...que ya no nos veíamos muy seguido; en el penúltimo curso antes de terminar la escuela yo me cambié a otra, hicimos todo para poder estar juntos, pero nada logramos; con el paso de los años nos encontrábamos algunas que otras veces, después de semanas y a veces meses, hubo un tiempo en el que ¡olvidé su rostro!
Pero bueno, en fin, el punto central en el que comenzó nuestra discusión fue cuando yo estaba de ida a su casa porque era su cumpleaños, no hubo fiesta ni nada de eso, pues a él jamás le gustaron esas cosas... Al momento en que llegué estuve a punto de tocar el timbre pero una chica alta de cabello castaño salió tomando de la mano a un chico un poco más alto que ella; primero no lo reconocí, vestía un traje muy elegante a simple vista.
Ni en las fiestas de quince lo vi así. Era él, mi mejor amigo... Lo abracé y le felicité mencionando que hoy estaba solamente disponible a pasar tiempo con el cumpleañero; la castaña me miró algo disgustada. En seguida él me alejó un poco, ¿Qué me diría? Sus ojos estaban inquietos buscando algo que parecían no hallarlo; me dijo que hoy no podría hacer lo que yo tenía planeado, porque su novia le tenía una sorpresa en su casa de ella.
Yo le seguí insistiendo que esperé mucho este día, e incluso preparé un delicioso pastel con las galletas que tanto le gustaban, pero él no cambio de opinión.
En ese momento perdí el control cuando una lágrima se asomó por mi mejilla, sin embargo él se limitó a disculparse; dejándome sola y fría como el hielo.
Regresé a mi casa, dejé todo tirado a un lado y me derrumbe en la puerta de mi habitación llorando porque había perdido a alguien importante en mi vida, más que un amigo, era parte de mi familia; alguien que no tenía reemplazo,...