Número Desconocido

Capítulo 5 | Ubicación

—Melissa...es hora de despertar.

Era la tercera vez que escuchaba eso, la había ignorado creyendo que después de la segunda vez se rendiría y cerraría la boca para dejarme dormir tranquila. No era la primera vez que dormíamos juntas, pero al pasar dos años creí que habría perdido la horrible costumbre de despertarse temprano, llevándome a mi entre las patas.

—Tengo hambre ¡ya levántate!

Antes de poder seguir "durmiendo" sentí un fuerte dolor en mi brazo izquierdo. Maldición, Daiana me había pellizcado

—¿¡Qué te pasa!? ¡Demonios yo solo quiero seguir durmiendo!

Pase mi mano sobre la parte donde había pellizcado y pude sentir la marca de sus uñas, al parecer tampoco había perdido la mala costumbre de pellizcar. Cuando íbamos juntas en la secundaria, solíamos pelear a menudo, ambas siempre terminábamos con los brazos arañados y unos cuantos moretones, a pesar de eso, siempre lográbamos reconciliarnos al finalizar las clases. 
Hasta cierto punto...extrañaba eso, su madre y la mía se llevaban muy bien, por lo mismo se turnaban en llevarnos juntas al colegio, éramos muy unidas, parecíamos verdaderas hermanas. No se por qué nos distanciamos.

—Mi estómago gruñe, levántate y prepara algo.

La miré furiosa ya que eso habia sonado como orden y ni siquiera dijo "por favor", le di la espalda volviendo a taparme con las acogedoras sábanas rosita que adornaban mi cama. Las conservaba desde los trece años y aunque parezcan un tanto infantiles por los decorados de corazones, no me interesa, son un regalo de mi madre y solo por eso me encantan.

—Hazte un sándwich

Susurre somnolienta y fastidiada cuando comenzó a mover mis brazos en busca de obtener mi atención. Si seguía así obtendría mi atención junto a un golpe.

Dejó de mover mis brazos y pude darme cuenta de que se había ofendido por mi desinterés. En busca de molestarla más, dije lo primero que se me vino a la mente.

—De paso me haces uno a mi.

Mordi mi labio inferior para contener una risa, escuche como suspiro rendida, segundos después se dejó de sentir su peso en la cama y sonreí al escuchar lo último que dijo antes de salir de la habitación.

—Lo haré solo porque estás dejando que me quede aquí.

No dije nada continuando en la misma posición en la cama. Últimamente me dormía tarde y me saltaba algunas comidas, supongo que se debía al estrés y miedo constantes. Desde pequeña siempre fui susceptible a ello y por lo mismo debo aprender a relajarme, si sigo así el estrés acabará matándome.

Cuando estaba en la secundaria y tenia que resolver un examen de matemáticas, el estrés se apoderaba de mi bloqueando mi mente. Hubieron veces en las que hasta olvide como se hacía una resta o una simple suma, el estrés es horrible y desde que salí de la universidad, creí haber superado esa dura etapa pero con este lio, hay una buena razón para que regrese y mucho mas fuerte.

Me quite las sábanas de encima ya que estaba comenzando a hacer un poco de calor. Mi celular comenzó a sonar con la típica melodía de llamada. 
Al principio me puse un poco nerviosa pero al tomar el celular y leer el nombre de la persona correspondiente a la llamada, deseché temor alguno.

—¿Por qué me llamas tan temprano?

Eran las 7 de la mañana y Leonardo no era de los que se levantaba temprano, de hecho, nuestras llamadas solían ser alrededor de la media noche o bien en la madrugada. A esa hora sentía más libertad de expresarme y me gustaba la sensación de estar despierta cuando nadie mas lo estaba.

—¿Recuerdas que la policía investigaría la procedencia del número de la persona que te ha estado acosando? Bueno, pues ya desencriptaron el código...ahora solo hay que esperar a que esa persona te vuelva a llamar para rastrearlo y darle fin a esto.

Fue lo primero que escuche después de aceptar la llamada y dirigir el celular a mi oído. Al parecer me llamo para darme buenas noticias así que no me quejaría de la hora a como comúnmente lo habría hecho.

—¿Están esperando que me vuelva a llamar? Cada vez que me llama alguien muere y no quiero ser la causante de una muerte más.

Son policías y parecen estar resignados a que alguien mas muera, se que no harán maravillas pero solo pediría no agregar a una persona mas a la lista de muertos.

—Melissa, están haciendo todo lo que pueden, si se pudiera resolver de otra manera seguro nos la dirían.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.