Nunca fuimos más que amigos

Epílogo

—Entonces... Esa es toda tu historia abuelo.

Miro a mi nieta de veinte años que está sentada a mi derecha y asiento despacio.

—Si, esa es toda mi historia.

Ella frunce su ceño y voltea a verme.

—Fue un poco triste abuelo, pero, tengo una duda, si sabías que sentías algo por ella, ¿Por qué no le dijiste?

—Era tonto y no sabía a la gran mujer que tenía a mi lado.

Mi nieta asiente a la vez que me da otra sonrisa.

—Iba a tener otro tio o tía, hubiera sido bonito.

Pongo mi mano en su cabello mientras lo revuelvo.

—Si hubiera sido bonito, aunque si ella viviera no estaría con tu abuela y a la vez siento que ella fue quien la mando para no sentirme tan solo.

—¿Sigues escribiéndole cartas cada año?

Asiento.

—Si, cada año.

Ella se levanta y se agacha hasta quedar a mi altura para envolverme entre sus brazos.

—Lo siento por su historia de amor abuelo, pero dile en tus cartas que le agradezco por haberte cuidado y por mandarnos a nosotros a seguirte cuidando abuelo.

Le devuelvo el abrazo

—Claro que se lo diré, mi nieta preciosa.

Fin.



#5359 en Otros
#1532 en Relatos cortos
#10015 en Novela romántica
#2129 en Chick lit

En el texto hay: amigos, #romance

Editado: 15.05.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.