Nunca fue mi culpa

Cambio de roles

Entré en una habitación muy grande que tenía dos camas.

"Este es tu cama, dormirás a mi lado", me dijo Jean, mi nuevo padre adoptivo. Me acosté y él se quitó la camisa frente a mí, me quedé mirando como si fuera una morbosa. Tenía el cuerpo deseado por cualquier chico y el que cualquier mujer desearía tocar, me dijo:

"Sabes que hay espejos que me permiten ver que me estás observando. No quiero cambiarme en el baño, así que trata de mirar a otro lado."

Le respondí: "Lo siento."

Él me dijo: "Se nota que todavía eres una niña, así que no quiero perturbar tu inocencia."

Su cama estaba a dos metros de la mía. Él se acostó y solo lo observé, parecía una acosadora. Se suponía que mi trabajo era meter a la cárcel a acosadores y yo parecía una, pero era inevitable no mirarlo.

En la mañana, él me despertó y me dijo: "Tenemos que irnos. Desde ahora en adelante estarás a mi lado todo el día. Te dejé un vestido que compré para que te veas más niña. Solo utilizarás lo que yo te compre. Si me doy cuenta de que me estás grabando o haciendo algo en mi contra, pagarás el precio muy caro."

Ya se me habían bajado los humos, así que mejor me vestí y dejé de pensar en cosas impuras. Me puse un poco de maquillaje y él me lo quitó con un pañuelo que tenía su traje. Sería un caballero si me lo hubiera dado para secar mis lágrimas en lugar de prohibirme hacer cualquier cosa que me hiciera ver más vieja.

Me dio la mano y entramos al carro.

Jean: "Me dijeron que hackeas. Toma este teléfono, quítale la clave y luego me lo das."

Hice lo que me pidió y le entregué el celular.

Jean: "También sé que estás estudiando psicología, así que te inscribí a clases en línea. Y por favor, no me vayas a decir papá, ni papi, nada de eso. Si te lo dije en el pasado molestab o ¿no te lo dije?, no importa, pero no vayas a hacerlo. Estuve todo el día acompañadolo a eventos, desfiles de modas y tuve que ver cómo le mostraban diapositivas para que él aceptara los tratos, a Tomas lo respetaban y a Jean le temían. Se podía ver en las caras de los dos chicos que mostraban sus diapositivas. Él me tomó de la mano todo el día, incluso cuando estábamos sentados. Las mías me sudaban, me las secaba y luego se la volvía a dar, él solo sonreía cada vez que lo hacía."

Jean: "¿Por qué te tiemblan las manos?"

Lo miré y lo ignoré, no iba a alimentar su ego. Después estuvimos en un desfile de moda. Él se quedó mirando con deseo a una de las modelos que estaba en la muestra de su nueva marca de ropa. Y descubrí por primera vez lo que era tener celos y sentirme insegura. Solo lo conocía desde hace poco, pero él generaba nuevos sentimientos en mí.

Jean: "Ve al auto, él te llevará a casa."

Yo: "No se supone que tengo que cuidarte."

Jean, con una risa sarcástica, me respondió: "Si en este momento me disparan, no podrás hacer nada porque eres muy pequeña. Incluso si intentas utilizar tu cuerpo como escudo, no cubrirías nada."

Lo miré mal y le torcí los ojos. Él dijo: "No mires mal a tu papá. Deja de ser tan malcriada y ve a investigar quién intentó asesinarme."

Ya se estaba haciendo caer mal, ¿cómo podía decirme que era mi padre y yo no podría decirlo? Mejor fui al auto y llegué a la casa para investigar todo su círculo social, incluso los expedientes para darme cuenta de quién era más sospechoso. Pero todos los de su entorno tenían problemas con la ley. Al parecer, me había metido en la boca del lobo y mi gran amigo Alejandro seguía desaparecido.

Después de tres horas, Jean volvió a la habitación y me despertó el ruido. Se quitó la camisa y tenía la espalda toda arañada. Si esa chica quería marcar territorio, había cumplido su objetivo.

Me tapé de pies a cabeza y Jean se sentó a mi lado: "Estoy viendo a tus sospechosos, y está mi hermano. Me desculpe, lo miré y le respondí: "Solo estoy haciendo mi trabajo."

Jean, con una risa falsa, dijo: "Estoy muy cansado, mañana hablamos de eso."

Me desperté primero que Jean, me arreglé con mi propia ropa. Un vestido negro ajustado a la cintura, es con lo único que me siento segura y probablemente ese es mi único atributo, estaba cansada de vestirme como una niña, bajé y vi que estaban preparando la casa para una fiesta, así que subí a despertar a Jean y le dije, puedo poner cámaras en miniatura, para ver cuántas personas te odian.

Él me miró con su cabello despeinado y con los ojos entrecerrados.

Jean: ¿Sabes por qué no tengo mujer?

Yo: Porque quieres disfrutar tu libertinaje al máximo.

Jean: Voy a ignorar lo que acabas de decir y no, es porque quiero despertarme a la hora que quiero.

Yo: Pero si siempre madrugas.

Jean: Exacto y es porque quiero y no porque alguien me lo impone.

Yo: Pero yo no te lo estoy imponiendo, si quieres te pongo música para dormir y cámaritas para saber quién no quiere que nunca te levantes y tengas un sueño profundo.

Jean: Esas cámaritas, como lo dices, pondrían en riesgo mi trabajo y harían que mis socios y futuros socios se sientan incómodos.

Yo: Pero puedes ponerlas solo en la entrada de tu habitación y de tu cuarto.

Jean: Está bien, pero yo las pondré. Ayer tuve problemas con uno de mis socios, él sospechaba que estuve con su mujer y yo no sabía que era su esposa, así que el papel de hija adoptiva que te dieron lo vamos a cambiar un poco, solo si tú quieres. Además, me contaron que tienes que averiguar quién fue el que me mandó a asesinar y de esa forma demostrarías que eres digna para fingir ser pareja de un chico que te gusta.

Yo: Cómo sabes esas cosas, solo lo sabía Felipe y no me gusta ningún muchacho.

Jean: Sí, claro, Felipe y Alejandro, que me pidieron el favor de que te ayudara a encontrar mi asesino y eso voy a hacer, así que la historia ahora va a ser que me enamore de la chica que adapte.

Jean se levantó de la cama y se dirigió al baño. Yo lo seguí y me detuve en la entrada.




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