Nuevo Miembro En La Tripulación - Terminada

Capítulo 63

No sé como pero mi mano se abrió de repente y el cuerpo de Miyu cayó pesadamente al suelo. El sonido seco de su cuerpo golpeando la superficie hizo que algo dentro de mí ardiera con una rabia indescriptible. Una furia primitiva me invadió, tanto que el control que ejercían sobre mi cuerpo se rompió de golpe y pude volver a moverme.

—¡Serás hijo de...! —Un grito desgarrador escapó de mis labios mientras corría hacia mi hermana. Las lágrimas empañaban mi visión, pero eso no me detuvo. Solo tenía una cosa en mente: hacer pedazos al malnacido que había hecho esto.

Sin pensarlo, sin siquiera darme un segundo para evaluar la situación, salté con mis katanas desenvainadas, dispuesto a cortar hasta el último rastro de su existencia.

Su expresión de sorpresa fue suficiente para saber que yo no debería estar moviéndome. Me observó con incredulidad mientras me lanzaba hacia él, con los ojos encendidos de furia asesina. Pero ya no me importaba nada más.

A mi espalda, escuché los gritos del resto de la tripulación cuando, poco a poco, fueron recuperando el control de sus cuerpos. Sentí alivio al ver a Chopper y a Trafalgar Law apresurarse hacia Miyu, agradecí, en lo más profundo de mi ser, que ellos estuvieran allí para ayudarla, porque yo...

Yo ya no estaba pensando con claridad.

La locura se apoderó de mí.

Mi única necesidad era sangre.

La pelea estalló con una intensidad abrumadora.

Por fin podía concentrarme únicamente en derrotar a aquel ser despreciable. Ya no había distracciones, no había dudas ni temores... porque ahora mi hermana estaba a salvo.

Me lancé contra él con toda la furia acumulada, mis katanas buscaban atravesarlo sin piedad, pero esquivó mi ataque con un movimiento elegante, como si jugar con mis ataques fuera la cosa más sencilla del mundo. Aquello solo logró enfurecerme más. Iba a tener que tomármelo en serio.

Mientras tanto, las llamas de las patadas de Sanji y los puños estirados de Luffy se unieron al combate, intentando derribar a aquellos monstruos con todo lo que tenían.

—¡Qué divertido! —se burló él, con una sonrisa petulante en el rostro.

—¡Serás...! —grité, la rabia apoderándose de mí.

—¡Cálmate, Zoro! —me interrumpió Sanji— ¡Eso es lo que quiere! Si te dejas llevar, serás más fácil de derrotar en cuanto te distraigas.

—¡No lo miréis a los ojos! —advirtió Luffy con seriedad.

Pero yo ya lo había hecho. Sin embargo, para su sorpresa, no pudo controlarme. Por más que lo intentó, su habilidad no surtió efecto en mí. Y aunque trató de ocultarlo tras su expresión confiada, pude notar la frustración en su rostro. Su poder dependía completamente de manipular a sus presas y, por alguna razón, yo estaba fuera de su alcance.

La pelea continuó. Los gritos de batalla resonaban por la sala, mezclándose con los gemidos de dolor y el ruido de espadas chocando. Aquel ser, a pesar de su resistencia sobrehumana, comenzaba a mostrar signos de agotamiento y heridas, al igual que nosotros.

****

No. No, no, no.

No quiero irme.

No quiero abandonar este mundo maravilloso. Quiero quedarme aquí para siempre.

Era lo único que podía pensar mientras la felicidad llenaba cada fibra de mi ser. Pero, a pesar de la paz y la calidez de aquel lugar, sentía algo tirando de mí, alejándome poco a poco de mis padres, de mi hermano, de aquel hermoso campo de flores que nos rodeaba.

No... ¡No quiero irme de aquí! Pero no tenía control. No importaba cuánto me resistiera, cuánto deseara quedarme en ese sueño perfecto. Todo comenzó a desvanecerse. El paisaje se tornó borroso, los colores se fundieron en blanco hasta volverse cegadores. Entonces, algo cálido tocó mis labios y mi pecho.

¿Qué estaba pasando?

Mis sentidos comenzaron a despertar de golpe. Primero fue el oído. El sonido llegó en oleadas: gritos, golpes, el estruendo de la batalla, voces conocidas llamándome...

—¡Vamos, Miyu! —una voz aguda perforó la neblina de mi mente.

Abrí los ojos lentamente, desorientada, solo para encontrarme con Trafalgar Law a escasos centímetros de mi rostro.

¿Me... había besado? La confusión me invadió hasta que vi a Chopper sobre mí, presionando mi pecho con urgencia.

No... no era un beso. Law me había estado dando respiración boca a boca. ¿Qué demonios había pasado? Parpadeé varias veces, tratando de aclarar mis pensamientos. Mis oídos aún zumbaban, pero pronto comencé a distinguir los sonidos de la batalla. Gritos, golpes, el choque de espadas... Mis ojos recorrieron la sala hasta detenerse en una figura familiar.

Pelo verde.

Tres espadas.

Zoro.

Mi hermano.

Estaba peleando con el hombre que, sin lugar a dudas, era el responsable de todo lo que nos estaba sucediendo. Por un momento, me quedé congelada, incapaz de procesar lo que veía. Pero antes de poder reaccionar, una mano me sujetó con brusquedad y me arrastró fuera de mi trance.

—Si sigues ahí parada, te matarán —gruñó Law, soltando mi brazo con firmeza.

Me giré justo a tiempo para ver cómo el lugar donde había estado de pie hacía unos segundos quedaba sepultado por enormes trozos de roca desprendidos del techo.

El choque de la batalla de Zoro y aquel ser estaba destruyendo el entorno.

—Venid por aquí —indicó Chopper, guiándonos.

Al acercarnos, sentí un nudo formarse en mi estómago.

—Chicos... —susurré al ver el estado en el que se encontraban algunos de ellos.

—Tranquilos, estamos bien —respondió Sanji con una sonrisa, aunque su cuerpo maltratado decía lo contrario.

Law, sin perder tiempo, usó su habilidad para unirse a la batalla. Los que estaban inconscientes fueron colocados juntos, creando una especie de refugio entre los escombros.

Los únicos que seguían en pie eran Sanji, Zoro, Luffy, Chopper, Law y yo.

—Encárgate de los heridos junto con Chopper —me dijo Law.

Con eso decidido, Law volvió hacia la pelea. Luffy y Zoro seguían luchando ferozmente, pero los enemigos no daban tregua.




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