Nunca me dejes ir

Peligro

8 años antes

-Steve dejame ayudarte, eso no te hace bien-

-No quiero tu ayuda Elizabeth, o estas conmigo en esto o te largas-

-No, no estoy contigo, no quiero ver como te vuelves alguien diferente, alguien oscuro, no lo veré -

Actualidad

Después de tomarme un tiempo de vacaciones, ordenar mejor las cosas en la casa, lo que incluyó contratar una nueva niñera para los niños, llego el momento de retomar mi trabajo.

Actualmente trabajo para una firma de arquitectos importante, aunque no tengo mucha experiencia, me han dejado trabajar en conjunto con otros arquitectos en varios proyectos.

A veces resuelvo problemas de la empresa de mi padre, de manera limpia, pero el responsable de resolver los problemas ilegales es Steve, o eso es lo que me imagino, por lo que sé actualmente trabaja con uno de los socios de mi padre resolviendo los "problemas" de él.

Termino de arreglarme, tomo las llaves de mi auto y reviso por última vez a mis hermanos.

Visito la habitación de Lucy, Laura la niñera se encuentra con ella en estos momentos.

- ¿Como esta? - pregunto

- Ella se encuentra bien- me sonríe - sigue durmiendo, en dos horas le toca comer- murmura

-Gracias, si necesitas algo no dudes en llamarme, ¿esta bien?- sonrio

- No te preocupes, todo estará bien, suerte-

-Gracias - me despido, luego voy al cuarto de juegos y me despido de Will.

Laura tiene mi misma edad, es una vieja amiga de la escuela, mi mejor amiga. Ella me ha ayudado mucho con mis hermanos, es mi hermana por elección.

Al bajar las gradas, recibo un mensaje de mi jefe notificando el cambio de horario de la reunión, suspiro, escucho un ruido, levanto la vista de mi teléfono y me quedo pasmada.

Un hombre con varios golpes en el rostro se encuentra delante de mi, casi de rodillas, al lado de él se encuentra Steve, este al notar mi presencia me observa detenidamente.

Veo a uno de los guardias de mi padre y me acerco a él molesta, ignorando la escena que tengo enfrente.

-Mi padre se encuentra en su despacho?- le pregunto

-Si señorita-

-Bien- volteo a ver al hombre ensangrentado - dile a Laura que por ningún motivo deje bajar a mis hermanos hasta que esos hombres se hayan ido, entendido?- ordeno.

- Si señorita- le doy una ultima mirada al hombre y luego a mi primo, el solo enarca una ceja, ¿ese hombre desde cuando se ha vuelto así de serio?

Entro al despacho de mi padre, cerrando la puerta de golpe provocando que él me observe molesto.

-¿Se puede saber que es lo que te pasa ahora? - Espeta molesto.

-Dímelo tu- le doy una sonrisa falsa- allá afuera- señalo la puerta- hay un hombre moribundo en medio de la sala, sabes esta bien, no me interesa que clase de negocios tienes o que hizo ese hombre, pero me importa mis hermanos, no les quites su niñez, es lo único que te pido- me doy vuelta para irme pero me llama.

- No te metas donde no te incumbe, es por tu bien- me regaña

-Quiero el bien de mis hermanos, porque al parecer soy la única que ve por ellos- grito- Sabes, al menos ten la decencia de decirle a tu matón que lleve a ese hombre a las caballerizas o al garaje - dicho eso salgo del despacho hecha toda una furia.

Recojo mis cosas de la mesa y antes de salir alguien me impide el paso.

-Sus gritos se escuchaban hasta aquí - levanto la vista- Elizabetha - no sonríe, ¿por qué no finge sonreír? - Me ha nombrado "matón" -

-Lamento si eso ha herido sus sentimientos, los cuales dudo que tenga Steven - le doy una sonrisa falsa - a la próxima por favor busque a mi padre en otra parte-

-Lo buscaré donde quiera y cuando quiera- Espeta molesto- entendiste? -

Permanezco callada, desde el accidente de mi madre, esta es la primera vez que lo veo. Viste todo de negro, su cabello y ojos castaños son iguales a como los recordaba, pero algo cambio en sus ojos, luce peligroso, transmite fuerza, rudeza.

-¿Entendiste?- me toma del brazo fuerte.

- ¡Suéltame! - libero mi brazo de su agarre - en su vida vuelva a tocarme-

-Como si fuera la gran cosa-

-Que vergüenza, si fuera mi tío estaría decepcionada al verle, sentiría vergüenza saber que mi hijo se volvió el perro de unos hombres - aprieta su puño con fuerza, observó sus ojos los cuales me transmiten su furia.

Lo dejo a un lado y decido ir al trabajo, deseando que esta sea la última vez que lo vuelva a ver.




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