, pero la biblioteca no está abierta al público sin un permiso especial.

Esperé que Robin respondiera, que dijera algo que nos hiciera pasar, pero no fue necesario. El guardia la miró bien y su expresión cambió por completo. Su semblante serio se tornó en algo parecido a la sorpresa. Se quedó en silencio unos segundos antes de llevarse una mano al oído, claramente comunicándose con alguien a través de un comunicador.

Robin se mantuvo tranquila, pero yo no pude evitar mirar de reojo a Law y Chopper. Ellos también parecían notar que algo extraño estaba ocurriendo. Tras unos minutos de espera, el guardia regresó con una actitud completamente diferente.

—Disculpen la demora. Pueden pasar.

Nos hizo un gesto para entrar, sin hacer más preguntas.

Fue raro. Muy raro, pero en ese momento, la emoción de finalmente entrar a la biblioteca superó cualquier sospecha.

Cruzamos las enormes puertas y nos encontramos con un espectáculo impresionante.

El techo alto y las estanterías interminables daban la sensación de que habíamos entrado en otro mundo. La biblioteca estaba impregnada del aroma a papel antiguo y tinta seca, y la luz que se filtraba por los ventanales creaba una atmósfera casi mística.

Mis ojos se paseaban por cada rincón. Este lugar tenía que tener la clave que necesitaba.

Cuando Law y Chopper fueron a buscar textos sobre medicina antigua, yo decidí seguir a Robin, disimulando, ya que ella buscará cosas de lenguas antiguas y por ahí debería de haber algo interesante para mi. Robin y yo nos dirigimos a una sección donde había información sobre idiomas ancestrales, justo lo que necesitaba...espero.

Robin deslizaba sus dedos por los lomos de los libros, sacando algunos y hojeándolos con interés.

—Aquí podríamos encontrar algo útil —dijo en voz baja.

—Espero que sí —respondí automáticamente ya que mi mente estaba en otra parte.

El trozo de papel quemaba en mi bolsillo. ¿Y si contenía un idioma perdido? ¿Y si no había forma de descifrarlo? Frustrada, dejé escapar un suspiro y miré a Robin, dispuesta a pedirle ayuda, pero pronto me quité esa idea de la cabeza...ya me dijo el anciano que el contenido del papel podría ponerles en peligro y no podía permitir eso.

Pero entonces, un leve siseo invadió el aire. Algo cambió en el ambiente. El sonido era apenas perceptible, como una brisa ligera que se filtraba entre los estantes. Al principio, no lo noté. Seguí hojeando un libro, pero pronto me di cuenta de que algo estaba mal. Robin parpadeó varias veces y apoyó una mano en el estante.

—¿Robin? —pregunté con preocupación.

Ella intentó moverse, pero su cuerpo se tambaleó ligeramente.

—Algo... no está bien... —murmuró.

Antes de que pudiera reaccionar, sus rodillas cedieron y cayó al suelo.

—¡Robin!

Corrí hacia ella, pero entonces sentí cómo mi propia cabeza se volvía pesada.

El aire estaba diferente.

Un gas.

Law, que estaba al otro lado de la sala, también se apoyó contra un estante, con los dientes apretados.

—Tsk... maldición... —susurró, intentando mantenerse en pie.

Vi cómo levantaba la mano para usar su poder, pero el esfuerzo pareció drenarlo más rápido. Sus ojos se oscurecieron y cayó de rodillas.

Chopper, quien había intentado transformarse en su forma más fuerte, apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de desplomarse junto a él.

Mi respiración se aceleró.

—¡Chicos!

Intenté correr hacia ellos, pero mis piernas empezaron a fallarme.

El aire se sentía denso, como si estuviera inhalando algo pegajoso que me drenaba las fuerzas.

Mi visión se volvió borrosa.

Traté de mantenerme en pie, de entender qué estaba pasando, pero el suelo se acercó demasiado rápido.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.