Mi corazón latía a mil por hora mientras observaba la escena aterradora frente a mis ojos.
Era difícil de creer lo que veía...era una imagen tan tétrica que jamás podría sacarme de la cabeza.
En mi mano derecha tenia un cuchillo bañado en sangre, mis dedos pesionaban fuertemente esta herramienta y a unos cuantos pasos de mi lugar, yacía un cuerpo inerte que a simple vista había sido cruelmente asesinado. El cuerpo me daba la espalda, pero era claro que se trataba de una mujer.
La sangre se perdía con el color de su vestido y su cabello había adquirido una tonalidad más oscura al ser cubierto por lo mismo. Las paredes estaban decoradas con gotas de sangre que resabalaban hasta fundirse una con otra y perderse en el lugar.
No podía ver claramente el rostro de la persona a la que pertenecía el cuerpo. Pero no sabia si temía que fuera alguien cercano a mi o tenia mas miedo de ser yo quien tenía el arma en mis manos con el que seguramente fue asesinado.
Cada paso que daba aumentaba el pánico en mi ser. Mis dedos aumentaban la presión en el cuchillo como si estuviera a la defensiva, como si desde el principio ya supiera lo que me encontraría. Di un último paso al estar a unos cuantos centímetros del cadáver y sin más, manos perdieron fuerza y dejé caer el cuchillo al suelo mientras las lágrimas salían sin parar de mis ojos.
Era yo.
Los ojos que algunas vez tuvieron esperanza y reflejaban felicidad, ahora daban una mirada fría...vacía, una característica propia de los muertos.
El cuerpo tenia diferentes cortes por donde la sangre salia a borbotones, las uñas de los dedos estaban partidas con sangre entre ellas, como si las hubieran pasado por una pared arañando.
Quizás eso fué realmente lo que pasó.
Mi respiración inicio a ser entrecortada; todo el lugar a mi alrededor daba vueltas,comencé a caminar hacia la pared para poder sostenerme y no caer, pero antes de poder lograrlo tropecé con algo que hizo que cayera de golpe y desperté.
Mis ojos observaron rápidamente mi habitación mientras mi pecho subía y bajaba. Todo había sido un sueño. Un estúpido sueño que había sido tan real que mis manos aun se encontraban temblando.
—!Melissa! Por fin despiertas...-Leonardo entró a la habitación con los mismos policías que fueron al hospital detrás de él.
—¿Por qué estás sudada? ¿Estás bien?–Pregunto el policía barbon al llegar a mi lado izquierdo de la cama.
—No importa ahorita. Quiero saber como llegué a mi cama si se supone que yo estaba en la cafetería. Solo recuerdo escuchar a personas gritar y recuerdo también las palabras del número desconocido.
"Te dejaré un pequeño recordatorio"
Observé como intercalaban miradas entre los policías y al final suspiraron, como dándose por vencidos.
—Después de que la llamara se cortara, usted comenzó a temblar y para prevenir un desmayo mi compañero a cargo le dio una pequeña dosis de tranquilizante. Y respecto a lo que sucedió allí...se encontró el cuerpo de una mujer, una mujer que era casi idéntica a usted. Su nombre era Mayra Williams, 19 años de edad.
—¿Cuál fue la causa de muerte?
—La apuñalaron haciendo uso de un arma blanca*
Arma blanca*: Arma que tiene una hoja cortante o una punta afilada y puede herir con ellas